Ryōmen Sukuna: Sensei Me Odia [EDITANDO]

XI: Salida a solas [+18]

Advertencia: +18. Contenido no apto para todo público (revisar la marca de comienzo y fin en caso de no sentirse cómodo/a)

“Hey, ¿Estás ocupada?”
—Sukuna<3

“¿Por qué? Anciano”
—Naokoko

“Lo estás o no, simple”
“Responde, idiota”
—Sukuna<3

“Uy parece que no tienes
sexo hace mucho,
bajale 3 cambios (: ”
“Estoy libre”
—Naokoko

“Para tu información
tuve sexo antes de ayer ;)”
“Me vas a mandar tu
dirección o no, enana tonta”
—Sukuna<3

“¿Qué? Ni siquiera me
la pediste, imbécil”
“Ahhhh Bien te mando la
ubicación y así es más fácil”
—Naokoko

“Así me gusta”
“Llego en 15, si no está lista
juro que lanzaré una
piedra a tu ventana”
—Sukuna<3

“Ahh ¿Andamos de
vándalos, pendejo?”
“Tocas mi ventana y
juro que rompo tu auto”
—Naokoko

“Toca mi auto y te
rompo el culo”
—Sukuna<3

“Qué elegante es mi senpai”
“sensei* ahhh sólo apresurate”
—Naokoko

Con eso la chica dió fin a la conversación y se cambió de ropa. No era gran cosa, sólo optó por unos pantalones holgados tipo cargo de color verde y una camiseta negra ajustada al cuerpo con manga larga de color negro, junto a unas zapatillas negras simples. Usualmente dejaba su cabello suelto, pero por alguna razón decidió atarlo en un peinado mal logrado, con tal de no tener el cabello en el rostro toda la noche estaba bien.

No pasó mucho para que llegase Sukuna en su auto, el padre de Naoko no se hayaba en la casa por una junta de amigos del trabajo, así que podía salir libremente sin dar alguna explicación. Era lo suficientemente vaga para no querer salir cargando un bolso, así que metió sus pertenencias en sus bolsillos y luego vería como obligar al mayor a guardarlas. Al llegar al club ambos fueron hacia una mesa para poder quedarse allí, Sukuna iría por tragos y la rubia cuidaría el lugar.

— Por favor, no tardes —La joven estaba nerviosa, se notaba en cómo apretaba las manos y inclinaba hacia la mesa algo inquieta.

— Tranquila, sólo voy por un trago —Sonrió de forma ladina y se perdió entre la multitud rápidamente, ella se quedó observando a todas partes como si quisiera encontrar algún rostro familiar, o una salida de allí. Lo bueno es que las canciones la distraían con esas melodías tan agradables.

Sacó su teléfono y comenzó a mensajear a sus amigos, aún cuando sabía que podrían estar “ocupados”.

“AYUDA PENDEJOS, ESTOY
EN EL CLUB CON
NUESTRO SENSEI”
“CHICOS TENGO MIEDO”
“ME SUDA HASTA EL CULO,
NO SÉ POR QUÉ ACEPTÉ”
—Naokoko

“Lo siento, no podmos
hcer muvho”
“Etamos ocupads”
—KyomiGwiyomi