V: Saltar sin ver, sin pensar

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El hombre suspiró observando a sus alumnos mientras terminaban de realizar la actividad que el maestro de Física, podía notar cómo algunos se veían atrapados en ello y lamentablemente no podía ayudarles, aunque unos cuantos sólo se dedicaban a hacer estupideces, él solamente debía cuidar que nadie muriese. Era como un zoológico o una guardería en la que colocaban a los mocosos más revoltosos del planeta.

— Hey, Tomeo, baja esa maldita mesa —Lo regañó al ver que el muchacho planeaba hacer un intento de espectáculo de equilibrio y fuerza— Ugh... No seas imbécil, Haruki, la pastilla del día después no tienes que tomarla tú... ¡Ya hablamos de esto, ve a botarla ahora mismo!

Era un día jueves, estaba tan agotado de la semana en la que tuvo que reemplazar a ese maestro, además de dar su propia clase, al menos eso significaba dinero extra al final del mes. Sukuna se subió las mangas de la camisa, quedando a la vista sus tatuajes en los antebrazos, en esos días estaba haciendo demasiado calor y de algún modo la temperatura en ese salón era aún más agobiante.

Cuando pensaba que las cosas se calmarían decidió cerrar los ojos por un instante y masajeo la sien con la esperanza de que el dolor de cabeza no surgiese tan pronto, podía sentir como aparecía lentamente. Por desgracia, su ilusión fue rota con el ruido de un golpe en una mesa proveniente del fondo del aula. Abrió los ojos rápidamente y se puso de pie para obtener una visión mejor del aula, encontrándose a Dai con la mano alzada para intentar captar su atención, él frunció el ceño y caminó metiéndose las manos en los bolsillos.

— ¿Qué quieres? —Presentía que sólo quería hacerle perder el tiempo y eso lo irritaba de gran manera.

— Naoko se hizo una herida con las tijeras... No pregunte cómo —Respondió Kyomi observando a la menor, esta última se mantenía con la cabeza apoyada sobre la mesa, se había lanzado contra el pupitre en cuanto vió a Dai llamando al profesor.

— Ay, no puede ser —Suspiró pesadamente. Desde el incidente de la azotea que no hablaba con ella directamente, no daba gran importancia pero ahora tendría que llevarla a enfermería— Bien, levanta el culo y vamos.

Especialmente ese día se encontraba de mal humor, simplemente se trataba de que su departamento estaba hecho un desastre tras pasar la noche con la maestra de inglés. La mujer había enloquecido cuando al despertar la llamó por un nombre erróneo. Sabía lo desgraciado que era, pero aún cuando se disculpó de rodillas ella no quiso aceptarlo.

La rubia se levantó con la palma de su mano sangrando por una herida que no era demasiado profunda pero que definitivamente necesitaba ser tratada de alguna forma, él ignoró eso y dejó a cargo a Kyomi para que cuidara de los alumnos, era una chica muy responsable y lo sabía.

Mientras caminaba rápido, la menor lo seguía, notando lo tenso y abrumado que se encontraba el hombre de tatuajes, quería preguntarle pero a su vez sabía que quizás él no se encontraba en condiciones de responderle adecuadamente, además... ¿Quién era ella para meterse en sus temas personales? Con eso en mente desechó la idea de intentar conversarlo.

Al llegar a la enfermería, la mujer que operaba el lugar trató la herida con antiséptico, una pomada para la cicatrización y luego un vendaje, para finalizar le indicó que debía cambiar la venda cada 5 horas y lavar con cuidado la herida, tendría que –en lo posible– dejarla en reposo hasta que estuviese mejor. Se quedó un rato sentada en una camilla por protocolo del lugar, en caso de presentar algún síntoma de reacción alérgica tendría que ir a un hospital para solucionarlo. Mientras tanto, Sukuna decidió acompañarla en silencio. La joven trató de convencerlo sobre que ella no tenía problema en esperar sola, mas él hizo caso omiso.

— ¡Nao-chan! —Se acercó Ryu tras verla allí sentada con la mano vendada— ¿Qué ocurrió? —Su voz denotaba preocupación, puso sus manos sobre los hombros de la chica que había comenzado a sonrojarse ante la presencia del chico.

Ryōmen Sukuna: Sensei Me Odia [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora