Ryōmen Sukuna: Sensei Me Odia [EDITANDO]

III: Un poco de peligro no mata [+18]

Advertencia: +18. Contenido no apto para todo público (revisar la marca de comienzo y fin en caso de no sentirse cómodo/a)

Sukuna entregó unos objetos con forma cilíndrica de material plástico que simulaban el miembro reproductor masculino. Cuando llegó por último al puesto de la chica, se lo pasó y ella lo tomó con cuidado, él intencionalmente le rozó la mano observándola a los ojos. Se iría a la cárcel si alguien supiera lo que pasaba por su cabeza en aquél instante.

— Bien, sé que probablemente la mayoría de ustedes ya tuvo relaciones, pero de todos modos les explicaré, no quiero tener que verlos en la calle con un bebé a tan corta edad —La mirada neutra se posaba en cada uno de ellos, bajó la vista y tomó un preservativo indicándoles paso a paso cómo usarlo, y cosas básicas al respecto, aún así habían algunos que no sabían cómo utilizarlo— Ah... Y jamás, bajo ninguna circunstancia, hagan ésto o podrían romperlo —Agarró el sobre cuidadosamente y lo abrió con los dientes, todos pensaron que estaba enseñando solamente, pero mientras llevaba a cabo esa acción estaba observando a Naoko, quien analizaba algo nerviosa.

Sus mejillas estaban de un color rosa suave, ella había comenzado a preguntarse porqué aquél hombre estaba viéndola como si se tratase de un lobo acechando a su presa. Tragó saliva y continuó intentando poner el condón, lamentablemente sus manos temblaban.

— Profesor, mi amiga necesita ayuda —Soltó Kyomi con la intención de molestar un poco a su mejor amiga. Sabía que el hombre la tenía con los nervios a tope. La rubia la fulminó con la mirada mientras oía los pasos del hombre de tatuaje acercarse a su mesa y colocarse junto a ella, tapando la vista para el resto del salón. Los demás se mantenían en lo suyo, Kyomi reía junto a Dai mientras observaban sólo un poco de la escena.

— Tómalo con cuidado... No lo aprietes así —Al notar que las manos de la chica continuaban temblando, las sostuvo para guiarla. Notó lo sonrojada que estaba la chica, nunca la había visto de ese modo, y ni siquiera era capaz de mirarlo con disgusto como las demás ocasiones.

Comenzó a colocar lentamente el condón, a diferencia de sus manos, las de ella quedaban pequeñas. De algún modo se preguntaba si tendría que usar sólo una o las dos manos al hacerlo con él. Aquella idea no ayudaba, así que se concentró en enseñarle, aunque ella ya lo había hecho una vez según lo que dijo. Justo cuando iban a terminar de colocarlo, logró oír un jadeo de la menor y por instantes sintió que su corazón se detuvo. ¿Era real?

Esto sucedió porque Naoko no pudo evitar imaginarse en mil y un escenarios eróticos junto a su profesor, al darse cuenta que él pudo sentir su jadeo se quedó congelada en su lugar mirándolo tímidamente. Sukuna la soltó de inmediato pero con delicadeza— S-Sensei... —Murmuró ella.

Esa maldita voz. Esa. Puta. Voz.

— Nos vemos en mi despacho. Oh, por cierto... —Se acercó a su oído fingiendo recoger algo, su voz salió ronca y su tono lleno— Aún debo castigarte por lo del primer día, ¿Recuerdas? —Sonrió ladinamente.

Ella suspiró. Había recordado la metida de pata del primer día, y además la que había hecho hace unos instantes. ¿Podía hacer algo bien sin terminar involucrada en algo ridículo que la hiciera ganarse la mirada penetrante de Sukuna? Probablemente no.

La clase llegó a su fin, el hombre les había explicado también de las pastillas anticonceptivas y otros métodos, además de efectos secundarios y algunas otras medidas de prevención. Luego de que tuviesen las últimas clases del día, todos se retiraron a sus casas.

— Nos vemos mañana —Sonrió Kyomi de forma coqueta e insinuante, en ese instante la dejó sola con las palabras en la boca.

Casi se olvidaba del castigo y de que también debía hablar con Ryu. Al final decidió aceptar en conocerlo, y aunque no aseguraba que serían pareja, quería darle la oportunidad, era un chico muy dulce. Él se sentía emocionado por la respuesta.