Es hora de alimentarse, otra vez.
No sé cuánto tiempo ha pasado desde nuestro último viaje de cacería, probablemente solo un par de días, pero lo siento. Siento sisear la electricidad en mis miembros, desvaneciéndose. Veo visiones incesantes de sangre en mi mente, ese rojo brillante e hipnótico, fluyendo a través de tejidos de color rosa brillante en intricadas redes y fractales Pollock, latiendo y vibrando con vida.
Encuentro a J en el patio de comidas hablando con algunas chicas. Es un poco diferente a mí. Ella sí parece disfrutar la compañía de las mujeres, y su dicción mejor que la del promedio las atrae como una carpa deslumbrante, pero ella mantiene una distancia. Se ríe de ellas. Los Huesudos una vez trataron de arreglarle un matrimonio, pero ella simplemente se alejó. Algunas veces me pregunto si tiene una filosofía. Quizás incluso una visión del mundo. Me gustaría sentarme con ella y tomar su cerebro, solo un diminuto pedazo en algún lugar del lóbulo frontal para tener una probada de sus pensamientos. Pero ella es una chica demasiado dura para estar así de vulnerable alguna vez.
―Ciudad ―digo, poniendo una mano en mi estómago―. Comida.
Las chicas con las que está hablando me miran y se voltean alejándose. He notado que pongo nerviosa a alguna gente.
―Recién... comí ―dice J, frunciéndome el ceño un poco―. Hace dos... días.
Me agarro el estómago de nuevo.
―Me siento vacía. Me siento... muerta.
Ella asiente.
―Matri... monio
Le lanzo una mirada. Sacudo la cabeza y aprieto mi estómago con más fuerza. ―Necesito. Ve... consigue otros.
Ella suspira y se retira, me choca con fuerza al pasar, pero no estoy segura de si es intencional. Ella es, después de todo, una zombi.
Se las arregla para encontrar algunos otros con apetito, y formamos una pequeña pandilla. Muy pequeña. Inseguramente pequeña. Pero no me importa. No recuerdo haber estado nunca tan hambrienta.
Nos ponemos en marcha hacia la ciudad. Tomamos la autopista. Como todo lo demás, los caminos están volviendo a la naturaleza. Paseamos por calles vacías y bajo pasos a desnivel con cortinas de hiedra. Mis recuerdos residuales de esos caminos contrastan dramáticamente con su pacífico estado actual. Tomo un profundo aliento del aire dulce y silencioso.
Nos adentramos más de lo usual en la ciudad. El único aroma que recojo es óxido y polvo. Los Vivos sin techo se están haciendo más escasos, y aquellos con refugio están saliendo con menos frecuencia. Sospecho que su estadio de fortaleza se está volviendo autosuficiente. Imagino vastos jardines plantados en los banquillos, llenos de zanahorias y frijoles. Ganado en el palco de prensa. Campos de arroz en los jardines. Podemos ver la más grande de estas ciudadelas avecinándose en el horizonte brumoso, su techo retráctil abierto al sol, burlándose de nosotros.
Pero, finalmente, sentimos a las presas. El aroma de la vida abrupta e intensa electrifica nuestras fosas nasales. Están muy cerca, y hay un montón de ellos. Quizás cerca de la mitad de nuestro número. Dudamos, tropezando hacia una parada. J me mira. Mira hacia nuestro pequeño grupo, luego de nuevo a mí.
―No ―gruñe.
Apunto hacia el torcido y colapsado rascacielos que está emitiendo el aroma, como un tentáculo caricaturesco de aroma atrayente: ven...
―Comer ―insisto.
J sacude la cabeza.
―Demasiados.
―Comer.
Ella mira a nuestro grupo de nuevo. Olfatea el aire. El resto de ellos están indecisos. Algunos también olfatean con cautela, pero otros están más decididos como yo. Gimen y babean y chasquean los dientes.
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Mi noviɑ es unɑ zombi (Jenlisɑ ɑdɑptɑtion)
FanficUna plaga terrible deja a la población de la Tierra dividida entre zombies y humanos. Una zombi con problemas existenciales, llamada L, entabla una extraña amistad con la novia de una de sus víctimas. Esta historia es una adaptación del libro "Warm...