En mis viejos días en búsqueda de comida por la ciudad, a menudo miraba hacia las pareces del estadio e imaginaba un paraíso dentro.
Asumí que era perfecto, que todo el mundo estaba feliz, bello y querido para nada, y en mi adormecida y limitada manera sentí envidia y quise comerlos aún más. Pero mira este lugar: la ondulada chapa metálica deslumbrante en el sol, el zumbido de las moscas encerradas con el ganado gimiente e inyectado con hormonas, la irremediablemente manchada ropa colgando de los cables entre los edificios ondeando al viento como banderas de rendición.
―Bienvenida a Citi Stadium ―dice Jennie, extendiendo los brazos ampliamente―. El mayor asentamiento humano en lo que solía ser Estados Unidos.
―Hay más de veinte mil de nosotros metidos en esta pecera ―dice Jennie a medida que empujamos a través de la densa multitud en la plaza central―. Muy pronto vamos a estar tan apretados que simplemente todos nos uniremos, la raza humana será una gran ameba sin sentido.
¿Por qué no nos dispersamos? ¿Ir por lugares altos y plantar nuestras raíces donde el aire y el agua fuesen limpios? ¿Qué es lo que necesitábamos unos de otros en este aplastamiento de cuerpos sudorosos?
Mantengo los ojos en el suelo tanto como sea posible, tratando de camuflarme y no llamar la atención. Miro furtivamente las torres de vigilancia, tanques de agua, nuevos edificios que se están construyendo bajo la brillante luz estroboscópica de los soldadores de arco, pero sobre todo, mi vista está en mis pies, el asfalto, barro y mierda de perro suavizando los agudos ángulos.
―Estamos plantando menos de la mitad de lo que necesitamos para sobrevivir ―dice Jennie a medida que pasamos los jardines, sólo un sueño borroso de color verde detrás de las traslúcidas paredes de los invernaderos―. Así que toda la comida real se raciona en porciones pequeñas, y llenamos los vacíos en nuestra dieta con Carbtein. ―Un trío de adolescentes con trajes amarillos transportan un carro de naranjas delante de nosotros y noto que uno de ellos tiene extrañas llagas por el lado de su cara, manchas marrones hundidas como moretones en una manzana, como si las células simplemente hubieran colapsado―. Por no mencionar que estamos gastando el valor de una farmacia por mes. Los equipos de salvamento apenas pueden continuar. Es sólo cuestión de tiempo antes de ir a la guerra con los otros enclaves por el último envase de Prozac.
¿Fue sólo miedo? Preguntan las voces. Teníamos miedo en el mejor de los tiempos, ¿cómo podríamos hacer frente a lo peor? Así que encontramos los muros más altos y nos metimos tras ellos. Seguimos metiéndonos hasta que fuimos los más grandes y más fuertes, elegimos a los mejores generales y encontramos la mayoría de las armas, pensando que todo este maximalismo de alguna manera generaría felicidad. Pero nada tan obvio podría jamás funcionar.
―Lo que es increíble para mí ―dice Rosé, apretándose para pasar junto al tenso vientre de una mujer mórbidamente embarazada― es que a pesar de todas estas necesidades y carencias que tenemos, la gente sigue teniendo niños, inundando el mundo con copias de sí mismos sólo porque es la tradición, es lo que se hacía.
Jennie mira a Rosé y abre la boca, luego la cierra.
―Y a pesar de que estamos a punto de morir de hambre bajo una montaña de pañales de caca, nadie es lo suficientemente valiente para siquiera sugerir que la gente guarde sus semillas en sus bolas durante un tiempo.
―Sí, pero... ―comienza Jennie, su voz extrañamente tímida―. No sé... hay algo como hermoso en ello, ¿no crees? ¿Que seguimos viviendo y creciendo a pesar de que nuestro mundo es un cadáver? ¿Que sigamos regresando no importa cuántos de nosotros morimos?
―¿Por qué es hermoso que la humanidad siga volviendo? El herpes también vuelve.
―Oh, cállate Rosé, te gusta la gente, ser un misántropo era cosa de Kai.
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Mi noviɑ es unɑ zombi (Jenlisɑ ɑdɑptɑtion)
FanficUna plaga terrible deja a la población de la Tierra dividida entre zombies y humanos. Una zombi con problemas existenciales, llamada L, entabla una extraña amistad con la novia de una de sus víctimas. Esta historia es una adaptación del libro "Warm...