OPERACIÓN: ¡El mundo piensa que estoy en una relación! ➶︎ Jikookmin AU

50 ↳ Jeon Jungkook

— ¿Qué está pasando realmente en Twitter? —Nuestro jefe quiso saber, Jimin, a mi lado, subió una de sus piernas sobre la otra y desvió la mirada, dándome paso a que comenzara yo a hablar—. No tengo tiempo de miradas ni de estupideces, necesito saber ahora qué mierda está pasando y por qué de nuevo hay que limpiar búsquedas en nombre de Jimin.

Suspiré, relamí mis labios y negué con la cabeza antes de comenzar a hablar.

— Sucede que Jimin ha roto nuestro contrato de exclusividad y a la primera de cambio se ha ido con Taehyung, y no precisamente para jugar con Legos —musité sin mirarle, no era capaz de hacerlo—. No sé por qué Lisa reaccionó así pero no voy a decirle nada al respecto porque perfectamente podría ser yo luego de todo lo que Jimin había hecho.

— No lo entiendo —suspiró, levantándose de su asiento para dejar sus manos apoyadas sobre la mesa, mirándonos a ambos con expresión dura—. El trato era que vosotros firmábais un contrato con normas que no se podían romper, pasaban seis meses y todo se acababa de una maldita vez, ¿qué mierda pasó?

Jimin se removió en su asiento y habló por primera vez en la conversación.

— Ocurrió que nos confundimos con nuestros sentimientos, realmente pensamos que nos estábamos enamorando del otro y fue a eso como llegamos a lo tóxico que hemos llegado.

— ¿Perdona? —Exclamé exhausto por lo que había dicho—. No, eso no es verdad, no nos confundimos en ningún momento, yo tengo en claro cuáles son mis sentimientos, y sí, estoy enamorado de ti, odio con toda mi alma a Taehyung porque desde siempre le has elegido a él sobre mí aún cuando ya te había roto el corazón en un principio —le miré serio—. Acepté esta mierda en la que yo mismo me metí porque pensaba que todo estaría bien, que ya había superado esos sentimientos idiotas que tuve los primeros años de convivir juntos, pero ya veo que no y que para ti siguió siendo un estúpido juego de como dejar en ridículo al menor del grupo, como siempre, puesto que no eres capaz de asumir la culpa de nada.

Me levanté, tomando la sudadera que había colgado en mi asiento.

— Siempre he estado para ti aunque tú preferías a Taehyung, sin importar qué tan confundido estuviera o cuánto quería alejarme de ti, pero parece que tampoco te importa eso —suspiré—. No te importó cuando estuve haciendo las dietas contigo para que dejaras de hacerla y vieras el daño que eso repercutía en tu salud. Cuando íbamos a ver a tus padres sin importar cuanto echase de menos a los míos, aunque viviésemos en la misma ciudad. No te importó dejarme en ridículo frente a todos en los conciertos con tus muestras de afecto, demasiado vergonzosas para hacerme ver en las portadas al día siguiente. ¿Sabes que tampoco te importó? Cuando te dije que Taemin no me daba buena vibra y aún así te escapaste con él en aquellas apremiaciones de las cuales luego tuvimos que desmentir el vídeo que salió tras esa noche, porque tampoco te importó ser grabado mientras le chupabas la polla —negué con la cabeza devastado—. Nunca te importaron mis sentimientos, tú mismo lo dijiste... solo soy un niño, ¿qué iba a saber sobre amar?

Ninguno dijo nada más tras mis palabras, mordí mis labios para retener las lágrimas que amenazaban con salir y suspiré tembloroso.

— Eso es todo, cuando tenga disponible el contrato volveré para romperlo y dejar ir esta mierda —hablé hacia nuestro jefe, quien asintió en silencio—. Gracias.

— Pero quiero que mantengan esto en secreto —nos puso una última condición, me cruce de brazos y le escuché atento—. En dos días tienen un evento importante, por favor, esperen a pasarlo y no opacarlo y ya pueden decir lo que quieran.

Asentí en silencio, colocándome la sudadera sobre mis hombros, dispuesto a salir de la oficina hasta que escuché como Jimin me hablaba a mis espaldas.

— Kook, yo...

Me volteé de inmediato, alzando mi mano y extendiendo mi dedo en señal de silencio.

— Jeon Jungkook para ti, no somos más que compañeros y eso seremos hasta que decida terminar con todo de una vez —le miré duramente—. Mantente a una distancia sana de mi y procura no hablarme o te meterás en problemas, Park Jimin.

Él solo asintió y, por primera vez, vi en su mirada arrepentimiento, culpa y desilusión.

Tal vez, ahora había salido el verdadero Jimin.

Ese chico del que me enamoré los primeros años conviviendo como grupo.

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OPERACIÓN
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