CAPÍTULO 14

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Alisson

Estábamos en el cine, el día se me había pasado volando. Todo el mundo cuchicheaba pero era algo normal, supongo que eso es lo que tiene salir con el hijo de una actriz famosa, ¿no?

-¿A dónde quieres ir a cenar? - pregunté mientras mi mano buscaba la suya para entrelazar nuestros dedos -

-Yo ya conozco Nueva York, por viajes de mi madre pero esta zona nunca la visité. Así que tu mandas.

-Vale, pues vamos a ir a un Italiano. Un amigo trabaja allí de vez en cuando para ganarse un dinerillo y poder pagar el alquiler. Cuando no tiene que asistir al set siempre está aquí. Sus padres no le apoyan, no creen que sea capaz de salir adelante con el mundo de la actuación.

-Pues están muy equivocados, mi madre empezó muy joven apenas la quería para papeles importantes. Todo llega cuando tiene que llegar. Ella tuvo su primer papel principal a los 30 años.

-¿Y si yo tampoco triunfo?

-Pues te quedas conmigo viniendo a mis conciertos de barrio, siendo mi acompañante en más películas de mi madre, etc... Y sobre todo siendo tú, y viviendo tu vida porque por eso es tuya.

-Tengo tanta suerte de tenerte.

-Te quiero tanto preciosa, que a veces no sé cómo demostrártelo.

AL DÍA SIGUIENTE

Hoy iremos de fiesta con Tay, no se si va a salir muy bien este plan.

Espero que los chicos acepten a James.

-Holaaa.

-Hola Tay. ¿Dónde has dormido? ¿Cuándo vinimos no estabas?

- Estuvimos en casa de Charles y nos quedamos allí, me pasé un poco con el alcohol.

-Pues deja algo para hoy porque hoy salimos.

-¿Ya sabes que te vas a poner?

-No, por eso estaba esperando a que vinieras.

-Vale, pues tengo un vestido color plata que te va a quedar genial.

-¿Es muy corto?

-Un poquito, venga Ali no seas aburrida.

-Tay sabes que odio los vestidos excesivamente cortos. Me lo pruebo y ya veremos luego, ¿vale?

-Vale. ¿Y tu novio? ¿Ya se ha ido?

-No, está en la ducha.

-Y porque no estás tú con él.

-¡Tay!

-Ya estás hablando de mi preciosa. - dice saliendo de la ducha con el pelo mojado, la camisa negra mala abrocha y los pantalones negros -

-Madre mía. - dice Tay nada vas verlo salir -

-Tú, no mires tanto. - digo riñendo a Tay, mientras intento ocultar lo rojas que están mis mejillas -

-Bueno Ali, ponte eso y ya que tu novio le dé el visto bueno. Seguro que le gusta. ¡Adiós!!!

Me cambié, el vestido no es feo ni tampoco me queda mal pero es muy corto para mi gusto.

-Vale, cierra los ojos y no te rías.

-¿Por qué me iría a reír?

-No lo se, bueno da igual tu solo no mires hasta que yo te diga. - dije con nerviosismo -

-Vale - dijo girándose con las manos en los ojos -

Me pare justo delante suya, avergonzada por lo ajustado que es el vestido.

-Ya puedes mirar.

-Te acuerdas cuando te dije que tenía que salir con tus amigas y tu más veces de fiesta, ¿para verte más veces con vestidos?

-Si - dije confundida -

-Pues fue la mejor elección. - dijo con una sonrisa burlona -

-¡¡Oyee!! - dije pegándole de broma en el hombro intentando ocultar mis mejillas sonrojadas -

-Anda vamos que si no llegamos tarde. - dice agarrando mi mano para tirar de mí hacia la puerta -

                                                                        –

La discoteca estaba llena, yo estaba en la pista bailando con Tay y las chicas. Me encantaba el grupo que habíamos formado.

Estábamos bailando, no tenía ni idea de la canción que estaba sonando yo solo quería disfrutar.

James estaba en la barra con los chicos, les había caído bien, menos mal. Apenas me había mirado o eso creía yo.

Estaba bailando con las chicas cuando noto que alguien coje mi muñeca tan fuerte que al instante reconozco que no es la de James.

-Suéltame.

-No lo haré bonita.

-Te estoy diciendo que...

-Te ha dicho que la sueltes. - dice James cogiéndome de la cintura para separarme de aquel tipo -

-Eh, tranquilo no sabía que tenía dueño.

-No amigo, ella no tiene dueño. Ella es libre de hacer lo que quiera pero si te ha dicho que la sueltes la sueltas.

-Vale, vale. Tranquilízate machote.

-No me digas que me...

-James por favor. - dije con preocupación al ver su ira reflejada en sus puños cerrados -

-Vete antes de que me arrepienta.

-Adiós bonita.

-¿Estás bien? - dijo mirándome con preocupación -

-Si, sí no te preocupes. Estoy bien, pero gracias. - dije dando un cálido beso en los labios -

-Voy a tener que defenderte más veces para ganarme este tipo de agradecimientos, preciosa.

-Cállate anda. - dije riendo - 

                                                                       
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¡Los amo!

Nuria Muñoz.

Mi vida, Mi decisión [Libro 1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora