Tal y como Felipe había predicho, Anahí se despidió de ambos después de tomarse un té y subió a su habitación para dormir. Alfonso sabía que ella esperaba que el subiese para un tercer round, pero ahora tenía que acompañar a Felipe así que quito de su mente la imagen del cuerpo de Anahí y siguió a su amigo hasta el despacho, donde tenía el sobre con los resultados.
— No se si estoy preparado, Alfonso. Deberías abrirlos tú.
— Lo haré si de verdad no te ves capaz, ambos necesitáis saberlo cuanto antes. Ya ha pasado demasiado tiempo.
— Tienes razón —entrelazó sus manos, suspirando—. Adelante, léelo por favor.Alfonso abrió el sobre con cuidado de no romper su contenido. Sacó varias hojas y buscó entre todas el resultado de las pruebas. Leyó en silencio hasta que llegó a lo importante:
— El resultado de las pruebas sobre la posible paternidad de Felipe Portilla sobre Anahí Puente es de un noventa y nueve coma nueve por ciento... Positiva.
Alfonso miró a su amigo fijamente para ver su reacción, pero este se había quedado completamente en silencio y con la mirada clavada en un punto exacto.
— Felipe...
— Es mi hija —susurró—. Tengo una hija.
— Eso parece —sonrió, aliviado—. El parecido era sorprendente, sin duda.
— Tengo una hija —volvió a repetir—. Anahí es mi hija, ¡es mi hija!
— Así es, ¿cuándo se lo vas a decir?
— Aún no —Alfonso lo miró sin entender—. Tengo que arreglar muchas cosas antes... —se llevó un dedo a la barbilla, golpeándolo suavemente, pensativo— Aunque hay algo...
— ¿Qué?
— Quiero que salgas con mi hija, Alfonso.
— ¿Dónde? Casi todos los días la llevo a diferentes sitios.
— No, no, no. Quiero que salgas con ella, que te cases con ella. Será estupendo para la empresa.
— ¿Por qué?
— Cuando yo me jubile o me muera, Anahí heredará mi parte de la empresa y ambos dirigiréis mano a mano. También necesitamos un nieto heredero si pensamos en el futuro, ¿y qué mejor que contigo? Todo quedará en familia y todos estaremos mucho más relajados. Además, creo que le gustas.Alfonso se llevó la mano a la nuca. Estaba seguro de que le gustaba, igual que a él le encantaba ella. Pero todo estaba sucediendo tan rápido que estaba seguro que Felipe no estaba meditando bien las decisiones.
— Pero, aunque le guste, ¿quién te dice que querrá casarse o tener hijos conmigo?
— Bobadas, eres un hombre encantador Alfonso. Utiliza un poco de ese encanto tuyo para conquistarla, no te será difícil. Cuanto antes empieces mejor.La tormenta que despertó a Anahí esa noche no era como ninguna de las que había sentido en su vida. La habitación se había iluminado por completo, a pesar de las gruesas cortinas que cubrían las ventanas. Se sentó en la cama con el segundo trueno, el cual parecía que iba a tumbar la casa de un momento a otro.
— Oh, por favor... —susurró, encendiendo la luz de la mesita de noche.
Siempre le había tenido miedo a las tormentas pero era la primera en la que su madre no estaba allí para tranquilizarla. Vivía con Felipe si, pero no era plan de meterse en la cama con él a que le cantase o le contase alguna historia que la distrajese. Tampoco sabía en realidad si Alfonso estaba en la casa o no pero si la pillaba Felipe, ¿qué pensaría? No, no podía hacer eso... Tampoco sería capaz de salir de la habitación así que, volvió a tumbarse en la cama, suspirando y tapándose hasta arriba con las sábanas para intentar protegerse.
Diez minutos después y viendo que la tormenta no iba a mejorar, mañana un mensaje de texto a Alfonso.
¿Estás despierto?
Iba a dejar el teléfono otra vez pero a los pocos segundos tres puntitos aparecieron en su pantalla, indicando que Alfonso estaba respondiendo.
¿Me estás proponiendo algo?
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Hija oculta
FanfictionTodo cambia por una carta... «Siento que debí escribir esta carta hace muchos años, pero, no sé si por miedo, vergüenza, furia o deseos de una absurda venganza que dejé atrás hace muchos, muchos años, no lo hice. Quiero que sepas que no te guardo n...