Anahí jamás pensó que se pudiesen sentir todas las emociones que estaba sintiendo en ese momento. Estaba enfadada, triste, preocupada, cansada, confundida y enamorada.
Enfadada porque le habían ocultado la verdad, no sabía hacia cuánto tiempo. Triste por la pérdida de su madre y su secreto. Preocupada por la salud de Felipe porque llevaban allí más de una hora y nadie había salido a darles ninguna noticia, y lo último que quería era perder a su padre también sí que le contasen qué había pasado. Cansada por todo lo que había pasado en tan poco tiempo. Confundida porque aunque se sentía engañada quería a las personas que la habían engañado. Y enamorada de Alfonso desde lo mas profundo de su corazón.
Lo miró, sentado a su lado, con los dedos entrelazados besándose los dedos índices. Estaba tenso y preocupado, se lo notaba incluso aunque no la estuviese mirando. Se mordió el labio inferior y posó una de sus manos en su espalda, sobresaltándole.
— Estará bien.
— Yo debería ser el que te dijese eso —sonrió un poco—. Al fin y al cabo es tu padre.
— Y aún así tu lo sientes más padre que yo —rió, sin entusiasmo—. No te preocupes, tú lo conoces antes que yo, te ha tratado como a un hijo y a mi como su invitada.
— Eso no es verdad, Annie...
— Da igual —negó con la cabeza. Alfonso la miró a los ojos fijamente y levantó la mano para acariciarle la barbilla.
— Pero...
— ¿Familiares de Felipe Puente?Ambos se levantaron abruptamente, olvidándose de todo lo demás.
— Ya está en la habitación. Le hemos hecho varias pruebas y no necesita más que descansar y no tener emociones fuertes durante un tiempo. Le hemos dado un tranquilizante y ahora está descansando, pero pueden ir a visitarlo cuando quieran. Tendrá que hacer también algún cambio en su estilo de vida y tomar un par de medicamentos, pero eso se lo explicaremos después. Imagino que ahora querrán ver como se encuentra.
— Por favor.La habitación estaba a oscuras cuando entraron. Alfonso entrelazó sus dedos con los suyos y encendió la luz de la entrada para no molestar mucho a Felipe. Anahí sentía como el corazón le bombeaba con fuerza. Por una parte por estar de la mano con Alfonso y por la otra por ver a su padre, Felipe, su padre... A su padre Felipe. Resopló, estirándose, y siguió a Alfonso al interior.
— Felipe —lo llamó él.
Felipe abrió los ojos lentamente y miró a Alfonso durante unos segundos. Después volteó sus ojos hacia su derecha y los clavó en los de Anahí, sonriendo lentamente al verla.
— Hija...
Anahí sintió como sus ojos se llenaban de lágrimas. Jamás habría pensando que vería como su padre la llamaba «hija», pero escucharlo de la boca de Felipe había sido lo más maravilloso que había escuchado nunca. Soltó su mano de la de Alfonso y se acercó a Felipe para abrazarlo.
— Estoy enfadada y dolida todavía, pero te quiero y estaba preocupada por ti —le confesó, con la cara encerrada en su pecho.
— Oh, mi niña —murmuró Felipe con con la voz entrecortada—. Yo te lo explicaré todo. Empezaremos de cero, te lo prometo.Cinco días después, cuando Felipe se sintió con más energía por primera vez desde el infarto; le explicó todo a Anahí. Le explicó lo mucho que amaba a su madre, lo mucho que le dolió su supuesta traición y cómo truncó su futuro juntos por las mentiras de Rubén. Le contó también cómo se había enterado de su existencia y que había ido a hablar con Amanda el día que había fallecido, como había conseguido hacer una prueba de ADN con un pelo que Alfonso le había arrancado y como había organizado todas sus cosas para que ella las heredara antes de hablar con ella y como por su tardanza se había enterado de la peor forma posible.
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Hija oculta
FanfictionTodo cambia por una carta... «Siento que debí escribir esta carta hace muchos años, pero, no sé si por miedo, vergüenza, furia o deseos de una absurda venganza que dejé atrás hace muchos, muchos años, no lo hice. Quiero que sepas que no te guardo n...