13 de octubre
Siento que debí escribir esta carta hace muchos años, pero, no sé si por miedo, vergüenza, furia o deseos de una absurda venganza que dejé atrás hace muchos, muchos años, no lo hice. Quiero que sepas que no te guardo ningún rencor por el pasado, hace tiempo entendí que verdaderamente era a ella a quien amabas y no a mi. Siempre quise que fueses feliz, y me alegra saber que lo has conseguido. Lo nuestro fue breve, pero intenso, y yo siempre me sentí amada. Espero que tú también lo sintieras, porque te di todo el amor que una mujer, locamente enamorada, puede ofrecer.
Seguramente te estés preguntando dónde quiero llegar con todo esto, después de casi veinticinco años... No me queda mucho tiempo, puede que incluso cuando recibas esta carta yo ya no esté aquí. Pero quiero que recuerdes uno de nuestros últimos días juntos. Bebimos champán, reímos, bailamos... e hicimos el amor, incontables veces. Una de esas noches pasó algo hermoso, aunque al principio fue aterrador para mi. Me quedé embarazada. No voy a contarte todo lo que sentí y viví esos meses, pero fue como estar en una constante montaña rusa. Pero, nueve meses después, ella llegó a mi vida.
Era un bebé precioso, sus ojos eran de un azul intenso, como los míos. Pero su cabello se fue haciendo cada vez más claro, hasta llegar a ser de un tono caramelo, bastante similar al tuyo, además de mi boca y tu nariz. Era perfecta. Es perfecta. Y me gustaría que la conocieses. Ella no sabe nada de ti, nunca le conté nada acerca de su padre porque, simplemente, nunca preguntó. Sabía desde bien pequeña que solamente éramos ella y yo. No debes culparla, al principio estaba dolida y resentida contigo, no quería que supiese nada, pero luego fue ella la que no se interesó, supongo que tuve algo que ver, lo siento.
Tienes nuestra dirección en el sobre, así que, por favor, da una oportunidad a tu hija. Te aseguro que no te arrepentirás, te enamorarás de ella desde el momento que la veas, es una mujer muy especial. Cuida de ella por mi, no la dejes sola.
Siempre tuya,
A. Puente
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Hija oculta
Hayran KurguTodo cambia por una carta... «Siento que debí escribir esta carta hace muchos años, pero, no sé si por miedo, vergüenza, furia o deseos de una absurda venganza que dejé atrás hace muchos, muchos años, no lo hice. Quiero que sepas que no te guardo n...