Y para cuando se dió cuenta, había caído en las redes del amor.
Pero no pensaba caer el solo en ellas, haría de todo para que ese ruso se fijara en él.
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•intento de comedia broh.
•third reich×rusia
Es mi primer libro, no esperen una obra de art...
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La mañana estaba presente en aquel día, en una gran casa que pertenecía a los soviéticos; Rusia, se encontraba en el sofá con un plato de cereal en su regazo, su vista estaba enfocada en la pantalla de gran tamaño en dónde se reproducía una película: "Barbie. Escuela de princesas", no podía con la emoción que sentía.
Pero no estaba solo, sus hermanastros y varios de sus hermanos lo acompañaban para observar tal belleza.
Justo debajo de ellos, en el sótano, había una habitación bastante oscura dónde apenas un foco iluminaba una mesa redonda, en la cual, dos individuos estaban sentados, uno de ellos muy serio y el otro disfrutaba de un jugo de mango en caja.
— sabes por qué estás aquí, ¿No es así? — se trataba de unión, quien se mantenía serio y recto en la silla.
— no — respondió rápidamente, mientras seguía consumiendo su bebida.
— cariño, no tienes por qué hacer esto, no es necesario, el chaval ya- — el español fue silenciado, con la mirada penetrante de su marido — a tomar por culo, llegar a un acuerdo contigo es imposible — rendido, abrió la puerta del sótano y fue a disfrutar de la película con el resto.
— ¿Para que quería vernos jefe? — cuestiono un moreno, de ojos marrones, México. En una silla más alejada se encontraba un castaño, República Dominicana, el cual simplemente contaba ovejas en su mente.
— esto es sobre mi terrón de azúcar — expresó el sovietico, llevando exageradamente una mano a su pecho.
— ¿El tripaloski?, Hay jefe, no me diga que al fin ya encontró perro faldero — estaba algo emocionado por imaginarlo, no había visto al albino interesado nunca en alguien.
— eso creo, tengo mis métodos para averiguar lo que hace Rusia y me comentó mi pájaro espía que tiene planeado salir más tarde, necesito tu ayuda para mantenerlo el resto del día en casa, lleva a cabo las medidas que quieran utilizar tu y Dominic — el dominicano y mexicano intercambiaron miradas, ellos si querían ver al bicolor con alguien, por lo que no estaban muy seguros.
— ¿Y nosotros que ganamos? — se levantó el de ojos avellana, acercándose a su padrastro.
— ustedes dos podrán tener la privacidad que quieran durante tres meses — ambos latinos se miraron, ellos dos solitos después de tanto tiempo, ya podían imaginarse las miles de cosas que harían ellos dos y una cama matrimonial.
— aceptamos, na más que si no funciona no nos venga a chingar, ¿Está bien? — el comunista se lo pensó un poco, hasta finalmente acceder.
[...]
El reloj marcaba que aún faltaba una hora para la salida, en casa alemana el nerviosismo por parte de uno de los integrantes consumía el ambiente. Reich no pensó estar tan nervioso, no era una cita y aún sentía que de verdad lo era. Se colocó una camisa blanca y sencilla, una sudadera negra, un pantalón azul no muy apretado y finalmente unos tenis blancos Nike. Hacía mucho que no se ponía ropa tan informal, se había acostumbrado a la elegancia que su padre alguna vez le había inculcado, solo esperaba que su padre estuviera sufriendo en terapia intensiva junto a varias ex naciones más.
