Pérdida

61 17 0
                                    

¡Un abismo!

Parecía de unos diez metros de altura.

¡¿No podía ser peor?!

—¿Y ahora? —preguntó Lisa.

El terror invadía su rostro y el de Sust parecía sin vida.

Solo había una salida.

Saltar.

Con suerte caeríamos al río, y con mucha más, quedaríamos vivos.

Eso, o morir a manos de los humanos.

¡No! ¡Jamás!

—Saltemos — les dije.

Nos miramos por un segundo.

—Yo voy primero —dijo Lisa.

—Yo de último —pidió Sust.

Nos separamos. Lisa parecía decidida.

Ella tomó impulso.

Corrió como pudo y saltó.

Su cabello negro surfeaba el viento.

Sus piernas tensas.

Comenzó a descender. A cada segundo se veía más pequeña.

Tomé impulso y sin pensarlo mucho corrí hacia el borde.

Mi corazón revoloteaba en mi pecho. La circulación era acelerada. La cabeza me hacía BUM BUM.

Unos centímetros antes del borde salté.

Todo parecía pasar lento. Cerré los ojos y me dejé caer. Si moría, no quería ver cómo. Ese momento me pareció infinito. 

Crónicas de un minotauroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora