Capítulo 8; Despertar.

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Sólo de oírlo se me revuelve el estómago, sin embargo; muy a mi pesar, tenía que entrar en mi papel de "sumiso y obediente" por mi propio bien, por lo tanto, hice lo que me había ordenado, me metí a bañar con él.

Lamentablemente sus intenciones no eran exactamente sólo "bañarnos" el me acorralo en la regadera y me estuvo manoseando, basándome y mordiéndome; luego me obligó a colocarme de rodillas...

Máx- Ahora ya que no puedo tener sexo contigo, entonces quiero que me hagas un buen oral.

¿Entiendes?

Alex- Pero yo...

Ma- ¿Acaso no lo harás?

Al- No, si lo haré. _tragándome las ganas de mandarlo mucho al diablo, hice caso_

La verdad no quería hacerlo, pero por un bien mayor tuve que obedecer, aun inexpertamente; yo tomé entre mis manos el falo de Máx y este al ver mi acción sonrió satisfecho.

Luego lo metí a mi boca e inicié el oral que él me había ordenado, estuve así unos minutos hasta que se vino en mi boca, quise escupirlo, mas no me lo permitió.

Con una mano en mi cabello me obligo a ponerme de pie nuevamente y chupo y mordió mis tetillas, estaban hinchadas y lastimadas por la brusquedad de sus acciones pasadas y ahora aún más, pero el seguía bebiéndose la leche que de mi pecho salía, quise reprochar, más con un "gruñido" de advertencia me dio a entender que no.

Después de que se sintió satisfecho, nos bañamos al fin, cuando salí me recosté en la cama; donde mi bebé dormía plácidamente, la verdad no tenía ganas de nada, quería dormir todo el tiempo y estar acostado nada más, olvidándome de todo.

Cuando Max ya estaba vestido y listo; me dijo que saldría y que regresaría dos días después, que tenía que ir a una ciudad cercana y que por ello tardaría dos días en regresar, yo no hice comentario alguno; porque siendo sinceros no tenía nada que decir.

El me advirtió que me comportará y que me mantendría vigilado; así que era mejor que tuviera mucho cuidado con lo que hacía, no se a quien mandaría a vigilarme, pero aun así yo no planeaba hacer nada, no tengo la energía ni los medios como para hacerlo, mi cuerpo aún está muy herido, y aparte de Neit no tenía a nadie más; por lo tanto, pedir ayuda no era opción.

Al día siguiente decidí ir a ver a mi hermano; la verdad aún me dolía el cuerpo, pero ya era más soportable el dolor con ayuda de unos anestésicos que Max me permitió tomar, incluso me dejaba caminar, quería ir a ver a Neit y presentarle a mi bebé, no sabía qué pensaría de esta situación.

Siendo sinceros tengo algo de miedo de que cuando él despierte y se dé cuenta de que ya tengo un hijo y peor aún del estúpido de Máx; quien es su enemigo auto proclamado, me rechace y se enoje.

Pero no es como si hubiese sido mi culpa, ni que lo hubiera deseado, tampoco podía abortar, aunque fuera concebido de aquella forma tan violenta, mi manera de pensar no cabía en esa posibilidad, además de haberlo hecho; hubiese sido inútil pues Max me hubiera vuelto a dejar de encargo pronto.

...

Al llegar al hospital; vi salir de la habitación de mi hermano a uno de los hombres de Máx, se me hizo extremadamente raro y por ello entre rápidamente a la habitación de Neit.

Al entrar; vi que él estaba despierto, mis ojos se llenaron de lágrimas, sé que dije que lo odiaba, pero es mi hermano después de todo, en mi corazón no puedo odiarlo, corrí hacia él y lo abracé llorando desconsoladamente, mi hermano estaba despierto al fin.

Alex- Neit hermano; no sabes cuánta falta me has hecho, te he necesitado tanto.

Neit- ¡Mmm! ... disculpa, pero ... ¿quién eres tú y por qué me llamas así?

Al- ¿Qué?

Me levanté en shock; esto no podía ser, mi hermano no me recordaba, eso me hizo llorar más; salí de aquella habitación y busqué al doctor de Neit.

Al- Doctor, ¿qué pasa, por qué mi hermano no me recuerda?

Me- Lo siento muchacho, pero al parecer el golpe que recibió en la cabeza en aquel accidente, le ocasionó una lesión severa y eso provocó que el perdiera la memoria.

Mi Única Esperanza 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora