Capítulo 18; Robado.

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Max sin esperar nada levanto por los cabellos a Alex y lo puso contra la pared de la ducha dándole la espalda a él para así poder entrar con más facilidad, sin prepararlo o tener una pizca de consideración Max arremetió incontables veces contra el pobre joven que se iba entre gemidos de dolor y de placer; poco pero aun así existente.

El cuerpo era ajeno a lo que la mente deseaba y eso solo hacía que Alex se sintiera aún más miserable al ser consciente de que no controla las reacciones de su propio cuerpo.

Es como si su propio ya se hubiese acostumbrado a esos tratos, aunque la razón aun luche por mantener la cordura, sin duda si seguía con Max y este trato, acabaría volviéndose loco.

Las horas se hicieron eternas y Max no le dio tregua al joven el cual ya tenía en su cuerpo muchas marcas de besos y mordeduras, no solo marcas dejadas por su esposo si no también las dejadas por Ortiga, cuando dieron las 10 de la noche fue entonces que el mayor al fin dejo en paz al pobre; cuyo cuerpo estaba destrozado por lo actos previos con Carlos y con Max, pero sobre todo con este último.

Max ya no permitió que el joven fuese visto por Carlos durante los días que este último estuvo en la casa como "invitado", después de cerrar algunos negocios; Ortiga se fue o al menos eso le hizo creer al imbécil esposo de Alex.

En la noche cuando Max se encontraba recibiendo y haciendo el inventario de la mercancía que había recibido de parte de su Carlos, éste se coló en la casa con ayuda de algunos guardias sobornados y entró en la habitación en donde se encontraba Alex.

Éste se encontraba en su bata de baño pues acaba de salir de darse una ducha, había estado tranquilo desde ayer, ya que Max no lo había molestado para nada, pero no tenía permitido salir de la habitación, los sirvientes le llevaban la comida a sus horas correctas y luego se iban.

Alex se encontraba secándose su cabello y buscando su ropa de dormir, cuando la puerta fue abierta y luego cerrada con seguro, Alex pensó que era Max, pero cuando se giró a ver, se dio cuenta de que era Carlos Ortiga el "socio" de su esposo.

Alex- Señor Ortiga ¿qué hace aquí? por favor váyase, si mi esposo viene me meteré en muchos problemas por favor.

Ortiga- ¿Acaso no te gustó hacerlo conmigo?

Al- No señor, solo accedí porque me ordenaron hacerlo, pero no porque realmente quería, en realidad fue asqueroso, pero tuve que aguantar las ganas de salir corriendo por temor a Max.

Al escucharlo Carlos se enfureció; su ego y orgullo de "macho" había sido herido por un insignificante chiquillo con buen cuerpo.

Ort- Como te atreves a humillarme de esa manera, parece que como fui amable contigo piensas que no puedo ser malo contigo, créeme puedo darte más miedo que el mismo Max.

Al- No te acerques gritare y me escucharan y seguro que él vendrá.

Ort- Que venga, él no es nada comparado conmigo, pero admito que no sería agradable que ese estúpido se entere de que sigo aquí cuando se supone que me fui esta mañana de la ciudad.

Al- Si es así, entonces ¿qué hace aquí y a estas horas?

Ort- Fácil, vine por ti; te llevare conmigo un tiempo, claro que después te devolveré con Max, pero primero me disfrutare de tu cuerpo hasta saciarme durante meses; sin descanso y nada podrás hacer para evitarlo.

Al- No espere no.

Alex ya no pudo seguir hablando porque fue noqueado por Carlos, este se lo llevo a escondidas de Max y se fue con el chico sin que nadie se diera cuenta de nada.

Max estuvo encerrado en la bodega durante 2 días contando e inventariando la mercancía y también disfrutando una que otra muestra gratis.

Carlos había ido allí en primer lugar porque querían que Max se encargara de la mercancía que sería enviado en barco en 2 semanas.

Eran jóvenes hombres de entre 14 y 18 años, quienes habían sido vendidos a diferentes partes del mundo por la organización para la que Max trabajaba, pero a él le habían encomendado cuidarlos mientras llegaba el día del embarque, por eso Carlos había ido ahí en primer lugar, pues tenía que hablar de los detalles con él y sobre todo informarle de que nada le puede pasar a la mercancía o la muerte sería el precio a pagar.

Algunos de ellos eran como Alex, tenían la capacidad de quedar embarazados, pero no lo habían estado aun ya que quienes los compraron querían ser los primeros, había otros que solo eran jóvenes comunes, pero que tenían buen cuerpo como para satisfacer a ciertos gustos exigentes.

Mi Única Esperanza 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora