-¿Papá?- llamo tímidamente la joven de rubia melena. El hombre sentado frente a la sencilla mesa de madera apenas si le tomo importancia al suplicante tono de su voz.
-Lo siento, pero no puedo aceptarlo- una mujer muy parecida a la chica coloco sus manos en los hombros de su esposo brindándole su apoyo. Miro con tristeza a su hija y la voz amenazo con quebrarse.
-Lo siento cariño, Dios nunca nos perdonaría si te damos nuestro consentimiento para...-
El hombre apretó el ceño -¡Para estar al lado de una bestia!-
-¡Esta fría!- me queje al salir a la superficie en busca de aire. El sol finalmente había salido y como consecuencia el príncipe no podía volar más ante la riesgosa posibilidad de ser visto por civiles. Habíamos instalado un pequeño campamento con nuestras casi inexistentes pertenencias cerca del rio y lo que ocurrió casi inmediatamente después fue inevitable; mi cabello rogaba porque lo regresara a la vida. Tome aire y volví a sumergirme mientras me frotaba con las uñas las raíces de mi cabeza con tal intención de desprender el barro de mí, alguna vez, sedosa melena.
Ignora los recuerdos Lucy, ignóralos. No pienses en ellos.
Volví a salir a la superficie para llenar mis pulmones. Me abrace cubriendo mis pechos desnudos; mi cuerpo tiritaba. Pero era terca. No quería salir de ahí hasta volver a sentirme bien conmigo misma, la sensación de suciedad impregnada en la piel era nefasto.
Extraño tanto el agua caliente, las lociones y las velas aromáticas que había en el palacio. Es extraño el sentimiento de pérdida cuando crees que tendrás todo lo que necesitas a tu disposición por siempre.
Suspire y cerré los ojos preparándome, aspire profundamente y sin darme un solo instante para titubear me sumergí hasta lo más profundo del rio.
¿Qué se supone que haré cuando tenga a mi padre frente a mi otra vez? ¿Perdonarlo?
No, no puedo...aun no. Una parte, dentro de mi corazón, siente un gran y terrible desprecio por él. Asesino a mamá, la arrebato de mi lado. Es demasiado pronto para que mi corazón pueda volver a confiar en él.
Dijo hacerlo para evitarnos sufrimiento, pero no estoy feliz por la decisión que tomo; fue egoísta y desalmada... pero aun así, fue el hombre que me cargo en sus brazos cuando era pequeña.
¿Porque tuvo que pasar todo esto? Mi vida era un cuento y ahora todo se ha arruinado.
Quizá, de no ser por el padre de Natsu...mi familia jamás se hubiese roto. Todo es culpa de la ambición y de la desesperación al verlo todo perdido. Después de todo, ¿No habrá un final feliz?
Nade hacia la luz alejándome de la oscuridad, me impulse y salí de golpe a la superficie llenando mi cuerpo del aire vital. Enterré la cabeza en el agua y de golpe la saque arrojándome la rubia melena en la espalda. En silencio contemple el cielo, imaginando mi vida si la desgracia nunca me hubiese alcanzado, si el cuento nunca hubiese acabado. Cerré los ojos. No quería llorar, era hora de afrontar el dolor. Quería encontrar la fortaleza para hacerlo.
Mamá... ¿Sabes cuánto te extraño?, quisiera, haber tenido la oportunidad de despedirme de ti.
Me haces demasiada falta... tu sabrías calmar a mi inquieto corazón.
Mire por todos lados y me atreví a salir del rio cuidándome de no pisar alguna piedra mohosa mientras cubría mis senos con las manos. Me acerque con cuidado a nuestro campamento, donde note un movimiento veloz junto al árbol donde descansaban mis pertenencias. Un grito incontrolable salió. Como acto instantáneo, de la nada apareció Natsu emergiendo entre la seca maleza con preocupación en su rostro (ni siquiera fingió no notar mi desnudes, con descaro sus ojos rápidamente captaron mi feminidad), el mío se puso colorado al instante y como acto reflejo comencé a lanzarle nuestras cosas.
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Eres Todo en Mí [En edición]
RomanceLa muerte de una reina a manos del rey. Una princesa que huye en el lomo de un feroz dragón; el encuentro predestinado de un amor que ha sobrevivido a pesar de las guerras y vidas pasadas.