Puedo ser Felíz sin Ti

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Ya han pasado tres meses desde la ultima vez que vi al amor de mi vida, y dentro de tan solo dos semanas, caminare al altar y me casare con un hombre que no es él.

Mire con desagrado la puerta cerrada de mi habitación, la cual era golpeada con sutileza -Lucy, cariño ¿Estas despierta?-

Son las cuatro de la tarde, sabes que estoy despierta...

Ignore la voz y me acurruque entre las sabanas ocultando mi rostro con la almohada. ¿Para que contestar? De igual forma entraría y eventualmente así fue.

-Lucy, cielo, tu novio esta aquí- murmuro calidamente sentándose al borde de la cama. Cerré los ojos ocultando la amargura que me provocaban sus palabras.

No hice el mínimo esfuerzo por voltear a verle -¿Podrías decirle que no me siento bien, por favor? No estoy de humor para ver a nadie ahora-

Déjame tranquila, por favor...

Comenzó a mover mi cuerpo con sutileza -Anda, dijo que quería llevarte al pueblo, ¡Sera muy divertido!- pronuncio con un entusiasmo forzado.

No abrí mis ojos -Quizás mañana-

Escuche como gruño -¡Bien, ya basta! ¡Fuera de la cama!- dijo con dureza arrebatándome las sabanas con brusquedad.

-¡Mamá!- reclame reincorporándome.

-¡¿Cuanto tiempo piensas seguir así?!- rugió arrojando las mantas al suelo. Esquive su mirada, no tenia sentido enfrentarme a ella.

-No se que estas hablando-

-¡¿Necesitas un espejo?! ¡Vives solo porque respiras! ¡Sintiéndote miserable cada día! ¡Soñando con ese monstruo por las noches y llorando al despertar! ¡Regresaste, pero ¿Donde esta mi hija?!-

La observe fijamente y su expresión cambio-¿Como sabes tú eso?- Ella lo sabia, se había delatado por si sola-¡Has leído mis cartas!-

-¡Te casas en dos semanas!-

-¡¿Y quienes me están obligando a hacerlo?!- Se escucho un eco y me lleve la mano a la rojiza mejilla mientras la miraba rabiosa.

-¡Saben que amo a Gray, pero jamas podre amarlo como ame al dragón mamá! ¡Entiéndelo!-

-¡Estas confundida! ¡¿Como podrías amar semejante bestia?!-

Me puse de pie y abrí las ventanas de golpe-¡Por el huí de aquí mamá! ¡Y si regrese, fue porque sin él no hay nada haya fuera que yo pueda querer!- La mire con tristeza que irradiaba desde el fondo de mi corazón -Creí que por lo menos tú me entenderías, pero veo que hasta en eso estaba equivocada-

Se acerco a paso veloz hacia mi, me tomo de los hombros y me sacudió con suavidad -Trato de ahorrarle sufrimiento a tu vida, niña tonta- Me dio un beso en la frente y acaricio mi rostro con sus manos - Ahora eres joven y muy bella, pero eso no es eterno cariño. Necesitaras a un hombre que cuide de ti y de los niños. ¿Quieres que te vean por el pueblo y te señalen por ser una solterona?-

Una lagrima resbalo por mi mejilla, sus palabras habían echo rebalsar mi paciencia. La aleje con brusquedad de mi -¿A eso se aferra tu aflicción? Claro, en eso se basara mi vida entera, en la opinión de los demás. Y el mejor remedio que se les ha podido ocurrido a ti y a papá es encadenarme de por vida, muchas gracias, ¡Soy la hija mas afortunada de todas!- brame saliendo de la habitación dando un portazo. Baje las escaleras con rapidez y corrí a través de la sala de estar, fue entonces cuando finalmente llegue a la entrada principal y ahí estaba él, que pese a su humildad no dejaba de ser un correcto caballero.

Eres Todo en Mí [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora