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— Que yo de amarte no me arrepiento, lo que vivimos fue tan sincero, ¿Cuánto te quise? ¿Cuánto te quiero?

— Que lo nuestro, se quede nuestro, que yo de amarte no me arrepiento— las lágrimas resbalaban por sus mejillas mientras sentía el toque de las manos de su amado.

(Qué lo nuestro se quede nuestro, Carlos Rivera)

Volvió a despertar agitado y con lágrimas en sus ojos, aún seguía ese sueño, uno consistente que lo único que hacía era destruirlo, lo veía una y otra vez, escuchaba su voz y podía tocarlo nuevamente, pero todo eso se terminaba cuando abría los ojos, encontrándose con su desgarradora realidad en donde ya no tenía al ser que tanto amaba.

— ¿Estás bien padre?

— ¿Qué haces despierto Boruto?

— Iré a entrenar con Menma ya que aún es temprano y así nadie nos verá.

— ¿Entrenarán aunque no estén en casa?

— Por supuesto, mamá decía que en cualquier situación es bueno tener un entrenamiento para no perder la condición física.

— Tu madre y sus cosas, pero tiene razón, él con mucho esfuerzo llegó hasta el punto más alto siendo el mejor de todos.

— Gracias papá, bueno, ya me voy porque si no Menma va a dejarme.

— Al terminar se vienen directo a casa, los estaré esperando para desayunar.

— Claro papá, nos vemos después.

Sasuke volvió a tomar lugar en el sofá y recordar eventos del pasado que le gustaría volver a vivir, mientras tanto los dos pequeños salieron de casa con toda la energía del mundo, sintieron como la fría brisa chocó contra su rostro, pero aún sintiendo ese escalofrío por su cuerpo decidieron continuar, se dirigieron al mismo lugar en donde habían visto el entrenamiento del equipo siete, se posisionaron y comenzaron a entrar en calor.

— Yo quiero probar hoy con el rasengan, por favor ayúdame Menma.

— Bien, posicionate y crea un clon de sombra— terminó de explicar y se emocionó al ver a Boruto con la técnica en la mano— me debes un ramen de Ichiraku.

— Eres un aprovechado.

— ¿Quieres un enfrentamiento uno a uno de manera pacífica?

— Puede que papá se entere y nos castigue por desobedecer pero, no todos los días puedes enfrentar a tu mayor oponente.

— ¿Yo soy tu mayor oponente Boruto?

— Callate, hay que comenzar antes de que amanezca.

— Sensei, ¿No deberíamos ir a entrenar nosotros también?

— Espera Boruto, quiero ver el potencial de esos dos.

Dentro del lugar se encontraba Sasuke Uchiha y Boruto Uzumaki, ambos habían ido a entrenar de igual manera pero al escuchar ruidos se dirigieron al lugar en donde estaba el dúo de hermanos Uchiha, al Uzumaki le daba un poco de rabia y quería irse pero el azabache quería ver en una pelea al duplo.

— Sensei, ¿Por qué nos quedamos? Esto no es nada interesante.

— Veremos la técnica de un oponente, no es lo mismo que estés en el campo de batalla a estar fuera y ver todo desde lejos.

Sin más que decir observaron, ambos chicos se posicionaron en el centro del lugar, se dieron un apretón y una pequeña reverencia, luego de ello comenzó un enfrentamiento, vieron como el ojiazul realizaba el jutsu gran bola de fuego, para luego ver al azabache con un Chidori en la mano corriendo en dirección a su oponente, por lo que podían apreciar, ambos eran magníficos en Taijutsu.

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