IX

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Comisaría 3:00 pm

Sala de interrogatorios

Los cuatro oficiales principales que estaban a cargo de el caso miraban detrás de el vidrio a la chicas de cabellos castaños, ya tenían más que claro que no estaba bien de la cabeza y no tenía ninguna cordura. En pocas palabras estaba loca, a lo sumo dirá bastante tonterías pero también algo de verdad.

—Yo entraré—. Declaró Takeshi mirando a la chica— no debe ser demasiado difícil lidiar con ella—. Mira a sus compañeros con seriedad sin nada de vacilación.

—Puedes entrar—. Miyamoto miró a Takeshi, inexpresivo—Solo no comprometas demasiado—. Da una mirada significativa a él.

—No te preocupes sargento, no pasaré el límite—. Da una pequeña sonrisa, toma una carpeta y entrar a la sala.

El entro a el lugar, sentándose en la silla sin dirigirle palabra alguna a la chica, abrió la carpeta con calma aparentemente ignorando la. Rinka al parecer no se vio demasiado afectada por él, solo veía al oficial con una sonrisa.

—Rinka Okina, hermana de Kazuki Okina y hija de el matrimonio Okina—. Comenzó a relatar la información— actualmente tienes 14 años de edad ¿Me equivoco?—. Deja de lado las palabras en el informe y la mira con calma.

—No te equivocas en nada oficial—. La chica solo sonríe, con su mano hace círculos en la mesa.

Takeshi no le contesto solo volvió su mirada a la carpeta con la información de ella, dejo de lado la sección de información personal y pasa hoja. La información que tenía delante era sobre su actividad y otra información no muy significativa.

—Entonces...¿Sabes por qué estás aquí?—. Cierra la carpeta dejándola en la mesa, cruzando sus piernas y poniendo sus manos entrelazadas en su regazo.

—No oficial—. Sonríe con una expresión de inocencia cómo si fuera una niña común y corriente—no espera... ya lo recordé—. Su sonrisa se ensancha de oreja a oreja— ¿Es por quitarme de el camino a esa perra de Otome?.

Él hombre no cambio de expresión, cómo si imnumerables veces haya oído cosas similares. Puso su mano encima de la cadera y con el dedo la golpeaba de forma rítmica.

—¿Entonces usted lo confiesa?—. Aún moviendo su dedo contra la carpeta, mirándola sin sentimiento alguno en su mirada.

—No se de qué habla—. Su expresión vuelve a la normalidad, cómo si lo de hace minutos fuera una ilusión— no hablaré, a menos que sea con mi hermano señor oficial—. Se endereza sonriendo serena.

Takeshi la estuvo mirando sin parpadear durante unos minutos, al cabo de que esos minutos terminarán. En silencio recoje la carpeta y sale de el lugar totalmente calmado.  Mirando a sus compañeros solo suspira, poniendo la carpeta en la mesa cercana.

—No hablara o se hará la tonta—. Michio fue el primero en romper el silencio y declarar los hechos obvios.

—¿Por qué no le mostrarle las fotos de el vídeo?—. La única chica entre los cuatro preguntó mirándole con dudas.

—Incluso así, ella no hablara, lo noté a la perfección—. De su bolsillo saca una caja de cigarros— a menos que le demos lo que quiera—. Pone el cigarro en su boca y busca el encendedor de su bolsillo.

Camino Diferente #PGP2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora