XIII

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Oficina de la señorita Hoshi

Han pasado unas semanas desde la primera sesión, en ese plazo hubo leve mejoría en Otome y su relación con su psicóloga es buena. La rutina entre ellas es simple, Otome cuenta lo que sucedió desde la última vez que se vieron, Akina hace algunas preguntas y Otome responde . Todo de manera ordenada y sin forzar. Cada sesión se hace una vez a la semana y actualmente están en la 6 sesión de el mes. 

—Buenos días Otome, ¿Cómo has estado en esta semana?—. Saluda y pregunta con una leve sonrisa.

— Buenos días Akina san—. Saluda sonriendo— en estos días he estado bien—. Informa entusiasmada.

Akina asiente levemente satisfecha por ese progreso, abre su libreta con una sonrisa pasando las páginas llegando a una en blanco donde pone la fecha y nombre de el cliente que obviamente era Otome.

—¿Has tomado tus pastillas?—. Pregunta escribiendo los datos faltantes.

—lo hice, tal y cómo usted mando en la receta—. Responde honestamente la peli rosa.

La mujer hace un «hm» asintiendo, terminando de escribir pone toda su atención en Otome, vendría la pregunta fuerte.

—¿Y las pesadillas?, ¿Has tenido más o se han detenido?—. La observa directo a sus ojos sin perder ningún detalle.

—N..no he tenido más pesadillas a veces...—. toma una leve pausa— vuelven pero ya no tan frecuentes—. Terminando la oración se lame los labios bajando su mirada.

La contraria asiente en silencio escribiendo algo en la libreta, después de eso se suma un silencio en el lugar. Que es cortado poco después por Akina.

— ¿Y cómo ha ido el día de hoy?—. Eso captó inmediatamente la atención de Otome, mirando a la mujer con ojos brillantes.

—A sido fantástico—. Responde con entusiasmo y un brillo especial en sus ojos.

Akina se siente aliviada de ver eso, estas semanas no han sido las más fáciles. Especialmente el comienzo, fue difícil hacer que Otome empezará a tomar más en serio su recuperación. Y ver su estado actual en su alivio tanto de manera personal cómo profesional, siempre espera que sus oavientes puedan dejar atrás lo que les atormenta.

—Pues cuéntame querida ese día fantástico—. Poniéndole toda su atención sincera.

Y así es cómo Otome empezó a narrar el día, con entusiasmo y felicidad.

7:00 am Casa Sakuragi

Todo empezó de muy buena manera, me desperté por la alarma. La apague y por primera vez sentí que sería un día perfecto. El día anterior había acordado con Kazuki encontrarnos en nuestra heladería favorita, dónde frecuentemente íbamos de niños. Así que me prepare lo más rápido posible.

—Uff ¿Qué debería ponerme?—. Me pregunte preocupada, no encontraba un conjunto satisfactorio.

Así que procedí a poner toda mi ropa en la cama, buscando con paciencia un conjunto que sea lo suficiente bonito pero a la vez formal sin verse tan casual. Hasta que unos minutos después lo encontré. Una blusa de color negro con dos tirantes que se ajustan para resaltar un poco de escote con una falda de color rosa fuerte que llegaría hasta los muslos y unas botas con plataformas de color onyx.

—Perfecto—. Me dije al espejo— solo faltaría...—. de mi joyero agarre un broche de conejito rosa, con ojos azules y un lazo blanco en su oreja derecha y me lo puse.

El cabello por supuesto me lo deje suelto, era la mejor opción y no quería demorar más. Tome mi bolso de color blanco con un conejito de ojos rosas y salí al encuentro de Kazuki. Camine rápido pero constante, regularmente me arreglaba un poco la ropa. Cuando llegue al apartamento de Kazuki, justo iba a tocar la puerta cuando el salió.

Camino Diferente #PGP2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora