XIV

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La ciudad de Tokyo, capital principal de Japón, anteriormente llamada Edo en la era Meiji. Tokyo hoy era acariciado por la lluvia, una que no tenía mucha fuerza, aún así los habitantes de Tokyo llevaban sus sombrillas y iban con prisa por la calle. Al ser un Lunes la ciudad era animada, aunque solo en movimiento principalmente gente vendiendo y yéndose por las calles.

Los estudiantes caminaban algunos en solitario, otros en grupos conversando sobre cómo serían los próximos exámenes o citas de juego. Una paz tan maravillosa, quien iba a pensar que en medio de esta «paz» hace solo un mes que hubo juicio y encarcelamiento por violación junto a trata de personas en el ámbito sexual.

Solo había un lugar de la ciudad, que era tranquilo, solemne y con la suficiente tranquilidad profesional. Así es hablamos de la comisaría que se encargó del caso de nuestros amados protagonistas. La comisaría «White Spirit Dragon», su nombre resonó después del caso al ser la misma una recién fundada hace menos de dos meses. En esta misma comisaría, en una oficina amplia; un hombre de piel blanca, cabellos negros y ojos plateados.

Que hablaba por el móvil, mientras veía la lluvia caer por la ventana. Las gotas de lluvia caían contra el cristal distorsionando su reflejo. Él no parecía afectado por la lluvia ni en el estado casi deprimente que ella daba al ambiente.

¿Me llamas solo ahora bastardo?—. Gruñó molesto, Hideo mirando la lluvia a través de su ventana.

Una risa suena en su oído, la persona del otro lado de la línea estaba acostumbrada a su carácter. Y el insulto para él era un saludo, la voz sonó con calma cerca de su oído.

Sabes perfectamente en que estaba ocupado—. La voz del hombre suena, haciendo una pausa— y veo que todo fue un éxito—. Declaró la voz que provenía de su teléfono móvil.

Hideo miro la lluvia, estando en silencio. Luego soltó un suspiro pesado respondiendo al hombre de identidad desconocida para nosotros.

lo sé, y si todo fue un éxito—. Cruza las piernas dejando que una sonrisa domine su cara con satisfacción— después de todo ese era el objetivo, resolver casos y erradicar a la plaga—. Afirmó a la ligera, buscando algo en sus bolsillos.

Frunció el ceño al no escuchar un sonido proveniente del celular, así que reviso la pantalla aún estaba la llamada. Se confundió unos momentos pero todo se aclaró después escuchando un sonido extraño, inexpresivo interrumpió.

¿Puedes dejar de hacer tus cochinadas mientras hablamos?—. Su ceja se crispó, teniendo un tic.

lo siento—. Su voz no sonó nada arrepentida o avergonzada— ella necesitaba atención—. Tararea con descaro, sin importarle la reacción ajena.

Hideo respiro hondo contando mentalmente hasta 20, buscando paciencia en dónde no había. Se levantó de su asiento, recogiendo la carpeta donde había un estampado de CERRADO, en letras grandes.

El caso fue todo un éxito—. Por el bien de su paz mental cambio de tema— pero no es suficiente para usted, ¿Verdad?—. Su voz llena de seriedad, inundó la oficina donde solo estaba el— y estoy seguro que tienes más planes.

Un suspiro escucho en su oído, parecía que el otro lado estaba cansado o quizás no tenía ganas de seguir la conversación. Hideo también suspiro, «Él» era problemático y también...todo lo que pasó aquella vez. Sacudió la cabeza, ahuyentando aquellos recuerdos y pensamientos, no valía para nada pensar en el pasado; era simple perdida de tiempo.

Si tengo planes, deberás prepararte—. La seriedad y el peligro cerca de su oído no lo estremeció, estaba acostumbrado sus orígenes lo acostumbraron a eso, al peligro— y por supuesto, recuerda lo que te puede suceder si no los sigues «Hakai no ōji—. La amenaza llegó a suz oídos, cría y sin escrúpulos.

Hideo solo contesto un «sí», colgando el móvil y mirando el archivo. Era el archivo sobre el caso de Otome, el primero en ser el más importante y el que los llevo a la fama. Sin expresión lo guarda en el archivero, volviéndose a sentar para volver a mirar la lluvia que no daba indicios de parar.

Apartamento Okina
10:00 am

En el hogar de Kazuki, estaban él y Otome estudiando, los dos tenían un examen el próximo viernes. Así que debían estudiar lo mejor posible, más cuando solo faltaba unos días.

—¿Necesitas aclaración en algo Kazuki kun?—. Pregunto Otome, queriendo saber si necesitaba ayuda su amigo.

Quedaron en ese por ahora, amigos ninguno estaba lo suficiente bien para estar en una relación. Obvio los dos se gustaban, pero debían sanar las heridas causadas por el incidente de hace un mes. No era fácil pero progresaban cada día lo mejor que podían.

—No, gracias Otome—. Suspiro dejando el bolígrafo y masajeando su hombro— de verdad que hay mucho que repasar, y solo nos dieron pocos días de antelación—. Se queja agobiado, para rematar tenían otro examen más el lunes de la próxima semana.

La peli rosa ríe, si le hacía tierno las expresiones y quejas de Kazuki, aunque ella debía estar de acuerdo con él. No dejaron demasiado margen de maniobra para los de la clase y toda la escuela, aunque era normal, es su último año.

—De nada, en realidad debería agradecerte a tí por dejarme estudiar contigo—. Le sonreía verdaderamente agradecida con él.

—Esto no es nada, Otome nee siempre te ayudaré—. Le toma de la mano con una sonrisa— aunque todo sería perfecto si el día no fuera tan deprimente—. Comento mirando a la ventana y la lluvia que caía sin parar.

Otome oyendo el comentario miró la ventana, Kazuki tenía razón sería más perfecto si no lloviera. No estaba segura de que si era por su estado mental, pero la lluvia la ponía triste.

—hm...—. Miro la hora dándose cuenta de que ya eran las 10:30— ¡Ah!, Kazuki kun debo volver a mi hogar, le prometí a mis padres volver antes de las 12—. Cierra su libreta y recoje sus útiles apurada.

— ¡Te ayudo!—. Exclamó ayudándole a recoger sus útiles y ponerlos en su bolso.

Los dos una vez que recogieron todo, salieron ambos con un paraguas, los dos caminaban en silencio. Siendo sincero entre ellos no sabían de que hablar, cada uno optó por estar metidos en sus pensamientos hasta que dejaron de sentir la lluvia. Ambos confundidos, bajan el paraguas. El cielo empezaba a despejar las nubes negras, el salió comenzó abrirse paso y con eso nació un hermoso arcoiris de 7 colores.

Sus corazones laten al ver tan hermosa escena, sus ojos solo miraban al recién arcoíris tan hermosos y joven. Cómo efímero. Otome tomo la mano de Kazuki, sonriendo dijo.

— ¡Es hermoso este arcoíris!—. Exclama con una gran sonrisa— me preguntó si los zorros se están casando con mucha felicidad—. Sus ojos brillan al reflejar el arcoíris que con elegancia adornaba el cielo azul.

Kazuki sonrió, mirando el arcoiris y correspondiendo el gesto con gusto. Se alegro de que tan bella escena pasará justo cuando salían.

—Si seguro se casan muy felices, por eso el arcoíris es tan bello—. Afirmó mirando con dulzura y cariño a Otome, el también quería llegar a más pero pro ahora debía esperar.

Los dos siguieron su camino, de buen humor. El arcoíris representaba muchas cosas, y esperaba que la representación de la paz y felicidad significará buen pronóstico para el futuro. Después de todo algo tan bello es señal de que algo bueno pasaría y sobre todo de que los zorros tienen su boda.

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¡Hola mis amores!, Por fin una actualización después de mucho tiempo. Este capítulo me encantó más aún el final.

También vengo avisarles con mucho ánimo que participó en Premios Gemas Pérdidas 2023. Y agradezco a PremiosGemasPerdidas  por aceptar mi humilde historia, ¡Gracias por darle una oportunidad! ✧◝(⁰▿⁰)◜✧

¿Qué les pareció el capítulo de hoy?

¿Les gustó?

¿Alguna teoría sobre la llamada?

Y recuerden chicos, si ven algún error de ortografía avisarme yo lo corrijo. Lo amo mis lobitos bye bye que tengan buena noche ( ˘ ³˘)♥

Camino Diferente #PGP2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora