XIII

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Le hacía falta poco para llegar donde su amiga. Había quedado de verse con ella para hablar sobre el favor que había accedido a hacerle.

Cuando llegó a su departamento, la chica le recibió amablemente.

—Natsuo-kun, bienvenido, pasa.

—Gracias, Mizutani-san.

Caminó hasta el comedor guiado por ella.

—Ya preparé los tintes blancos para el cabello. Espero que hayas traído muestras del cabello.

—Sí, traje unos cuantos mechones. Por cierto, ¿ya habías trabajado antes con el cabello rojo?

—Sí —respondió mientras se colocaba unos guantes negros de latex—. Acabo de recordar, mencionaste que tú hermano tiene una cicatriz en el rostro, ¿no es así?

—Oh, sí, así es —sacó su teléfono mostrando una imagen de su hermano.

Al ver la imagen, el rostro de Mizutani no mostró mucho, parecía analizar la imágen detenidamente.

—No soy dermatóloga... aún, pero puedo decir que fue una quemadura de segundo grado —con sus dedo índice y pulgar sujetaba su mentón mientras agudizaba la mirada—. ¿Cómo ocurrió?

Natsuo no contestó, desvió la mirada y apretó los labios en su lugar. Al darse cuenta de que quizás había cometido un error al preguntar, Mizutani se sintió nerviosa y preocupada.

—¡No! ¡No! ¡No! ¡No hace falta que respondas! —exclamó apresuradamente.

—Sí, emm... Ocurrió hace un tiempo, Shouto era solo un niño cuando pasó. Fue una quemadura causada por agua hirviente.

El rostro de la chica era inexpresivo, pero en su interior sentía una gran curiosidad. Unos segundos de incomodidad después, Mizutani fue quien rompió el silencio.

—Cubrir la cicatriz no será un gran reto. Aún así, habría sido mejor si hubieras traído a tu hermano, de esa manera yo podría ver y tocar el área que voy a maquillar.

—Sí, jeje... Pero Shouto estaba ocupado... Así que...

—Bueno, ya que. Pongamos manos a la obra y averigüemos cuál es el tinte adecuado para su cabello.

Después de unas cuantas pruebas realizadas en los mechones de cabellos rojos, ya habían encontrado el tinte del color correcto.

—Tengo una pregunta —dijo el albino mientras barría el piso donde habían caído unos cuantos cabellos antes—. ¿El tinte es permanente?

Kyoko desechaba los guantes de látex en un cesto de basura del comedor cuando escucho la pregunta de su amigo. Antes de contestar, se acercó a la mesa y se sentó en una de las sillas cercanas a ella.

—El tinte no es permanente, pero si es muy difícil de quitar del cabello, se necesita un jabón especial para ello. Y antes de que preguntes, quitar el tinte de la piel es mucho más fácil, puede lavarse con agua y jabón Zote.

—Espera... El jabón Zote... no se vende en Japón —exclamó un tanto confundido.

—No en Japón, pero en Corea del sur y China sí —respondió con una sonrisa un tanto burlona—. Es por eso que es un tinte muy especial —dijo mientras jugaba con uno de los tirantes de su overol de mezclilla.

—Ya veo... Ahora solo hace falta pedirle a Shouto que tome mi lugar... jaja...

—Sí, solo hace falta que le pidas a Shouto que tome tu lugar —repitió ella.

—Sí... jajaja...

—¡Ehhhhhh! ¡Me habías dicho que el estaba de acuerdo contigo!

—Bueno, en realidad nunca le pregunté —confesó Natsuo.

Luces, cámara y... ¿SEXO?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora