Cap. 15: Sin dejar de sorprender

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Me quedé un poco en shock mientras Sasuke seguía su camino y salía de casa. Estaba confusa. Me acaricié un poco el labio inferior e intenté olvidar lo ocurrido.

Me di un baño relajante de espuma, con los audífonos puestos casi hundida en el agua. Con los ojos cerrados, noté una pequeña brisa un poco escalofriante, pero no le di importancia.

No aguantaba más. Estaba tensa, y decidí mirar a ver qué diantres pasaba en el baño que me daba tanta incomodidad... ¿Cómo no?
-¡ERIK JUNIOR! -le regañé cubriendome el pecho aunque de todas formas no se me viera nada.

Él ni siquiera se inmutó por mi grito. Estaba tan tranquilo frente al espejo afeitandose con los pelos aun mojado de haberse duchado. No se le veían las cejas con el pelo, y los ojos se le veían un poco más grandes... Le daba un toque de niñato adorable pero a la vez sensual. Al levantar la cabeza, se le marcaba aquella mandibula y seguidamente, el cuello desnudo dejandome un poco embobada.

Me miró indiferente como si no estuviera desnuda. No le impresionaba nada. Dio un golpe con la cuchilla en el lavabo y seguido, me la tiró a la cabeza.
-¿¡Qué demonios te pasa!? -le grité tras reaccionar con el choque de la cuchilla en la frente.
-Tras un pequeño silencio, se lavó la cara- Pensé que te habías dormido con los ojos abiertos... -dijo pasivo-
-¿Y quién piensas que puede hacer eso? Lees demasiada ficción -dije en un bufo-
-Ni parpadeabas. -añadió dejandome un poco callada-
-Vaya... Veo que desde que te quitaron la escayola, estas más bravo que antes. Como se nota que no necesitas mi ayuda, eh?
-Eres una inútil. ¿Para qué vas a servirme tú? -dijo saliendo por la puerta-

Ui... Que mala ocasión esperó para tocarme la moral. Me levanté de la bañera muy dispuesta, me relié una toalla super pequeña en el cuerpo, y fui en su busca.
-Junior~ -susurré en un aire de sensualidad asomandome a su cuarto. Me miró como si nada y siguió leyendo tumbado en su cama. Me acerqué a él con andares de modelo haciéndome ver sensual. Comencé a quitar el nudo de la toalla para quitarmela, y clavó su mirada en mí.
-¿Qué haces? -soltó seriamente en seco-

Lo miré con una sonrisa ladina de arriba a abajo.
-Vestirme~ -mas sensual, y me toma por actriz porno-

Me miró de abajo a arriba una vez, y se me quedó mirando a los ojos fijamente.
-óyeme... Se te ve un poco mas de esa cosa podrida y repelente que tienes por carne, y hago espetos con tus ojos -tras un pequeño silencio de los suyos, bajó la mirada y siguió leyendo como si yo no hubiera entrado-

"Ma' cortao' tol' rollo" pensé amarrandome el nudo de la toalla indignada y volviendo al baño para acabar mi aseo.

Llegó la noche. En realidad fue un día bastante tranquilo desde lo de la ducha. Sentada en el sofá, vi como Diablo me miraba impaciente por que lo sacara a la calle. Era un perro adorable por mucha pinta de rabioso que pareciera tener. Tenía su correa de pasear en la boca, y movía el rabo con la esperanza de que me levantara a sacarlo.

Busqué a Junior por la casa para decirle que lo sacara, pero no estaba. Decidí sacarlo a pasear media hora para que dejara de mirarme con aquellos ojos de cachorro juguetón.

Salimos a la calle. Era un perro muy obediente. No tiraba de la correa, e ignoraba a todo el mundo paseando y juguetando a su propio albeldrío.

Llegamos a un parque bastante oscuro, donde había una rotonda y solo carretera con casas alrededor. Lo solté ya que conocía perfectamente lo que era la carretera y sabía que no podía pisarla así porque sí. Me senté en un banco del parque mientras lo observaba y sonreía.

Unas luces me alumbraron la espalda acompañadas de un gran motor de coche. Me giré, y me engarroté al completo al escuchar un frenazo y el coche sin control dirigiendose a mí. El conductor consiguió dar un volantazo y empotró el coche contra un jardín de una casa haciendo que el cohe ardiera. Estaba casi totalmente siniestro, y yo, con la "patata" en la boca intentaba coger el aire que no había cogido en esos pequeños segundos que se me empalmaron hasta las orejas.

El conductor tosía saliendo del coche casi a rastras. Diablo salió corriendo hacia él, y yo detrás del perro. No estaría bien que encima de un accidente, le mordiera un "perrángano".

Lo agarré del brazo ayudándolo a ponerse en pie.
-¿Se encuentra bien? -le pregunté muy educada yo.

¿Pobrecito? ¡Pobrecito mis caparazones! ¿Por qué a cada lugar que iba, me encontraba al mismo señor? Tenía la cara herida, y parte d la ropa como quemada y casi arrancada. Me tomó por el hombro haciendome correr hacia unos callejones oscuros mientras me gritaba que corriera con una voz ronca.

Se escucharon coches llegar donde el accidente. Tras escondernos tras una esquina, me hizo sentarme junto a él mientras me tapaba la boca y se asomaba cautelosamente a ver qué ocurría.

Me parecía curioso que por muy mal que me tratara y me despreciara, en los momentos peligrosos, fuera como si lo fuera todo para él. Casi abrazándome, respiraba lo mas bajo posible. Me relajé un poco apoyandome en él a esperar para salir de allí. No sabía por qué estabamos allí, ni por qué había que esconderse de aquella forma, pero me gustaba estar así. Era extraño que me dejara estar tan cerca de él.

Diablo estaba tan callado que ni me percaté que estaba allí a nuestro lado. Estaría acostumbrado a pasar por aquellas cosas, que sabía perfectamente como debía comportarse.

Dos hermanos (Tu, Erik jr. & Sasuke)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora