Cap. 12: La Fiesta

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No tenía mucho. Me puse lo más arreglado que tenía para ir a tomar algo. Algo de maquillaje y mi pelo bien liso.

Noté como llamaron a la puerta y bajé para recibirlos de buena manera. Tylor me desnudó con una sola mirada. Esta vez Hanabusa no estaba.

Junior bajó detrás mía tras coger un par de cosas. Cuando lo vi, se me congeló hasta las uñas de los pies al verlo tan bien vestido. Siempre solía ir en chandal ancho sin importarle el qué dirán. Iba con unos pantalones anchos vaqueros oscuros y una camisa blanca ajustada de mangas largas, ligeramente abierta. Se le notaba la piel suave y lisa, recién afeitado. Era muy masculino de esa forma, pero su rostro seguía sin curvarse. Seguía sin sonreir.

Ino y yo estabamos paradas mirandolo de arriba a abajo sin decir palabra. Desde la pequeña apertura de la camisa, le destacaba algo. Parecía un tatuaje en el pectoral derecho, pero no conseguía saber que era.

Junior le dio un chorlito en la frente a Ino para hacerla reaccionar y caminó hacia su coche de ella.

Caminé tras él ya que yo iba bajo su cautela, o eso creía yo...

Llegamos hasta una gran casa blanca, con jardines perfectos y esculturas grandes antiguas. Caminar por aquel sitio no me resultaba nada agradable, daba mucho escalofrío y mas si era de noche.

Llegamos hasta la casa. Ino abrió, y la casa se convirtió en un paraíso. Era elegante y para nosotros solos.

Al parecer, Ino vivía sola a pesar de sus quince años de edad. Su padre visitaba la casa en casos necesarios de hacer creer que vivía con ella, pero sus padres vivían fuera del pueblo y ella era totalmente libre. Hacía fiestas en su casa cada vez que quería sin importarle nada. Desde luego era una chica bastante desprotegida y maleducada.

Se tiró en el sofá junto a la chimenea y empezó a sacar botellas de alcohol. Me quedé impresionada, pensé que solo ibamos a ir un ratito a cuaquier lugar a tomar algo, pero no sabía que ella quería acabar como una cuba.

Nos sentamos todos en el sofá observando a Ino. Ella abrió una botella de alcohol y rellenó medio vaso. Nos miró y pasó la botella.

Yo estaba un poco cortada. Me limité a agachar la cabeza y a observar por última vez el gesto de Junior rellenando un vaso con alcohol y fanta.

Vi su mano agarrando ese vaso acercandose a mí ofreciendomelo. Yo en realidad había bebido unas cuantas veces, pero no de manera bruta como hacían ellos.

Llegó un chico a la casa. Era moreno con las puntas del pelo en pelirojo. Ojos verdes, un piercing destacado en el labio, en la parte central, y orejas de....¿Neko? ¿Qué criatura era ese chico?

Se sentó con nosotros a beber después de presentarseme. Era Max, el hermano mayor de Ino. No vivía con ella, pero la visitaba en cada fiesta que esta hacía.

Después de llevar horas y horas bebiendo, yo me sentía genial. Estabamos tranquilos en el sofá. Decidimos salir al jardín a beber allí, pero ahí fue cuando me di cuenta de cuanto había tomado. Al levantarme, la cabeza se me presionó un poco y todo comenzó a moverse. Me senté inmediatamente soltando carcajadas que ni yo misma sabía por qué.

Tras salir al jardín, seguimos bebiendo y haciendo juegos estúpidos. Junior se había quedado dentro ocupando todo el sofá.

Ino le dio la señal a Max de sacar algo. Mi cara cambió un poco. Sacaron algo de droga y comenzaron a fumarla ofreciendome. Negué lentamente y fui en busca de Junior con la escusa de ir al baño.

Me senté a su lado. Èl también tuvo que beber mucho para estar atontado en el sofá, así que lo moví un poco. Me miró y de repente, no sé si fue cosa del alcohol, pero todo me pareció maravilloso. Comencé a montarme novelas con él yo sola y me tumbé en su pecho.

-Ahh~ Junior~

Él me miró confuso. Le miré y solo podía observar sus labios, que los tenía entreabiertos chocando el aliento con el mío. Ya está, esta era mi oportunidad perfecta. Tenía que besarle, así que me acerqué a mezclar sus labios con los míos.

Una mano bastante grande me ocupó la cara al completo apartandome. Busqué, y era su mano. Le miré confusa, entonces él me apretó un poco la cara sonriendo de lado recordandome a un demonio juguetón.

-Ni dormido, ni despierto, nadie probará el sabor de mis labios. -susurró mirandome fijamente-


Me quedé algo impactada. Al olerle el aliento. Le olía al dulce sabor de la fresa. Estaba confundida, ¿Y sus cubatas? Entonces él me soltó la cara y me susurró.

-Inútil... los vasos que rellené, fueron solo para tí.... yo... NO bebo...

¡Al escuchar eso, se me ruborizó el rostro al venirme las imágenes de recuerdo de sus vasos de COCACOLA!

Dos hermanos (Tu, Erik jr. & Sasuke)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora