Dos hermanos (Tu, Erik jr. & Sasuke)

Cap. 7: Trampa

Pasaron algunos dias. Yo ya no tenía la venda en el cuello, pero aun asi tenía todavía las marcas de aquellos colmillos.

Sentada en mi cama, volví a tocarme el cuello recordando lo sucedido. Junior no apareció por casa desde entonces. Pero a pesar de lo que me hizo, quería saber qué le ocurrió.

Me levanté de la cama y fui a buscar a Sasuke. Se estaba duchando, y había dejado su chaqueta sobre su cama.

Me acerqué a la puerta del baño para comprobar si le quedaba mucho. Parecía como si se hubiese metido hacía nada. Silenciosamente me acerqué a su chaqueta y le cogí el movil en busca de mensajes de Junior o de sus padres.

Correcto. No podía creermelo. ¿Qué le habría pasado? Estaba hospitalizado. Y varios mensajes consistían en que Sasuke fuera a calmarlo. Tres fugas en menos de veinticuatro horas. Sinceramente... debía de faltarle algún que otro clavo en la cabeza para escaparse de un hospital.

Cogí mi pequeño bolso tras arreglarme un poco para salir a la calle, y fui en su busca.

Al llegar al hospital y decirme su numero de habitación, fui a verle. Llamé a la puerta y la abrí delicadamente. Todo estaba en silencio. Me adentré en la habitación y pude verlo. Estaba tumbado en la cama. Parecía dormido, pero en su rostro se veía que estaba dolido, molesto. Tenía los auricuares puestos y una pierna escayolada. Me acerqué y le toqué el hombro cuidadosamente.

-Junior... -susurré con una leve sonrisa-

Él se encogió un poco y paró la música mirandome con mala cara. Apretó un poco la mandíbula y, casi con la voz ronca, me preguntó de mala manera.

-¿Qué haces aquí?

-Vine a verte. Llevo días sin verte pasar por casa, y decidí localizarte.

-Tsk... no tienes por...

-Quería saber como estabas... -le corté de inmediato-

Se quedó algo inpresionado, sin decir palabra. Parece que se rabió por preocuparme por él y se sentó con rabia.

- ¡Largo! -gritó medio ronco-

Me asusté un poco, pero algo me decía que siguiera.

-Sasuke no me dijo nada. Temí a que te hubiera pasado algo. ¿Por qué estas aquí?

De nuevo llegó a las manos. Agarrandome fuerte del cuello de la camisa y acercandome a su rostro, me habló algo mas calmado, pero igualmente seguía desaatando rabia.

-Largo... -susurró en un tono pacífico pero algo aterrador-

Tragué saliba cerrando los ojos. Me daba más miedo del que pensaba. Desprendía bastante temor, lo que me daba a respetarlo. Pero no podía irme y dejarlo así.

-negué susurrando- ...no pienso irme hasta que no seas capaz de hablar conmigo tranquilamente...

Se le empezaba a hinchar la vena del cuello mostrando su rabia acumulada, parecía como si la vena tuviese mas nacionalidad que yo. Asustaba.

-retorció el cuello de mi camisa haciendo que la tela me apretara un poco el cuello- Te he dicho... que te largues!

Me engarroté un poco por su voz alta y empezó a temblarme el labio inferior. Estaba bastante asustada y no sabía si sería capaz de volver a hacerme daño y acabar peor que las otras dos veces anteriores.

-¿Qué te he hecho para que me trates así...? -susurré entre pucheros automaticos invadidos por mi miedo-

-hh....?!

Se quedó mirandome sin parpadear. Fue cambiando su cara como relajandose un poco y me soltó lentamente sin bajar la mano. Parece como si hubiera recapacitado y se hubiera dado cuenta que yo no tenía la culpa de sus frustraciones.

Abrí un ojo lentamente y vi que estaba cabizbajo. No se le veían los ojos. Bajó la mano lentamente.

-Tuve un accidente -dijo en seco-

Me sorprendí bastante. Abrí mis ojos como platos y me aparté un poco.

-Pero...¿Cómo? ¿cuándo? ¿Por qué? ¿Estás bi...

-y te dije, ahora largate. -me cortó sin levantar la mirada-

-Junior... dejame cuidarte. Solo eso y te dejaré en paz. -dije decidida-

-No necesito ni tu ayuda, ni la ayuda de nadie. Largate.

Suspiré y me recoloqué el bolso. Estaba algo alterado, pero se veía perfectamente que se estaba conteniendo para no matarme al ver que no paraba de morderse los labios con ansia. Sin decir palabra, sostení mi bolso, y volví a casa.

NARRA: Junior.

¡No, no, no, no y no! ¡Deja de seguirme! ¡aléjate! ¡Maldita cría! Seguro que fue culpa de Sasuke, lo conozco como si fuera parte de mi mente. Antes de irse tras echarme la charla del por qué no debía irme del hospital, le grité. Le grité y le menosprecié diciendole que él no me ayudaba en nada hasta que sacó el tema de _____ . Decía que si él no me ayudaba en nada, que lo hiciera entonces _____. No quiero, me niego. No necesito ayuda de.nadie, ¡y menos de una retrasada!

FLASHBACK. NARRA: Sasuke

¿Que nunca te ayudé? Ahora si que vas a saber si te ayudé alguna vez o no. A incubrir tu delincuencia y a incubrir tus chanchuyos de niño cabezón e inconprensible.

Sabía que _____, para lo inocente que parecía ser, sabía mucho. Yo sabía que andaba preocupada por mi hermano, y por ordenes de mis padres, no le dije nada. Ni le diría.

Cogí mi movil y borré mensajes innecesarios. Dejé solo los que me habían enviado sobre Jr. En el hospital. Le quité el bloqueo, lo metí en mi chaqueta y dejé la chaqueta sobre mi cama con el móvil sobresaliendo un poco de ésta. Cogí mi ropa y me fui a la ducha con la pura esperanza de que _____ y su curiosidad, actuaran sobre mi plan.

Genial... todo perfecto. Ella marchará en su busca y mañana, cuando le den el alta, la tendrá encima tratando de ayudar.

FIN DEL FLASHBACK. NARRA : ____

Al día siguiente, le dieron el alta a Jr. Y estaba rondando por casa haciendo sus cosas solo. Aun seguía insistiendo en que no necesitaba ayuda....se rabiaba solo y seguía.

Sentada en el sillón "leyendo" mi revista favorita de felinos, miraba a Jr. De reojo en la cocina. Estaba rabiando. Soltaba las muletas intentando alcanzar el alto mueble para coger su colacao y poder desayunar. Decía palabras malsonantes entre susurros y yo seguía con mi revista.

-¿Te ayudo...~? -dije traquilamente y con media sonrisa pasando un página-

-¡No! -dijo con rabia intentando alcanzar el mueble con todo tipo de utensilios-

-vale, vale... -me rei un poco-

No me podía creer que solo por orgullo, era capaz de pasar por todo eso.

Escuché montones de ollas caer al suelo y su sensual gruñido de niño travieso enojado. Se quedó parado mirando el mueble. Cuando menos pude esperarlo, noté su mirada clavada en mí.

-lo miré sonriente- ¿Te ayudo...? -repetí con aires de inteligente-

Agachó la mirada columpiando el pie bueno apoyado en la encimera. Ahí me pareció completamente adorable. Sonreí, y fui a ayudarle soltando la revista.

Sasuke estaba parado sobre las escaleras. Apoyado en la pared y observandolo todo.