La calle en la que se reúnen los delincuentes, los mafiosos o bueno, las chicas como nosotras. Dragon Street, la calle de los sueños perdidos. Allí es donde está la fábrica abandonada en la que nos encontramos ahora. Aunque no se puede decir que esté abandonada actualmente, los del barrio se adueñaron de este lugar y lo han convertido en un ring donde se sueltan rimas en vez de golpes.
—Mierda, desde aquí no podemos ver nada— Dice Martha mientras se pone de puntillas, en un intento de ver algo.
Imito su gesto, pero lo dejo de hacer en cuanto veo que no sirve de nada. Mi vista se vuelve hacia la barra que se encuentra en la parte lateral de la fábrica, al menos nos podremos conformar escuchándolos desde la barra mientras bebemos unas cervezas. Estoy a nada de proponerle eso a Martha cuando ella me agarra del hombro y prácticamente me arrastra hacia un par de rascacielos enormes.
—Hey chicos— Los saluda Martha con coquetería —Veo que sois muy fuertes.
Los hombres se miran entre ellos con sorpresa, luego nos escudriñan con miradas pícaras. Putos pervertidos.
—¿Quieres tocar?— uno de ellos le ofrece su brazo musculoso con un guiño. Martha le baja el brazo sin mucho interés.
—Estos brazos los puede tener cualquiera— No tengo ni idea de qué tiene en mente. —Pero no todos pueden cargarme en sus hombros.
Se ríen, vacilan y finalmente se agachan ante nosotras. Martha sonríe con suficiencia. Ambas nos subimos y con gran ligereza nos elevan desde lo más alto. Puedo ver un montón de cabezas saltando, grabando y animando a los dos finalistas, quienes ya han sido presentados y andan combatiendo.
Todo pasa a segundo plano en el momento en que mi mirada se cruza con el misterioso rapero, sus ojos tan claros como un espejo y tan profundos como el mar. Es como si el tiempo se detuviera frente a nosotros. Lo único de lo que consigo ser consciente es de las palpitaciones de mi pecho y de su mirada afilada, su increíble mirada.
Pero entonces se gira hacia su contrincante y con tan solo un minuto y medio restante, logra hacerle frente a las pullas de su rival. La gente vitorea asombrada, debe de haber sido una de las mejores rimas jamás vistas de este antro andrajoso. Empiezo a añorar su rostro cuando vuelve a girarse hacia mí. Tira su micrófono al suelo y se baja del ring. El público, en un estado de sorpresa y admiración, van abriéndole paso poco a poco. Me doy cuenta de que se está aproximando hacia nosotros. ¿Vendrá hacia aquí? ¿Por qué?
"Para cumplir su papel de alfa"
Esa voz parece venir del interior de mi cabeza.
'¿Qué? ¿Quién eres?'
"Soy tu loba interior, puedes llamarme Marla"
'V-vale.'
Eminem finalmente llega hacia mí.
—Bájala.
Al principio me cuesta entender a qué se refiere, hasta que recuerdo que estoy a más de dos metros del suelo.
—¿Qué cojones dices?— pregunta de mala gana el hombre debajo de mí.
No obtiene respuesta, en su lugar, Eminem le asesta una patada en su abdomen. El hombre se desestabiliza y estoy a punto de caer, cuando unos brazos fuertes lo impiden. Pertenecen al rapero misterioso.
—¿Te ha lastimado ese imbécil?
—Puedo defenderme sola.— respondo, no voy a permitir que un hombre se crea un salvador divino. Estamos en el siglo 21.
El rapero me aleja de mi amiga y yo solo me limito a despedirme de mi amiga con la mano. Leo sus labios:
—Dale todo nena.
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Gracias profe de informatika x crearme este separador, Tú y Joss soy los mejores profesores del mundo y por ahora, los unicos fans de este relato. esta es la prota, asi es como os veis de aqi de adelante (foto media)
Estoy muy emocionada, decime en los comentarios q deberia pasar despues :)
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Calmando a la bestia (EminemXTN) +18
Fanfiction___ Evans es una joven empleada de una Sex shop, quién aún no ha encontrado a su mate. Un día, su amiga Martha la invita a ver una batalla de rap en los suburbios. Allí estaba él: rubio cenizo, pelo corto, ojos cielo... Sí, Eminem. El famoso rapero...