—¿Cómo que te casas con un Alfa?— pregunta Martha más alto de lo debido, con varias perchas en la mano.
— Shhh, no llames la atención.
La dependienta de la tienda me felicita entre lo bajo mientras pasa, le respondo con un "de nada" avergonzada.
Martha y yo nos estamos probando camisetas en la sección para hombres, pues hay algunos estampados que siguen estancándose en un sexo en específico y lamentablemente, no es el nuestro.
— No, no me mandes a callar.— contesta aún en shock.— hasta hace unas horas, tu mayor experiencia con los hombres era con los viejos depravados de la tienda que te invitaban a llamarles "pequeño Hitler" en la cama.
— Eso no es cierto, he tenido más experiencias.
— ¿Experiencias con hombres o con clientes pervertidos?— me cuestiona, luego añade al no recibir respuesta.— Lo dicho, no apruebo esta nueva etapa de tu vida y dudo que tu padre haga lo mismo.
Hay un pequeño silencio incómodo.
— Lo siento, yo...
— No menciones más a mi padre. — contesto tajante.
— No lo haré, pero sabes mejor que yo que no puedes seguir escapando de él.— Levanta las manos.— Ahora dime ¿Izquierda o derecha?
Nada más salir de la tienda, nos encontramos con un chico alto y de pómulos pronunciados. Es decir, Evan.
—¿Qué hacen estas damas llevando tanto peso encima?— mira nuestras bolsas, su voz seductora denota coquetería.— Puedo ayudar.
Yo estoy a punto de negar, a punto.
— Muchas gracias, caballero. — contesta Martha guiñando el ojo y le entrega tanto sus bolsas como las mías.
Peters solo se limita a sonreír cordialmente y a liderar el camino. Nosotras lo seguimos sin hacer muchas preguntas y no le quito vista a mi amiga, en desaprobación.
— ¿Qué? Si un hombre quiere hacerse el galán, se aprovecha y ya está.— se cruza de hombros.— No somos nosotras quien le hemos obligado a intentar ganarse nuestro favor.
Niego con la cabeza.
— Juraría que antes le guiñabas el ojo a otra persona.— Señalo sarcástica pero sin malas intenciones.
— Ah, te refieres a mi novio.— arruga su expresión.— Tenías razón, era un completo adefesio, un Hefesto en persona pero ya es agua pasada y ahora busco a nuevos pretendientes.
Río ante su respuesta. Llevaban 1 año y medio saliendo y yo le llevaba advirtiendo sobre su toxicidad hacia dos. Martha puede ser una chica de personalidad fuerte y humor sarcástico pero cuando se trata del amor, se debilita tanto como un globo desinflado. Al llegar a nuestro destino, pestañeo varias veces para comprobar que, en efecto, una limusina negra se encuentra frente a nosotros.
—Cortesía de la manada— dice abriendo la puerta trasera para nosotras.— Espero que sea acorde a tus gustos.
— Joder si lo es...— Se me escapa pero luego me avergüenzo de lo dicho.
Entro al fondo y espero que Martha imite mi acción, sin embargo, ella sigue fuera.
— Me tengo que ir, en nada tengo una cita.
— Podemos llevarte si quieres.— propone Evan Peters.
Martha ríe a carcajadas.
— Hemos quedado en el McDonald's no en un cuatro tenedores.— Se despide con la mano. —Disfruta de tu vida de ricachona tú sola por esta vez ¿sí?
Ella desaparece y es Evan Peters quien toma su lugar a mi lado.
El coche se pone en marcha y una de sus palabras en específico se me queda en la mente, sola. ¿Hace cuanto que no veo a Eminem?
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Calmando a la bestia (EminemXTN) +18
Fanfiction___ Evans es una joven empleada de una Sex shop, quién aún no ha encontrado a su mate. Un día, su amiga Martha la invita a ver una batalla de rap en los suburbios. Allí estaba él: rubio cenizo, pelo corto, ojos cielo... Sí, Eminem. El famoso rapero...