Parte 12: Romeo y Julieta

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—Y entonces ella consiguió que simplemente lo encerraran en su habitación provisionalmente. 

— Ya lo sé Martha, estuve allí— contesta Rihanna.

Nos encontramos en mi habitación, haciendo una noche de chicas. Ha pasado un mes desde los hechos y a pesar de conseguir poder hacerle visitas, no había podido verlo más de dos veces. Suspiro apenada justo al mismo tiempo en que recibo un mensaje. Mis ojos brillan en cuanto veo de quién es. 

Eminem.

"¿Puedes venir un momento? Ricardo y yo te echamos de menos

P.D: No le digas a nadie que vienes"

Marla y yo también, me gustaría responderle pero por la vergüenza acabo mandándole tan solo un emoji del pulgar arriba. Al levantar la cabeza del móvil me veo sorprendida por lo cerca que está Martha de mí y pego un salto hacia atrás. Ellas dos se ríen de mí mientras yo, con mi orgullo restante, me desperezo fuera de la cama en la que me encontraba.

— ¿Adónde vas?

—...Al baño.— miento. 

Salgo por la puerta, sumida de nuevo en la oscuridad de los pasillos. Ha pasado mucho tiempo desde que me instalé aquí pero aún siento como si algo me persiguiera siempre que los recorro a estas horas. Incluso ahora, no me atrevo a mirar hacia atrás pues mi instinto me advierte de lo peligroso que es eso. Puede que este mismo miedo, sea la causa de que escuche susurros o pasos. O puede que no sea producto de mi imaginación. En todo caso, no voy a comprobarlo por hoy. Acelero el paso asustada y cuando llego a la puerta de mi novio, una fuerza mayor me detiene. 

"Tus días están contados" Me susurra una voz profunda y fantasmal. 

Me tapo las orejas y me giro casi instintivamente, sin embargo, no hay ni rastro de nadie en los pasillos. Ignoro lo ocurrido, si Eminem está cerca, entonces nadie se atreverá a atacarme ¿O sí? Aún dudosa de mi suposición, abro el pomo de la puerta solo para encontrarme con una habitación vacía. Cierro detrás de mí y comienzo a buscar a mi alfa con la mirada, en su lugar, me doy cuenta de que algunas piedrecitas  están desafiando las leyes de la física y se están metiendo por la ventana. Espera ¿Piedras desafiando las leyes de la física? Imposible. Con una sonrisa en el rostro me acerco a esta y me apoyo en el marco inferior. Agacho la cabeza solo para encontrarme con una cabellera rubia alzando uno de sus brazos hacia mí. Antes de que pueda decir nada, se oye:

— ¡Silencio! ¿Qué resplandor se abre paso a través de aquella ventana? ¡Es el Oriente, y ____, el sol! ¡Oh! ¡Mirad cómo apoya en su mano la mejilla! ¡Oh! ¡Quién fuera guante de esa mano para poder tocar esa mejilla!

— ¡Oh Eminem, Eminem! ¿Por qué eres tú Eminem?— contesto entendiendo la referencia. 

Ambos nos reímos. Hace tiempo que esto no sucedía. 

—¿Qué haces allí abajo?— pregunto, claramente se está saltando algunas normas aquí. 

— Invitando a la mejor persona del mundo a mi hogar.— responde jocoso.— Al verdadero. ¿Te apuntas?

Me siento en la ventana y mido la distancia, es mucha. Aún así, en cuanto lo veo allí, amándome y deseándome con la mirada, siento que no hay nada que no pueda hacer. Podría hasta saltar alturas más altas que estas y todo esto sin saber siquiera adónde vamos.

— Ni lo dudes.

Entonces saltó con los ojos cerrados. En cuestión de segundos, unos brazos fuertes y masculinos me atrapan. 

Calmando a la bestia (EminemXTN) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora