Temporada 2 - Capítulo 8. Por fin reunidas

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Temporada 2.

Capítulo 8.

Por fin reunidas.

Eran alrededor de las diez de la mañana cuando Tora había regresado a las instalaciones de Shining Stars. Según su propia percepción había buscado vestir un atuendo discreto ya que había notado que llamó demasiado la atención la ocasión pasada, y quería sorprender a Aki. Su conjunto se basaba en un vestido negro con encaje el cual se sujetaba por medio de unos tirantes que se sujetaban mediante un pequeño moño anudado detrás de su cuello.El largo de la prenda le llegaba hasta la mitad del muslo, y llevaba puesta unas calsetas largas que le llegaban hasta la rodilla con un estampado de lineas que intercalaban entre color blanco y negro. Para completar su conjunto, llevaba unos botines con plataforma, unos aretes de plata en forma de cruz, una gargantilla de pinchos y unos guantes de red sin dedos acompañados de muñequeras de piel, así como sus uñas pintadas del mismo oscuro que su atuendo general.

Llevaba su largo y esponjoso cabello atado en una coleta baja que había sujetado con una donita, asegurándose de no apretar tanto el cabello para así permitirse sacar unos dos mechones a los lados de su rostro. Como siempre, sus inseparables pupilentes la acompañaban, pero estos estaban ocultos bajo unos lentes de sol con los que pretendía ocultar su identidad de manera infructuosa.

Moviendo sus caderas al ritmo de su caminar, atraía las miradas de todas las personas a su alrededor. Muchos de ellos eran compañeros de Aki quienes generalmente no la notaban o les era indiferente, y es que, si bien ambas gemelas compartían el mismo rostro y cabello, el porte de ambas era totalmente opuesto. Mientras que Aki era una muchacha un poco tímida y gustaba de vestir prendas discretas en colores crema, Tora vestía con colores fuertes y llamativos que obligaban al público a mirarla, además de que caminaba y actuaba con una confianza envidiable que le daba un aspecto aún más empoderado.

Lentamente se acercó a la misma recepcionista que la había atendido la ocasión pasada, quien a pesar de saber que vendría, se notaba bastante nerviosa de tenerla nuevamente enfrente. No esperó a que la vocalista de Schleife pronunciara palabra alguna, y le extendió una credencial de invitada la cual le permitiría pasearse por las instalaciones de manera segura. Tora, comprendiendo el mensaje, tomó la credencial entre sus manos y la guardó en el pequeño bolso cruzado que llevaba consigo. Después le sonrió a la recepcionista guiñandole el ojo y se dirigió hacia el ascensor dejando a la trabajadora suspirando de amor y dudando de su propia sexualidad tras ese breve encuentro.

Mientras tanto, por uno de los pasillos de la compañía, se encontraba Liah paseándose por el lugar dando unos cuantos brincos de alegría. Se encontraba feliz por haber logrado arruinar la tarde de Aki quien era un increíble dolor de trasero. De alguna forma había logrado que la mayor llegara tarde a una reunión importante que tenía hace unas dos horas atrás y había tenido que terminar por disculparse ya que los japoneses eran increíblemente estrictos con los horarios.

Tras terminar su reunión juraba haberla visto correr hacia los vestidores con una velocidad impresionante lo cual le indicaba que la estaba evitando y esa era razón suficiente para hacerla sonreír de oreja a oreja, pues eso significaba que sus provocaciones hacían efecto y que estaba volviendo loca a su superior. No teniendo problema en revelar al mundo la satisfacción que sentía se encontraba tarareando y saludando a todo aquél que se le cruzara por el camino así los conociera o no. Sin duda su día había empezado bien, aunque aún quería torturar un poco más a esa maldita copia barata que manchaba la imagen de su ídolo.

Como si un ser superior la hubiera escuchado, de repente, la rubia tuvo que detener su andar al escuchar unos pasos a lo lejos, lo cual provocó que girara sobre su propio eje. Lo que pudo observar fue a una muchacha castaña pasar a lo largo del final del pasillo, dirigiéndose a la zona de grabación. Pudo verla por solo unos instantes antes de que la perdiera de vista pero ese instante fue suficiente para obtener una pista de quién era.

AkiToraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora