Capítulo 16 - Amigos o algo más

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Capítulo 16.

Amigos o algo más.

Era un nuevo día cuando Aki se había despertado en su habitación algo desganada debido a que la noche anterior no había podido dormir mucho. Había estado buscando unas partituras que había escrito durante su gira. Juraba que las había dejado dentro de una pequeña caja de zapatos guardada dentro del ropero pero cuando revisó el interior ya no las encontró. Confundida por la situación revisó el resto de su habitación en busca de los dichosos papeles los cuales jamás encontró. Cuando decidió irse a dormir eran ya las tres de la madrugada por lo que decidió dar por finalizada la búsqueda.

Se levantó de su cama de forma cansina, debajo de sus ojos podían verse unas pequeñas ojeras debido al cansancio. No le gustaba desvelarse a menos que fuera necesario para su trabajo.

Con pasos lentos se dedicó a hacer su rutina de todos los días. Se había bañado la noche anterior por lo cual su preocupación de aquella mañana era solamente arreglar su desastroso cabello que se había enredado un poco y ahora tenía que domar. Al verse frente al espejo pudo darse cuenta de que su hermosa cabellera ahora parecía la melena de un león gracias a lo esponjado que estaba, había llovido en la noche, por lo cual la humedad también había favorecido a que ahora se viera de esa manera.

—Vaya, que desastre —Suspiró para sí misma mientras miraba fijamente su reflejo.

Mientras se miraba a sí misma, su mente comenzó a divagar. De pronto su propia imagen comenzó a distorsionarse, su cabello esponjado y rebelde tal como lo tenía ahora hacía que viera a su hermana atrapada dentro del espejo. Probablemente era una alucinación provocada por su falta de sueño pero realmente estaba viendo a Tora sonriéndole al otro lado del cristal. Lejos de asustarse, Aki procedió a acariciar el espejo con la punta de sus dedos en un reflejo que buscaba confirmar si lo que se encontraba frente a ella no era un póster.

—Hermana —Susurró sintiendo una repentina nostalgia mientras comenzaba a recordar fragmentos de su niñez.

Eran las cuatro de la madrugada en un sábado sin escuela.  Ésa noche también había llovido bastante,  por lo cual su habitación se había enfriado mucho. Lo recordaba claramente porque estuvo temblando bastante al estar tapada tan solo con una pequeña manta rosada la cual en ese entonces era su adoración.

La mayor parte de su niñez había compartido habitación con su hermana, ambas tenían dos camas separadas las cuales eran demasiado grandes para unas niñas tan pequeñas. Recordaba haber hecho un berrinche cuando compraron la otra cama en la que ahora Tora descansaba plácidamente. Antes de eso solían dormir juntas y eso a ella le gustaba mucho ya que podía desvelarse con Tora. Juntas solían esconderse debajo de la manta mientras la mayor contaba historias de terror. Aki solía asustarse mucho por esas historias pero a la vez le ocasionaban cierto morbo y terminaba por pedirle que le contara más historias similares. En ocasiones los cuentos de terror pasaban a segundo plano y simplemente platicaban de alguna otra cosa.

La cercanía de ambas era necesaria dado que sólo así podían mantener una conversación lo suficientemente discreta como para que su padre no las escuchara desde el otro cuarto y las regañara para que se fueran a dormir de una buena vez. 

Esa noche en particular había tenido una horrible pesadilla. En ese entonces solía tener un sueño reciente. Se encontraba en el salón de clases cuando repentinamente se caía uno de sus dientes de leche. Eso era normal a su edad por lo que al principio no le prestaba atención sin embargo, de repente se caía otro diente, no pasaban ni cinco minutos y ya había caído un tercero, seguido de un cuarto y así sucesivamente empezaba a caer uno tras otro como si no estuvieran sujetos a nada. Eso provocaba que ella entrara en pánico y corriera hacia los baños de la escuela tratando de salvar los pocos dientes restantes que le quedaban. Para ese entonces su barbilla, y su blusa ya se encontraba totalmente manchados de sangre por lo que comenzaba a tomar agua de la llave buscando que la sangre desapareciera pero para su desgracia, cuando escupió el liquido en el lavabo sus dientes restantes se desprendían y se quedaba sin dentadura. Era un sueño bastante estresante el cual solía despertarla llorando y sudando por la desesperación.

AkiToraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora