Capítulo 4 - Como Sid y Nancy

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Creo que este es uno de mis capítulos favoritos hasta el momento y espero que ustedes también lo disfruten. 

Antes de comenzar solo quiero recordarles que las imágenes que pongo para ilustrar la historia no siempre se van a acoplar a la ropa que yo describo para las escenas ya que no las dibujo yo, sino que son diseños a los que me tengo que acoplar para que ustedes tengan una forma más gráfica de visualizar a los personajes y su apariencia.

Capitulo 4. 

Como Sid y Nancy.

Eran alrededor de las ocho de la mañana cuando cierta castaña había decidido salir de su habitación con pasos sigilosos. La noche anterior se había presentado en un concierto y por esa razón se había dormido algo tarde, aprovechando esa situación, se había despertado temprano esperando no toparse con cierta persona pelinegra y malhumorada que estaba segura al 100%  que se enfadaría cuando descubriera que había vuelto a escaparse para explorar la ciudad. Para ser sincera no le hacía nada de gracia madrugar, pero sabía perfectamente que tenía que escabullirse mientras el demonio continuara durmiendo.

La noche anterior había sido un éxito, la gente la había aclamado y había gritado su nombre toda la noche mientras interpretaba las letras de sus canciones, se había sentido estupenda arriba del escenario ya que como siempre la había envuelto una sensación de adrenalina que lograba que su corazón palpitara ferozmente. Por supuesto, había terminado exhausta al finalizar el último evento, toda sudorosa y un poco mal oliente, pero no era algo que un buen baño no pudiera arreglar, por lo cual había aprovechado la ocasión para relajarse, quedándose toda una hora en la bañera de burbujas buscando que el agua relajara sus músculos.

Se encontraba cansada, y le hubiera gustado seguir más tiempo dormida, pero sabía que ése era uno de sus días libres, por lo que quería aprovechar la oportunidad e ir a la ciudad. Tras finalizar cada concierto, solían utilizar el día posterior para realizar turismo, probar comida provincial y tomarse muchas fotos, pero siempre solía estar limitada por cierta persona gracias a su apariencia, razón por la que en esta ocasión quería ir sola.

Ya sabía el disturbio que ocasionaría cuando no la encontrara en su habitación. Para ser sincera estaba un poco harta de los regaños en donde se le decía que no debía salir sola, que su rostro era reconocido, que no era una persona común y corriente, que podría terminar en un aprieto, entre otras cuestiones que lograban exasperarla y poco le importaban. Es decir, no era la primera vez que la descubrían, así que ¿En qué le afectaba que ocurriera una vez más? no es como que el mundo se fuera a acabar por eso. Ella se sentía como un gato salvaje el cual odiaba sentirse encarcelado.

—¿A dónde debería ir primero? — Mencionó una vez que estuvo lo suficientemente lejos del hotel en el que se estaban hospedando. — Creo que lo fundamental es el desayuno — Se relamió los labios mientras buscaba en su teléfono los restaurantes cercanos.

La muchacha, a pesar del frío que se sentía por la hora, llevaba consigo un hermoso vestido color rojo con encaje y mangas largas, llevaba también unos botines negros de tacón, un collar y aretes de oro, además de una larga gabardina negra que le cubría parte del atuendo dado que tenía los botones desabrochados, tenía puesto un sombrero negro que combinaba demasiado con la ropa,  lentes oscuros y su inseparable cubrebocas, aunque a ése último no le veía mucho sentido dado que se lo terminaría quitando para comer.  

—Hoy tengo ganas de... —Buscó en google maps — ¡Hamburguesas! — Sonrió — Hay un lugar cerca.

Dirigiéndose al restaurante con pequeños brinquitos, se encontraba tarareando una de sus canciones al mismo tiempo que observaba la ciudad y sonreía divertida porque su pequeña travesura había resultado ser un éxito.

AkiToraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora