Érika MacBeth
-Nos estamos quedando sin gasolina. -anuncio viendo el contador, enciendo las luces largas en cuanto entramos en una recta.
-Hay un motel por aquí cerca, en la primera salida entras y giras a la derecha en la rotonda. -dice cambiando la radio del coche. -No se escucha ninguna emisora. -se queja.
-Toma. -le doy mi móvil y dejo que lo conecte al bluetooth del coche, será antiguo, pero el aburrimiento me pasó factura durante estos dos años. -Pon la playlist "Aa".
-Está bien, espero que sean canciones buenas. -su tono de voz busca picarme, pero en sus ojos parece que sabe que serán buenas canciones.
En cuanto suena la guitarra sigo el ritmo golpeando el volante con mis dedos suavemente. Tarareo la melodía por lo bajo, cantando algunas partes.
Me permito relajarme un poco y posar mi brazo sobre la puerta del coche.
-Vi un lugar en tu cama y me volví un okupa... El sol en la ventana y tú hiciste de lupa, no sé de quién es la culpa... -su voz ronca por el alcohol le hace ver aún más sexi... MIERDA ÉRIKA, ¿EN QUÉ HOSTIAS ESTÁS PENSANDO?
Pero es que esos verle apartarse el flequillo de la cara y colgarse las gafas del sol del cuello de su camisa de Armani...
-No te pases la salida.
-Perdón, estoy cansada.
-¿Quieres cambiar de sitio?
-No hace falta, no queda mucho, ¿no?
-Unos diez minutos.
-Bien...
...
Dejo el vaso de chupito vacío en la barra de madera antigua. En la radio se escuchan canciones antiguas de un CD rayado que no hace nada más que sonar en bucle.
-Otro, por favor. -pido cerrando los ojos y suspirando agotada.
¿Qué narices hago aquí? Tirada en medio de la nada, con tipo que no conozco, en un motel de carretera bebiendo chupitos de Tequila.
Definitivamente mi vida ha perdido el sentido.
-Tengo buenas noticias. -dice Eros sentándose en la mesa que hay a mi espalda. -Tenemos habitación, el lado malo es que solo hay una cama, pero yo no tengo sueño.
-¿Eso significa que me quedo con la cama?
-Así es.
Me bebo el chupito de un trago y me doy la vuelta. -No voy a ser tan hija de puta, puedes dormir en la cama si quieres.
-Si tú me lo permites. -sonríe de lado. Miro la hora en el reloj de la pared, las dos de la noche pasadas.
-Ya es hora de irse a dormir. -intento caminar tropezando con la pata de la silla, pero Eros me coge antes de comerme el suelo.
-Creo que ya es suficiente alcohol por hoy Érika. -no digo nada y dejo que me coja en brazos. -Menos mal que no usas tacones, si no te habrías hecho daño.
-Venditas Convers. -bromeo.
Llegamos a una habitación en la segunda planta, al final del todo. Eros me deja en pie apoyada a la barandilla mientras abre la puerta.
Entramos a una habitación un poco roñosa, hay una cama de matrimonio, un sofá, armario, televisor y un baño. Al menos hay una terraza, y bastantes plantas.
Me siento sobre el colchón y empiezo a descalzarme metiendo los calcetines en los zapatos.
-Espera. -empieza a desabrocharse la camisa y me la da. -Será más cómodo que el vestido. -sonríe divertido. Acepto su ropa y se da la vuelta, acercándose a la ventana que da al balcón.
-Gracias. -me quito el vestido y el sujetador para ponerme la camisa, gracias a Dios me llega al muslo. -Ya puedes mirar. -digo entrando al baño para lavarme la cara y quitarme el rímel y el pintalabios de la cara.
-Te queda bien. -dice apoyándose en el marco de la puerta. Enjuago mi boca con agua para limpiarla un poco.
Salgo pasando a su lado y oliendo esa fragancia tan... Tan... ¿Atrayente? No lo sé, pero me encanta.
-Buenas noches. -digo acostándome bajo las sábanas y dándole la espalda, mirando por la ventana.
-Buenas noches Eri.
Eros
Me acerco a la puerta de la habitación con el desayuno en las manos. Al llegar busco las llaves en los bolsillos, pero cuando estoy a punto de abrir, escucho algo que me llama la atención.
Un teléfono.
-Mierda Dóminic... ¿Has bloqueado este número también?
¿Dóminic? ¿Por qué le llama?
Abro la puerta justo a tiempo para verla dejar el teléfono fijo de la habitación sobre la mesa. -Buenos días Eri. -sonrío dejando el desayuno sobre la cama. -¿Llamabas a alguien?
-No, se equivocaron de número. -se acerca al desayuno y coge un vaso con café. -En cuanto acabemos nos vamos, tengo que hacer la compra, ¿quieres que te deje en algún sitio?
-Prefiero ir contigo. -tengo un mal presentimiento, mis alas están inquietas, menos mal que ella no puede verlas.
-Está bien. -dice un poco sorprendida.
...
-¿Por qué tienes una bolsa del McDonald's en el maletero? -pregunto al coger las bolsas de la compra.
-Fue la última comida de Bimbo. -dice metiendo la bolsa en una cesta de madera y tapándola con una manta. Coge la última bolsa y vamos hasta la puerta, pero cuando mete la llave esta se abre levemente sin que le de tiempo a Érika de girarla.
-Mierda... -dice al abrirla por completo y ver en el sofá a dos personas sentadas. -Hola, Dóminic, Natalia.

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Cupido
FantasiSe gustaban. Se gustaban tanto que asumían las consecuencias. Se gustaban tanto que su amor perduró miles de vidas. Pero todo tiene un comienzo y un fin, ¿podrán superar un fin que no saben que se acerca? Una historia de dos extraños no tan descono...