Parte II...
Al llegar al hospital, para fortuna de Danny en ese momento no había nadie esperando. Rápidamente fue atendido por su obstetra.
—Detective Williams, de casualidad ¿usted ha roto fuente? —El rubio negó.
—No, no me ha salido ningún líquido ni he sentido nada, sólo las contracciones.
—¿Cada cuanto son las contracciones?
—No lo sé... Tal vez cada tres minutos.
—Bueno, tienes ya 3,5 cm de dilatación. Te mantendremos en vigilancia. Detective Williams a pesar de haber iniciado con contracciones, aun no es de urgencia su labor, no ha roto fuente, sus contracciones aun no son tan seguidos ni tan fuerte.
—Pero me duele demasiado.
—Se quedará internado ya, su esposo puede estar con usted. Aunque no rompa fuente aun debemos esperar a que dilate lo suficiente, incluso puede que en el trascurso de la tarde y de la noche rompa fuente. Lo mantendremos hidratado, le recomiendo que deambule por la habitación.
Danny no podía creer lo que estaba escuchando, un camillero lo ayudo a sentar se una silla de ruedas y lo llevó a una habitación para que las enfermeras lo canalizaran. Al poco tiempo se encontraba sólo en la habitación.
—¡Danno! Cariño, ¿Cómo estás?
—Siento como si me intentaran arrancar las entrañas.
—Ven, caminemos un poco. La doctora dijo que era bueno para ayudar a la dilatación.
Con cuidado, Steve levantó al rubio de la camilla y lo ayudó a dar pequeños pasos por la habitación.
—No he roto fuente, y eso me pone nervioso ¿y si pasa algo? —Danny se sostuvo de la camilla y se inclinó hacia adelante, una contracción le arranco un gemido de dolor.
—Todo estará bien, Danno. Yo estaré aquí ¿si?
Lo único que pudo hacer fue asentir. A lo largo del día muchas personas lo visitaron: Kono, Chin, Dorys, su cuñada Mary. Afortunadamente había avisado a su familia que vivía en Nueva Jersey y ya iban de camino a Hawái, más que nunca necesitaba a su mamá.
8:00 pm
Habían ido a revisarlo y apenas tenía 6 cm de dilatación, y sentía que se podía morir, ahora los calambres habían bajado hasta el hueso pélvico, eran como cólicos, pero como si un elefante te pateara. Para distraerse empezó a masajear su vientre mientras le contaba a su monito como fue que conoció al animal de su padre.
Steve había ido a comer algo junto, había estado con él desde la tarde. Danny se acostó en la cama de nuevo, ahora entendía por qué los hijos les duelen tanto a las madres –y no solamente hablando del dolor físico– emocionalmente te agotaban por completo, desde todo el embarazo, el parto, y lo que faltaba.
Emocionalmente, Danny se sentía agotado, lágrimas de desesperación salieron traidoramente de sus ojos, puerta lo distrajo de sus pensamientos.
—Vamos cariño. No llores, solo un poco más, prometo que pronto acabará todo esto. ¿Por qué no bailamos un poco? Eso puede ayudar.
—¡No quiero bailar! Además, traigo el suero conectado.
El comandante sonrió y lo jaló con cuidado, se parándolo de la camilla, colocó una mano en su cintura –del lado donde no traía el suero– y con la otra tomó la del rubio. Hizo que Danny se recargará de lado sobre su hombro y empezó a mecerse suavemente, como si entre sus manos tuviera cristal.
—No te preocupes cariño. Sé que te sientes angustiado y con dolor, pero puedes con esto.
Poco a poco el rubio se fue relajando entre los brazos del marine, cerró los ojos y se dejó llevar por el ritmo lento que ambos ponían.
Y al parecer eso ayudó demasiado a que Danny rompiera bolsa, porque al poco rato sintió agua bajando por sus piernas desnudas, ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar, las contracciones se volvieron mucho más fuertes y definitivamente más seguidas.
A las 10:00 pm el rubio entró en labor de parto.
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ℭ𝔯𝔬𝔫𝔦𝔠𝔞𝔰 𝔡𝔢 𝔲𝔫 𝔢𝔪𝔟𝔞𝔯𝔞𝔷𝔬 𝔠𝔞𝔬𝔱𝔦𝔠𝔬 | Mcdanno
FanfictionDanny creía que algo había hecho mal en su otra vida cuando dos líneas aparecieron en aquel aparato de plástico que se encontraba en el lavabo. ¿Cómo iba a decírselo a Steve? Un sentimiento agridulce creció en su interior... Sólo esperaba que no fue...