Día 19: 𝕬𝖒𝖆𝖒𝖆𝖓𝖙𝖆𝖗

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Los primeros días después que naciera Charlie, fueron los días más difíciles en todos los aspectos, para Danny todo era completamente nuevo, pero sobre todo el tema de amamantar era el que más le causaba conflicto. Tenía demasiados miedos ¿y si no tiene la suficiente leche para su bebé? ¿y si su leche no es buena?

Pero conforme iban pasando los días y las semanas, fue comprendiendo que la lactancia era un vínculo único que sólo él podía tener con su bebé, pero habían llegado las famosas "crisis de lactancia".

La primera vez que ocurrió fue cuando Charlie recién cumplió los tres meses de edad. La primera noche antes que Steve y Danny se fueran a dormir, el llanto del bebé los extraño.

—¿Qué no acabas de darle pecho al bebé?

Danny se removió entre los brazos del moreno y asintió confundido —Si, justo hace una hora. Tal vez es el pañal, iré a ver.

El rubio se levantó y fue a ver su monito, el cual se encontraba inquieto y extrañamente de mal humor.

—Oh mi niño, ven. ¿Qué tienes?

Durante los próximos 15 minutos estuvo intentando saber el motivo por el cual el bebé se encontraba inquieto. Steve al ver que el llanto no paraba, cargo a su hijo, pero lo único que había hecho fue incrementar el llanto.

—¡No sé qué le pasa!

—¿Has intentado darme de comer otra vez?

El silencio del detective le confirmó su pregunta.

—Pero acaba de comer, no sé si tengo la suficiente leche para que coma de nuevo.

—¿Se acabó los dos pectorales?

—Solo el derecho, el izquierdo creo que lo dejó a la mitad.

Danny se sentó en la mecedora desabrochado su camisa del lado izquierdo, Steve le acercó al bebé.

Tan pronto como lo acomodó, Charlie se prenso del pezón, succionando con fuerza, todo el drama y el llanto quedó en el pasado. Ambos padres se lanzaron una mirada alivio.

—Solo tenía hambre, Danno.

—Espero que alcance mi leche lo suficiente para poder satisfacerlo —Murmuro angustiado.

Al final, su monito se quedó dormido sin siquiera haber vaciado el pectoral, lo acostó después de revisarle el pañal y se fue a dormir junto a Steve.

El marine lo rodeo con sus brazos, acercándolo a él—¿Todo bien? —El rubio asintió y se acurrucó.

A media noche, el llanto del bebé despertó al detective, lo primero que hizo fue cambiarle el pañal, pero el niño no dejaba de llorar.

—¿Qué sucede monito? ¿Tienes hambre otra vez? Creo que tengo suficiente leche.

Media hora después el detective había dejado a un bebé satisfecho en su cuna, creyó que aquello había sido suficiente y que su bebé no iba a despertarse lo que quedaba de noche, pero que equivocado estaba, de ahí en adelante fue peor.

Charlie se despertó otras tres veces, todas por hambre, para cuando amaneció Danny se encontraba desvelado y totalmente devastado. No sabía que era lo que sucedía o porqué su monito estaba exigiendo más leche.

El rubio sentía que no estaba produciendo la suficiente cantidad para satisfacer las demandas de su hijo, provocando que comenzara a llorar de la frustración y la desesperación.

Al día siguiente, todo fue peor.

—¿Cariño? ¿Qué sucede? —Los brazos de Steve lo consolaron.

—El bebé ha estado todo el día de mal humor, porque no puedo satisfacer su hambre. Antes sentía mis pectorales demasiado llenos, pero ahora hasta los siento blandos. —Sollozó aun más fuerte.

Steve lo miró confundido. Pero antes de poder decir algo, el llanto del bebé los interrumpió, causando más lágrimas en su novio. Ahora el moreno no sabía qué hacer.

Pronto, el moreno buscó ayuda con la doctora y comprendió que lo que estaba pasando su chico era una "crisis de lactancia", no era nada malo, al contrario, el bebé esta teniendo un pico o brote de crecimiento, donde su demanda a la leche cambia y exige más para el desarrollo del niño.

Sólo que su bebé no había pasado por estos picos antes, y es por eso que Danny había entrado en desesperación al enfrentarse a una situación desconocida. Estaba demás decir que aquella etapa de amamantar no era fácil, ni sencilla.

Ahora, cada que el bebé exigia pecho, Danny se encerraba en la habitación de bebé, rodeado de tranquilidad y silencio, donde sólo eran su bebé y él. Una vez más agradecía tener a Steve junto a él.  



ℭ𝔯𝔬𝔫𝔦𝔠𝔞𝔰 𝔡𝔢 𝔲𝔫 𝔢𝔪𝔟𝔞𝔯𝔞𝔷𝔬 𝔠𝔞𝔬𝔱𝔦𝔠𝔬 | McdannoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora