Danny fue llevado a la habitación de expulsión donde daría a luz, ahí mismo se encontraban una variedad de cosas que le iban ayudar, cómo una gran pelota de aerobic y muchas mantas o tapetes.
—Muy bien detective Williams, llegó la hora de pujar. Cada vez que sientas una contracción vas a pujar lo más que puedas y cuando se detengan lo aprovechamos para descansar. ¿De acuerdo? Usted elegirá la mejor posición cómoda para dar a luz a su hijo. Si necesitas agua, solo tienes que decirlo.
—S-si. ¿D-dónde está Steve? ¡Ahg! —Sintió una contracción recorrer todo su abdomen.
Una contracción bajo desde su estómago hasta su pelvis, cada vez más fuertes. Ahogo un grito.
—Aquí estoy cariño. —Tomó su mano, la cual fue apretada con mucha fuerza, el comandante no pudo evitar hacer una mueca de dolor. —Hazle caso a la doctora.
El rubio se puso en una posición de cuatro puntos sobre el tapete, Steve por otro lado, se puso enfrente de él agarrando sus hombros, y la doctora por detrás.
—Muy bien Danny, a la siguiente contracción, vas a pujar.
Al llegar la contracción, el detective pujó con fuerza. Él sentía que las tripas iban a salirse en cualquier momento, su frente se llenó de sudor por el esfuerzo que hacía, pudo respirar hasta que el dolor y la tensión pasó.
—Lo estás haciendo excelente cariño. ¿Quieres agua?
El rubio no pudo decir nada cuando sintió otra contracción.
—Puja Danny, puja.
Pequeñas lágrimas empezaron a bajar por las mejillas del chico, siempre escucho que era mucho más fácil la cesárea, pero él se negó rotundamente, quería que fuera un parto normal y que su bebé naciera cuando quisiera.
—No puedo, ya no puedo —Sollozó.
—Claro que puedes Danno, solo un poco más. ¿Quieres cambiar de posición?
El doncel asintió, con ayuda de su pareja se enderezó, y ahora se recargo sobre él, sus manos se aferraron a los hombros de Steve y el lo tomo de la espalda.
Las contracciones eran demasiado seguidas, segundos entre cada una. Lo único que podía hacer en ese instante era gritar y pujar.
—Vamos detective, puedo ver la cabeza del bebé.
El comandante le limpiaba el sudor que baja por su frente y cienes, también le proporcionaba tragos de agua, Danny estaba agradecido de tener al moreno a su lado en esos momentos.
Los minutos se le habían hecho eternos, sentía que había estado demasiadas horas ahí encerrado soportando las contracciones y pujando hasta que sus músculos se sentían demasiado débiles, pero en realidad sólo habían pasado 30 minutos.
Una enfermera puso una ligera sábana sobre su espalda, cubriendo su espalda desnuda del frío.
—Sólo un poco más cariño, el bebé ya casi sale.
—Sigue pujando Danny, no pares, debemos ayudar al niño.
Danny no supo en realidad que sucedió después, pareciera que a partir de ahí todo fue extremadamente rápido y su cerebro no paró en procesarlo por completo, simplemente reacciono cuando escucho el llanto profundo de su hijo.
Y lloró.
—Felicidades detective, comandante. Su bebé es un hermoso varón. —El rubio se enamoró totalmente de aquel ser tan pequeño cuando fue depositado sobre sus brazos.
—Danno es hermoso, nuestro hijo es hermoso.
—Déjenle el bebé al papá, piel con piel para ver si se tranquiliza. Señor Williams, deberá decirle algunas palabras para que se calme ¿de acuerdo? Siempre es un gran golpe nacer.
El comandante beso al rubio con suavidad y cariño cuando esté asintió a las palabras de la doctora.
Entonces la magia surgió en ese instante, ahora sólo eran papá e hijo. Poco a poco el bebé dejó de lloras y se acurrucó sobre los brazos de su padre ¿qué se supone que debería decirle a su hijo?. El detective se sintió completamente idiota al no saber que decirle, tal vez era el cansancio, el estrés o simplemente era que tenía tantos sentimientos en ese momento que no sabía cómo expresarlos.
—Hola bebé, no llores por favor. Eres muy hermoso ¿sabes? —Con manos temblorosas acarició su espalda y sintió el calor de su hijo en la palma de su mano y sintió un nudo en la garganta—Danno te ama demasiado.
No podía creer que fuera tan pequeño, se encontraba en posición fetal acomodado sobre su pecho por debajo de su barbilla. Ahora las lágrimas que salían del rubio eran de alegría y felicidad, no podía creer que él y Steve habían hecho un ser tan perfecto.
Sin conocerlo lo amo, pero ahora que estaba ahí podía sentir que era su vida. Con cuidado quitaron al bebé de su pecho y para fortuna de todos no volvió a llorar, las enfermeras lo cubrieron con una sábana y lo pusieron ahora sobre los brazos de su padre Steve.
—Hola Charlie, soy tu papá Steve. Te amo.
—Charlie es un hermoso nombre como el niño que lo porta.
—Detective Williams, será trasladado a su habitación en unos momentos donde podrá descansar, le llevaremos al bebé también para que pueda darle de pecho.
—De acuerdo —Susurró, aun trató de luchar con las pocas fuerzas que le quedaban para ver a su monito.
Pero solamente quedaron para ver cuando fue trasladado a su habitación, una vez que estuvo instalado de nuevo en su habitación, alcanzó a ver a Steve entrar con una sonrisa.
—Descansa mi amor. Lo has hecho excelente, estoy orgulloso de ti. Gracias.
Con una sonrisa el detective terminó cayendo dormido. En todo momento el moreno se quedó a lado de su novio, a la hora su bebé fue llevado bañado y cambiado con la ropa que había traído Chin en la pañalera.
Se veía hermoso, traía un mameluco grueso blanco, y encima le habían puesto un suéter blanco tejido que había sido regalo de Joe.
—Miren nada más quien acaba de llegar —Tomó entre sus manos al bebé.
—Necesitamos despertar al papá para que le de comer.
—Claro.
Steve se acercó al rubio y lo movió levemente del hombro hasta que despertó un poco exaltado.
—¿Q-Qué sucede?
—Tranquilo cariño. Debes darle de comer al bebé.
La enfermera le dió indicaciones específicas al rubio sobre cómo poner al bebé en una posición cómoda para que se le pueda facilitar el agarrar el pectoral para y así darle leche.
Danny sonrió cuando lo vio.
—Es pequeño y delgado.
—Las enfermeras trajeron su tarjeta con la información. Pesó 2.320kg y midió 49 centímetros.
—Es precioso, Steve.
Charlie ni siquiera terminó de comer cuando volvió a quedarse dormido sobre su papá. Pero ahora quién lo tomo fue el marine sobre su pecho desnudo, compartiendo su calor con el del bebé.
Al día siguiente la habitación se llenó de alegría y regalos, por parte de su familia y amigos. Incluso el gobernador se había dado el tiempo para pasar a verlos y felicitarlos.
Danny no podía con la felicidad que inundaba su pecho.
Charlie McGarrett-Williams nació el 8 de Febrero a las 23:00 hrs. Siendo el mayor orgullo de Danny y Steve.
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ℭ𝔯𝔬𝔫𝔦𝔠𝔞𝔰 𝔡𝔢 𝔲𝔫 𝔢𝔪𝔟𝔞𝔯𝔞𝔷𝔬 𝔠𝔞𝔬𝔱𝔦𝔠𝔬 | Mcdanno
FanficDanny creía que algo había hecho mal en su otra vida cuando dos líneas aparecieron en aquel aparato de plástico que se encontraba en el lavabo. ¿Cómo iba a decírselo a Steve? Un sentimiento agridulce creció en su interior... Sólo esperaba que no fue...