I'm not her [Drakey/omegaverse]

『XXII』

Actualización por el cumpleaños de Mikey bb precioso.

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【Noviembre 8, 2009】

—Si no puedes hacerlo no te fuerces. —le recordó el alfa, pero no podía darse el lujo de obedecer.

—No es cuestión de si puedo o no, debo hacerlo. —el alta a su hija sería al día siguiente, no había conseguido cargarla ni una sola vez. No es que no se sintiera listo, sentía que si la tuviera entre sus brazos de alguna forma estaría bien, pero no lograba encontrar la iniciativa, eso era todo. Ese sería el día, debía serlo.

Entraron a la habitación en la que se encontraba su hija. Era realmente gratificante verla en una cuna y no en la incubadora, parecía casi irreal que pronto podrían llevarla con ellos. Estuvieron un rato solos con su hija, poco después conversaron un poco con la enfermera de su pequeña. Le comentaron la situación y sobre lo que el omega quería, como siempre, estuvo dispuesta a ayudar.

Con nerviosismo observó a la chica levantar con cuidado a su bebé que se puso a llorar casi al instante por ser sacada de su sueño. Con el mismo cuidado la puso en sus brazos, asegurándose de que la estuviera cargando bien.

La sensación era algo completamente desconocido, algo que no había experimentado antes. ¿Cómo se podía amar tan intensamente a alguien solo por el hecho de existir? Su hija lo había logrado completamente. Su miedo desapareció casi por completo, el miedo a lastimarla era algo muy leve. La sostenía bien, estaba seguro, lo veía en el rostro de su cachorro, estaba completamente cómoda en sus brazos. En ese momento, ante sus ojos, no existía nada más que no fuera ella. Era tan pequeña y adorable, un ser indefenso que se acurrucó en sus brazos y apaciguó el llanto con tan solo sentir sus feromonas. La amaba tanto, quería protegerla, cuidarla, acariciar su cabello negro o su suave piel, admirar por siempre los ojitos negros que le miraban con detenimiento; su hija era perfecta, lo más precioso del mundo. No hacía más que existir y portarse como un bebé, pero era lo más importante y valioso de su vida. Su corazón se calentó solo con cargarla, con verla; se sentía tan bien poder cargarla por primera vez, después de todo por fin lo había conseguido, no quería dejarla ir, poder tenerla tan cerca lo hacía realmente muy feliz.

El alfa no podía hacer más que observarlos con una sonrisa en los labios. Ver a Mikey feliz era lo que más le importaba, a pesar de estar impaciente por poder cargarla también, esa escena era reconfortante de alguna manera. Era un momento solo de ellos, el omega reteniendo las lágrimas lo mejor que podía y su hija que, al ser cargada por primera vez en los brazos de su madre, parecía ser el ser más feliz del mundo, no había llantos ni quejidos, solo un pequeño ser que había encontrado su nuevo lugar favorito. Esa hermosa escena no se la quitaría nadie de la cabeza.

(Arte por Spark_Muff)

Tuvo que esperar unos minutos para su turno, pero tenerla en sus brazos fue la mejor sensación del mundo. Estaba un poco más inquieta que cuando estaba en los brazos de su madre, pero no importaba, lo comprendía perfectamente, sabía que no era su olor lo que buscaba. A pesar de que no supo nada de su existencia por unos meses, al darse cuenta realmente la espero con ansias. Ese pequeño ser era lo más importante de su vida, la amaba como nunca amó a nadie. Era perfecta, una mini versión de su madre, incluso así compartía algunos detalles con él. Quería llorar simplemente con verla, su hija era el ser más bonito del mundo, estaba seguro de ello. Por supuesto no todo era perfecto y su hija terminó por llorar. La enfermera explicó que aún no comía y probablemente ese era el motivo del llanto. El alfa miró al rubio, esperando conseguir una respuesta, este solo asintió, creía sentirse listo. La camisa que utilizaba era algo incómoda para amamantarla correctamente, pero quería hacerlo, aunque le avergonzara un poco se quitó la prenda y volvió a recibir a su hija en brazos. La colocó cerca de su pecho y esta no tardo nada en encontrar la solución a su problema. Amamantar era extraño, algo nuevo, no se comparaba en nada a la extracción de leche. Sonreía tontamente al ver su bebé comer tan plácidamente, acariciaba su fino cabello negro, mientras la pequeña se centraba por completo en alimentarse.