°•¿Un Simple Jefe ?•°

°Capitulo 17°

Pov Tanjiro

Sentía los nudos en mi cuello, parecía que me ahorcaran cada que hablaba acerca del tema, mi papá.
Siempre me dicen que mi papá es el malo de todo, no lo justifico, sin embargo me mataba la duda de saber si es cierto. Tomioka habla de el como si fuera muy superior, lo sorprendente es la conexión con la que me habla.
Parece ser su héroe o su maldición.

- Sí, te llevaré con tu padre - todos al oír eso nos quedamos estáticos, ellos no sabían de mi padre como tal, yo estaba a punto de llorar.

¿Por qué lloras?

Siempre quise ver una vez más a mi papá, desde que tuvo nueva familia se olvidó de nosotros, ya no venía todos los días con un helado en la mano.
Esas semanas de felicidad se desvanecieron, fueron cambiadas por dinero.
El efectivo era algo que en nuestra casa faltaba, por ende obtuve varios trabajos. No dejaría que mi hermana trabajara, le ayudaba a mi mamá.
Pero ahora las decisiones tomadas me llevan en este auto, manejando sin rumbo alguno; al menos así para nosotros. El sabía muchas cosas y con lo dicho de mi amigo, me daba miedo.

No me queda más que confiar en el
otra vez..

El camino fue tranquilo, nadie transmitía sonidos y lo único auditivo fueron los exteriores, aquel viento que chocaba contra el auto, los semáforos cambiando, el caminar de las personas y las voces de ellos mismos invaden el espacio, inundando nuestra mente hacía la paz que tanto buscábamos.
- ¿Por qué traen esa ropa? Parecen delincuentes - Mire mis prendas y la de mis amigos, tenía razón ante eso.
- Iguro nos dió la ropa para no traer el uniforme - mi amigo rubio contesto ante la pregunta y hubo un silencio en el auto.
Se estaba haciendo tarde, Inosuke y Zenitsu estaban dormidos en la parte trasera del carro.
Dejándonos solos a nosotros, no quería hablar y el no tenía interés en hacerlo.

- ¿Sabías que dormir es nuestra prueba gratis de morir? - fue una pregunta que cambio el entorno, solo voltee a mirarlo algo confuso por aquellas palabras, me reí cuando ví su rostro serio.

- No sabía que te gustaba hacer ese tipo de comentarios, algo nuevo en tí - el solo dió una carcajada, volver a escuchar su risa me dió tranquilidad, me gustaba hablar con el, no importaba el tema de conversación; escuchar su voz me mantendría relajado - Lo peor es que a todos nos gusta dormir.

- Ja, es cierto - muy seco como siempre, sus cambios repentinos era algo que se me dificultaba entender, era algo anormal, si hablamos de cosas anormales en el no podría decir una.
Es un humano con demasiadas contras y las únicas favorables son pocas. Es algo normal, pero el es adaptable con cualquier cosa.
Paramos en la carretera, se veía unos campos de cultivo, el bajó del auto para recargarse en un barandal que había por ahí, yo le seguí por detrás, me acomode cerca del barandal.

Tomioka tenía su mirada en los cultivos y yo le estaba dando la espalda.
Sacó de su saco un par de cigarros, lo pensó por un momento para guardarlos.
- Me gustan los lugares solitarios, creo que dan la paz, son lugares donde uno se puede desahogar - nunca me dirigió la mirada, desde que me preguntó cómo estaba.
- El atardecer está dándonos su último brillo del día.. - fue lo último que dijo, soltó un par de suspiros. Yo voltee a verle, en sus facciones sobresalían lo cansado que está, sus ojos perdieron el brillo, y aquella voz se quedaba sin sonido.

- Una vez me preguntaste si me gustaba la poesía y te dije que sí, me gusta leerla pero soy muy malo para escribirla- el hombre solo sonrió ante el comentario mi comentario
- en serio soy tan malo que mis amigos me dijieron que mejor nunca lo intentara- la tarde se nos fue rápido, escuchando nuestras risas.
En aquel retrovisor estábamos solo nosotros dos, hablando de nuestro pasado, después de todo no era tan malo. A diferencia de nuestros tiempos, cada quien tenía  algo que contar. Las miradas sobraban, ya no teníamos el sol pero las estrellas hicieron el favor de iluminar sus ojos.
Mis ojos en los suyos nunca perdieron su brillo, el hacía que todo estuviera bien.