𝖧𝗂𝗌𝗍𝗈𝗋𝗂𝖺𝗌 𝖼𝗈𝗋𝗍𝖺𝗌 𝖽𝖾 𝖦𝖾𝗇𝗌𝗁𝗂𝗇 𝖨𝗆𝗉𝖺𝖼𝗍

𝐈'𝐦 𝐲𝐨𝐮𝐫 𝐬𝐥𝐚𝐯𝐞 (Thomato)

I'm your slave

Ship: Thoma (soft top) x Ayato (power bottom)

Aviso: ⚠️ ¡Contenido explícito! ⚠️

Extensión: 8.030 palabras

Ayato regresa de su viaje por Fontaine y piensa que Thoma lo ha olvidado, pero fue él quien no había dejado de pensar en ese último beso...

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La resaca de la última fiesta en Fontaine le estaba pasando factura al chico de cabello azulado. El barco de vuelta parecía moverse más rápido de lo que en realidad lo hacía y estuvo a punto de vomitar en más de una ocasión. Kamisato Ayato regresaba a Inazuma después de un largo viaje de negocios que había derivado en noches enteras bebiendo y teniendo sexo con magnates de todo tipo que se reunían en la ciudad hydro por negocios. Así era su vida. Para mantener el prestigio de su familia tras la muerte de sus padres había hecho cosas inimaginables, pero ahora que todo estaba bien había decidido volver a su hogar, que era donde quería estar.

Cuando llegó lo primero que hizo fue buscar con la mirada a Thoma, el amo de llaves de la casa y la primera persona a la que deseaba ver. Aquello era un amor imposible, algo que había tratado de olvidar año tras año, pero su viva imagen seguía allí, grabada a fuego en su mente. "¿Volverás pronto esta vez?", le había preguntado el chico antes de que tuviera que marchar a Fontaine y esa fue la primera vez que le besó. Ayato le había dicho que era un error y había tratado de olvidarlo pasando las noches con personas distintas, en distintas camas, pero nada había surtido efecto.

—Señor Kamisato ¿le llevo la maleta?— dijo una de las mujeres del servicio que se encontraban a las puertas de la Hacienda. Este negó con la cabeza y siguió buscando con la mirada.

—Me temo que el joven Thoma no se encuentra aquí— respondió otro de los sirvientes. Todos sabían perfectamente que Ayato le estaba buscando, de hecho incluso a ellos se les hacía raro que el joven amo de llaves no hubiera sido el primero en presentarse. Thoma era como un cachorro fiel, siempre esperando el regreso de su amo con rebosante alegría, pero esa vez parecía ausente. —Dijo que no tardaría, salió con la señorita Ayaka y con el viajero a hacer algunas diligencias.

—Oh...— Ayato trató de no mostrarse decepcionado por aquellas palabras. Había enviado una carta para anunciar que volvería, pero se encontraba con la casa vacía. No solo no estaba Thoma, tampoco estaba su hermana, por quien había luchado todo ese tiempo y puede que fuera bastante serio, pero le dolió que nadie le recibiera. —No pasa nada, diles cuando vuelvan que estoy en mis aposentos, voy a descansar.

Ayato dejó la maleta en el suelo para que quien fuera la tomara y se la llevara y comenzó a caminar. Una vez en su cuarto con todo el equipaje cerró la puerta y les dijo que no le molestaran. Se sentía bastante dolido y la cabeza aún le daba vueltas así que no tardó en tumbarse sobre su cama y cerrar los ojos. Tan exhausto estaba que no tardó demasiado en conciliar el sueño tras haber dejado que alguna que otra lágrima cayera.

No supo cuánto había pasado desde que el sueño le ganó, hasta que escuchó unos ligeros golpecitos en la puerta en medio de la somnolencia. Ayaka abrió la puerta con cautela, pero en cuanto observó al mayor no dudó un segundo en correr a abrazarlo. Por mucho que ahora fuera una mujer adulta, con su hermano seguía siendo solo una niña.

—Hermano... — murmuró la joven con una gran sonrisa mientras escondía su rostro en el pecho del chico, a quien había extrañado demasiado. —Perdón por el retraso. Quise sorprenderte y salí a buscar tus dulces favoritos ésta mañana para que estuvieran frescos cuando llegaras, pero parece que te me adelantaste.