𝖧𝗂𝗌𝗍𝗈𝗋𝗂𝖺𝗌 𝖼𝗈𝗋𝗍𝖺𝗌 𝖽𝖾 𝖦𝖾𝗇𝗌𝗁𝗂𝗇 𝖨𝗆𝗉𝖺𝖼𝗍

𝓭𝓪𝓷𝓬𝓮 𝓽𝓸 𝓶𝓮 (Lumine x Ayaka)

dance to me

Ship: Lumine (top) x Ayaka (Bottom)

Aviso:⚠️ ¡Contenido explícito! ⚠️

Extensión: 9.400 palabras

Lumine es la prometida de Kamisato Ayato y decide ir de fiesta con su hermana para que ambas puedan conocerse mejor...

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Era un día como otro cualquiera en la vida de Kamisato Ayaka. Se miraba al espejo mientras practicaba la danza tradicional de su tierra una y otra vez hasta que sus resultados fueron perfectos. Si algo caracterizaba a la chica de cabello blanquecino, era su autoexigencia. Repitió de nuevo los pasos, con gracilidad, como una garza.

Unos aplausos sacaron a la chica de su trance. Giró su mirada para encontrarse con su hermano mayor, quien estaba apoyado en el marco de la puerta mirando como bailaba.

—Cada vez lo haces mejor, madre estaría orgullosa— pronunció el recién llegado. Aquellas palabras encogieron el corazón de la chica y miró hacia un lado apretando los labios para contener las lágrimas.

—Lo hago por ella...— soltó un pequeño suspiro. —Seré la mejor bailarina de Inazuma algún día.

—No lo dudo— Kamisato Ayato dio un paso hacia su hermana y ambos se fundieron en un abrazo. La situación no era fácil para ninguno de los dos. —Ahora deberías descansar y ponerte algo más apropiado para conocer a mi prometida.

—¿Hoy? ¿No te estás precipitando?

—Padre habló con su familia cuando ambos éramos unos críos y creo que ahora que ya no están es la mejor forma para ayudarte con tu futuro.

—No sé qué tiene que ver mi futuro con el hecho de que tú te cases con alguien a quien no amas, no me parece justo— la chica se alejó un poco de él.

—Sabes como es la sociedad. Matrimonios, hijos, herederos del clan.

—Esa chica tiene mi edad.

Ayato se quedó en silencio, era consciente de ello, pero no era como si pudiera hacer otra cosa. Tal y como Ayaka quería cumplir el sueño de su madre, él quería obedecer las órdenes de su padre, aunque este ya no estuviera.

—Ponte algo más formal, por favor— y dicho aquello, se marchó de la habitación cerrando la puerta tras de sí.

A Ayaka no le quedó otra que resignarse a aceptar su destino, a fin de cuentas no debía meterse en la vida privada de su hermano. Se fue a bañar y escogió una ropa casual para conocer a aquella chica. Recordaba que su hermano y ella habían quedado un par de veces y, por lo que sabía, a Ayato no es que le gustara demasiado, algo normal pues no se conocían y no podían enamorarse de un momento a otro si solo se habían visto cuando eran muy pequeños.

—¿Señorita?— se escuchó una voz masculina detrás de la puerta, a la que habían precedido tres ligeros golpes en la misma. Era alguien conocido, concretamente se trataba de Thoma, el ayudante personal de la familia Kamisato. —¿Está lista? Su hermano la espera en el salón.

—Sí, un segundo— respondió la fémina antes de recolocarse las prendas mientras se miraba al espejo. Lucía una alta coleta y su flequillo recto. Quiso decorar un poco la liga que sujetaba su cabello con un lazo del color de su camisa; morado. —Ya voy, Thoma.

Ayaka, a diferencia de su hermano, prefería tratar a su sirviente como a un amigo y es lo que era para ella. Sin embargo, Ayato era más recto y estricto con las normas sociales. Ambos bajaron las infinitas escaleras del palacete en el que vivían y luego caminaron para llegar al salón, donde se encontraba Ayato con su futura esposa y otro muchacho que, por su parecido, supuso que era su hermano. En ese momento todos se giraron para poder ver a la muchacha de quien tanto les había hablado el señor de la casa. En efecto, los dos invitados eran hermanos y de la misma edad, además tenían un enorme parecido. La joven de cabello rubio permanecía junto a Ayato, aunque se separó un poco de él para saludar debidamente a la señorita de la casa.