Un día maravilloso en Green Hill da comienzo.
Sonic da un paseo como de costumbre, preparado por si viene Amy para huir de ella.
Pero no la vio en todo el día.
Al día siguiente, cuando se la cruzó, ella sólo lo saludó y siguió con su trayecto como...
Las semanas pasaron. La relación entre Sonic y Amy dio un ligero cambio, al que poco a poco se fueron acostumbando.
La eriza desde que dejó de perseguir al erizo, y para así quitárselo de la cabeza, llenó su agenda con multitud de actividades: preparaba más postres, salía más con sus amigos, descubría nuevos lugares...
—¿Esto ha estado aquí desde siempre? —preguntó a la coneja cuando llegó a un prado lleno de flores en sus ahora frecuentes paseos con ella—. Lo que me estaba perdiendo... —Su amiga se limitó a soltar una risilla.
Para el erizo, que Amy no le persiguiera le había otorgado una gran cantidad de tiempo libre, uno que había decidido invertir en ayudar a Tails con Tornado o para ayudar a los habitantes de Mobius.
Aunque de ninguna cabeza habían salido los dos completamente, cada vez ellos pensaban menos la razón por la que él actuaba tan preocupado y ella tan distante.
Ahora se trataran como buenos compañeros y se veían lo justo y necesario.
Qué cambio ¿No?
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Comenzaba un nuevo día, el piar de los pajaritos empezaba su concierto en la ventana de Sonic. Hubiera sido un bonito despertar para el erizo si Tails no lo hubiese llamado por el intercomunicador para darle un aviso, ahuyentando así a las aves.
—¡Sonic, levanta, hay reunión del equipo! —Le grita el zorro.
Sonic a regañadientes se levanta y corre rápido hacia Mystic Ruins. Eso era lo que no echaba de menos de la Resistencia, las malditas conferencias. Hizo como de costumbre su entrada triunfal, levantando papeles y haciendo que todos girasen la cabeza al oír el característico sonido que hace el erizo al correr.
—¿Qué me he perdido?
—Un inicio de una reunión —respondió Shadow hastiado de la presencia de su rival, aunque llevase poco tiempo en la estancia.
—Hola a ti también. —Rodó los ojos al escuchar al azabache. Se sentó en un banco que había de manera relajada, expectante a que Knucles hablase.
Miró de reojo para ver si se encontraba su amiga eriza; hacía semanas que no la veía. Enseguida vió su característica cabellera rosada. Al verla, se instaló una paz en su pecho al ver que ella se encontraba bien, riendo con Tails. Amy se giró hacia su dirección y él con rapidez aparta la mirada con un ligero rubor.
¿Qué pensaría si descubre que la estaba mirando?
—Bien, ahora que estamos todos, tengo que informar de movimientos extraños que se han estado dando en la base de Eggman. —Enciende una pantalla holográfica mostrando diferentes datos recopilados— En los pedidos que figuran a su nombre hay varias piezas difíciles de conseguir que parecen que van a servir para construir una nueva máquina para hacerse con el poder de todo Mobius. —Todos los presentes escuchaban atentos al anuncio del equidna rojizo. Se encontraban listos para lo que sea que se les viniera encima.
