Un nuevo día se abría paso en Green Hill.
Nuestro querido erizo azul, como de costumbre, apagó la alarma con ganas de que algún día no sonase. Bajó veloz a la cocina y en menos de un segundo, se sienta en su sofá, leyendo el periódico mientras comía una manzana.
«Hm, veamos: economía, bah. Deportes, para cuando tenga ganas. Noticias recientes, hm, vamos a una lectura rápida. —Estuvo leyendo hasta que encontró algo que le llamó la atención— ¡¿El McDonald's ha puesto menú limitado de chilli dogs?! ¡¿Pero que clase de maravilla es esta?! ¡Esto hay que probarlo!»
Fue rápido a la casa de Tails. Entró en su cuarto como Pedro por su casa.
—¡Despierta zorro! ¡Evento importante! —grita, haciendo que su amigo pegue un brinco y se caiga de la cama.
—¡Ay, Sonic! —gime de dolor por el culazo que se dió— ¡Me vas a pagar el seguro médico a partir de ahora!
—Sí, sí, lo que digas ¡Pero es de suma importancia!
—¿Qué pasa? —el zorro se sienta en su cama adolorido.
—¡Mira! —Le pone el periódico en su regazo. Tails lee la página y eleva la mirada.
—¿Para esto me has despertado, por un menú limitado de McDonald's?
—Sí —respondió como si fuera lo más obvio del mundo.
Tails se incorporó en silencio, miró serio a Sonic y este traga duro ¿Se habrá cabreado? Esa idea desapareció de su mente cuando le dio un suave golpe en el brazo.
—¿Pues a qué esperamos para ir? —dice por fin. Sonic suelta un alto suspiro de alivio y empieza a reír.
—Por eso eres mi mejor amigo —le dice rodeándolo con un brazo—. Agárrate— le dice mientras lo coge con los dos brazos.
—Espera ¿Qué... —No le dió tiempo a acabar la frase cuando ya estaban saliendo por la puerta a toda velocidad. El zorro se limitó a cerrar los ojos y rezar porque esto acabase pronto.
Al llegar al lugar se pusieron en la cola para esperar, pagaron rápido y salieron del establecimiento para tomarse la comida en el parque.
Sonic se sentó en el suelo, listo para dar el primer bocado, sin embargo, lo pararon antes de que pudiera hacer algo.
—Un momento... ¿Eso que veo es un chilli dog? —Se oye una voz detrás de la pareja.
—Ni se te ocurra robarnos la comida, equidna —amenazó Sonic con una mirada asesina—. Son edición limitada, por lo que si quieres uno, vas y pagas con tu dinero.
—Vale, vale. Solo preguntaba, intensito —respondió levantando las manos en señal de paz. El erizo lo ignoró y se puso a comer su delicioso manjar. Dió un ruidito de satisfacción al probarlo. Knuckles rodó los ojos—. No comas delante de los pobres. —La frase le venía como anillo al dedo.
—No haber hecho esa ridícula apuesta con Tikal. —Touché. El equidna lo miró mal mientras se sentaba entre Tails y Sonic.
—¡No sabía que Rouge pudiera detectar una joya falsa tan rápido!
—Estás hablando de una experta ladrona de joyas, Knux, obvio que va a reconocer una cuando se la pongan delante— añadió Tails. Knuckles frunció el ceño.
—Seguramente se cabreó contigo cuando se dió cuenta de que la esmeralda que "le dejaste robar" era falsa—supuso el erizo.
—Claramente. Ahora ya ni me habla —dice un poco agobiado. Sonic y Tails empezaron a reír— ¡Oye, esto no es gracioso! ¡Ojalá os pase con Zooey y Amy! —inmediatamente los dos se callaron, pero Sonic enseguida habló.

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¿Estás bien, Amy?
FanficUn día maravilloso en Green Hill da comienzo. Sonic da un paseo como de costumbre, preparado por si viene Amy para huir de ella. Pero no la vio en todo el día. Al día siguiente, cuando se la cruzó, ella sólo lo saludó y siguió con su trayecto como...