Estamos frente a un espejo, viendo el reflejo de cómo una eriza rosa se recogía el pelo, con la cabeza llena de pensamientos e inseguridades.
«¿Me veré muy mayor con el pelo así? —Se suelta el pelo— ¿Mejor así? Hmmm... —Niega con la cabeza y coge unas horquillas— No, mejor como antes. —Da un suspiro mientras terminaba— Qué lío...»
Se quitó la bata que llevaba puesta y empezó a arreglarse con el vestido que había elegido para la ocasión. Era un vestido ajustado de color granate, que le llegaba por las rodillas. Tenía la espalda descubierta y un escote poco pronunciado en forma de U.
Cuando se lo puso, se miró al espejo, examinando que no faltase nada. El traje se veía exquisito en ella, realzando su figura y marcando sin exagerar sus atributos. Era elegante y seductor a la vez.
«¿Me habré pasado? ¿Demasiado, tal vez? A ver, mal no me queda, pero tampoco quiero dar el cante... —Se queda en jarras admirando su figura. Miró de reojo el reloj encima de la mesita y abrió los ojos— Mierda, mierda, mierda...»
Fue al tocador a maquillarse. Se aplicó poco producto, sólo rímel, colorete y pintalabios. Bajó con rapidez las escaleras, cogió su bolso y se marchó corriendo hacia la parada de taxi.
El exterior del restaurante era ostentoso, más de lo que Amy estaba acostumbrada.
Tomó una profunda inspiración.
«Vamos», se dijo mientras entraba al establecimiento.
Si la fachada era mucho, el interior lo era más.
Tenía tonalidades suaves y una música envolvente que denotaba la calidad de servicio que se ofrecía. Había gente con mucho poder adquisitivo, se podía hasta llegar a oler el dinero de tantos peces gordos que había allí reunidos.
Acompañaron a la eriza a su sitio, donde ya le esperaba su acompañante. Draco iba arreglado con una camisa blanca y unos pantalones color beige, su chaqueta tweed descansaba en el respaldo de la silla. Al verla, se incorporó como si tuviera un resorte. Casi se le desencaja la mandíbula. La eriza a sus ojos se veía como la encarnación de la mismísima Afrodita que había venido al mundo mortal para dar la oportunidad única a sus habitantes de verla en persona.
—Guau... —Sólo pudo salir eso de su boca, aunque no era para menos; la joven estaba muy guapa— Estás increíble... —Eso causó que la joven se ruborizase, lo que la hacía ver más adorable. La estampa derretía el corazón del joven.
—Gracias, tú también estás muy guapo. —Tampoco mentía, la ropa que llevaba era bastante favorecedora. Él sonrió tímido.
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¿Estás bien, Amy?
FanficUn día maravilloso en Green Hill da comienzo. Sonic da un paseo como de costumbre, preparado por si viene Amy para huir de ella. Pero no la vio en todo el día. Al día siguiente, cuando se la cruzó, ella sólo lo saludó y siguió con su trayecto como...