Amy se sentó con un resoplido en un banco de la zona del helipuerto. Se cruzó de brazos, mosqueada. Maldecía de mil maneras a su compañero, hasta que se vió interrumpida por él, saliendo escopetado del interior, buscándola, agitado. Se había quitado la chaqueta que llevaba; ahora sólo tenía su camisa blanca remangada y con varios botones desabrochados, con el pecho subiendo y bajando rápido, mirando por todos lados como un poseso. La imagen, si no hubiera estado enfadada... A quién engañas Amy; Sonic te parece atractivo cabreada o triste. Negó con la cabeza e intentó apartar esos pensamientos de su mente.
Cuando el erizo la encontró, sus pupilas se agrandaron y fue corriendo, con las energías renovadas reflejadas en sus ojos, a su dirección.
—¡Ames!
—Te he dicho que... —intentó decir cuando él ya estaba con ella.
—Tú no me has dejado acabar. Así que ahora me escuchas como yo lo he hecho contigo. —Ahí Amy no tuvo nada que decir en contra. Frunció el ceño sabiendo que tenía razón. El cobalto aguantó las ganas de reír por lo adorable que se veía para no quitar hierro a la situación— Amy, esas palabras las digo siempre porque cuando preguntan acerca de nosotros nunca sé que responder...
—Pues que sólo somos amigos. Lo has dejado claro desde siempre —respondió seca.
—¿Y entonces por qué... Mira, da igual.
—No. Ahora lo dices. —Se cruza de brazos.
—Después no eres mandona...
—¿Qué has dicho? —dijo amenazadora. A Sonic le recorrió un escalofrío y tuvo miedo de que invocara a su martillo.
—¡Nada, nada! —Movió las manos nervioso. Cuando se tranquiliza, suspira y la mira con una sonrisa con un deje de tristeza— Pues que si tan claro lo tenías ¿Por qué seguiste luchando por nuestro amor?
La joven se quedó en blanco en el momento. Él tenía razón ¿Por qué siguió después de todo? ¿Será porque acaso tenía esperanza de que algún día se daría cuenta de que ella era la única que lo entendía, de que era su alma gemela?
—Pues no lo sé... —admitió— Puede que se volviera costumbre...
—Pues me gustaba esa costumbre. —Amy, que miraba al suelo, levantó la mirada con sorna.
—¿Sí? Anda, pues no lo dejabas claro.
—Porque me ponía nervioso al lado tuya. Tienes que reconocer que era invasiva. —Suspiró, admitiendo su derrota— Porque si no me gustaba, ¿Por qué estoy aquí fuera, intentando recuperarte?
—Sonic... Si ya...
—No me refiero a tu amistad, Amy.
—¿Y entonces a qué? —El erizo se puso colorado hasta las orejas. Miró hacia abajo con los puños apretados, sin tener idea de cómo confesarse.
—No sé si tengo fuerzas para decirlo— masculló cerrando los ojos fuertemente.
—Inténtalo —suavizó su tono para tratar de calmar el nerviosismo del contrario. nic inspiró y expiró fuerte. Se incorporó y la miró a los ojos. Amy lo miraba interesada.
«Allá va...»
Levanta la cabeza y la mira. Amy no se mueve del sitio, aunque le sorprende lo serio que se ha puesto, como si lo que iba a decir fuese importante.
—Nunca llegué a pensar antes de conocerte que alguien tendría un gran impacto en mi vida, hasta que llegasteis vosotros; Tails, Knuckles y tú. Desde ese momento mi mundo dió un giro de ciento ochenta grados. Creo que habéis sido lo mejor que me ha podido pasar. —La fémina sonrió conmovida— Desde que te vi supe que ibas a ser importante para mí, y lo eres. Aunque no lo diga, te tengo mucho aprecio, Amy.
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¿Estás bien, Amy?
FanfictionUn día maravilloso en Green Hill da comienzo. Sonic da un paseo como de costumbre, preparado por si viene Amy para huir de ella. Pero no la vio en todo el día. Al día siguiente, cuando se la cruzó, ella sólo lo saludó y siguió con su trayecto como...