Capítulo II: El desliz de la chica (no) heterosexual

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¿Cuántas veces llevaba cantando Amorfoda desde que llegó a la fiesta?

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¿Cuántas veces llevaba cantando Amorfoda desde que llegó a la fiesta?

Jimin se golpeó las mejillas aturdida, empezando a sentir los efectos secundarios de mezclar whisky con cerveza sin haberse metido una buena porción de alimento antes. La voz de Minjeong se incrustó en sus oídos como el chillido de un animal a punto de morir.

ㅡ¡Y entonces Yukhei se cayó del coche, enganchándose de su calzoncillo! ㅡMinjeong rió completamente ida, abrazando deliberadamente a la muchacha a su izquierda. Las personas que también formaban parte de la ronda improvisada en el suelo, estaban igual (o incluso peor) de borrachas que la mismísima rubia. Inesperadamente, el propio Yukhei carcajeó de la anécdota contada, ignorando que se trataba de él siendo un completo payaso.

Ellas habían sido invitadas a una party (sonaba cool llamarla así) organizada por Baekhyun, un hermoso chico de cara alargada y lisos cabellos claros que se acomodaban rebeldes a los costados de su sien. Minjeong tuvo una que otra aventura con él, quizá no de la forma obscena con la que solía llevar a cabo sus jugadas, pero sí logró sentir la adrenalina de subirle por la columna vertebral cada vez que Baekhyun y ella debían hacerlo silenciosamente en su propia casa.

Jimin recuerda vagamente haber visto a Minjeong compartir saliva con el anfitrión por lo menos una vez en lo que iba de la noche; tampoco está segura, porque se supone que ambos quedaron en malos términos y ahora se odian mutuamente. Si no fuera por Minho, quién tenía una relación de oro con el castaño, ninguna de las dos hubiese podido estar presente ahora en la mansión del muchacho.

Su celular comenzó a timbrar, sacándola de la ensoñación. Jimin tanteó la parte trasera de su pantalón, hallando el móvil casi cayéndose de su bolsillo; al tomarlo para apagar la ruidosa melodía que se perdía bajo los estruendosos altavoces del salón, descubrió porqué había puesto una alarma antes de comenzar a beber. Ya es muy tarde, necesitamos volver a casa, fue lo que cruzó por su nublada cabecita. Si bien les había dado permiso para asistir, ninguna de las dos podía exceder el límite establecido de llegada. Y a este paso, la supuestamente responsable Kim Minjeong ya mutaba a una alocada adolescente con ganas de buscar una pistola.

ㅡ¡Unnie, nos vamos! ㅡgritó mientras se acercaba, cayéndose encima de una de las chicas que estaba sentada en el suelo, esta no pudo evitar asustarse y derramar su bebida sobre la cabeza desarreglada que invadió el medio de sus piernas. Pronto la chica de orbes miel le supo todo a alcohol y otras sustancias que nunca habían topado su paladar.

ㅡ¡Ah!

ㅡ¡¿Qué mierda, Yerim?!

ㅡ¡Usted tuvo la culpa, Jimin unnie!

Jimin aplastó las intensas ganas de pegarle un puñetazo a la pitufa (porque últimamente a todos les había nacido el amor por hacer cosplay de los pollitos de colores que compraba de niña) y se arrastró hasta llegar a las piernas dobladas de su amiga. Minjeong la recibió con los brazos abiertos, lamiendo la mejilla acaramelada cuando sus rostros estuvieron a la misma altura.

❛❛𝙻𝙰𝚂 𝙰𝙼𝙸𝙶𝙰𝚂 𝙽𝙾 𝙷𝙰𝙲𝙴𝙽 𝙴𝚂𝙾❜❜ ㅡWinrina.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora