ADVERTENCIA: Este capítulo contiene una dosis de homofobia, maltrato psicológico y daño físico hacia menores de edad (no tan descriptivas).
Si el vino se encuentra a punto de rebosar, es muy complicado mantener la copa intacta en su lugar.
Cuando todavía estaba en primaria, Jimin comprendió que la culpabilidad causada por una mentira, sería capaz de absorberla por completo mientras más consciente se encontrara de ella. Más adelante, con la experiencia de reprimendas y llantos encima, desarrolló un método efectivo que endureció su sensibilidad y la ayudó a ignorar las mentiras que se esforzaba por hilar.
De esa forma, incluso si duraba meses, sería difícil para los demás el obtener una confesión sincera de su parte. A partir de ahí, no fue una sorpresa que su situación con Minjeong y Minho permaneceria oculta en lo más profundo de su corazón, cubierta por cadenas firmemente entrelazadas para no permitir que ningún resbalón saliera a flote.
Hasta esa fiesta.
Hasta esa noche.
Hasta esa mañana.
Hasta ese día.
Jimin se despierta con los párpados pesados, manteniendo en sus manos la misma foto arrugada de tres niños enlodados de los pies a la cabeza; igual que cada mañana, donde duerme durante tres horas como máximo, viéndose tan incapacitada para siquiera cerrar los ojos y no soñar con aquellas dos personas a las que llegó a lastimar semanas atrás.
Su rutina se ha vuelto agobiante. Obligándose a asistir a clases con kilos de corrector encima para ocultar su apariencia demacrada, sonriendo falsamente a todos sus compañeros, tratando de ignorar la turbia marea que le provoca náuseas cada vez que sus ojos chocan contra el asiento vacío de Minjeong.
Se había enterado, gracias a las comidillas susurrantes, que Minjeong se encontraba alistando todos los papeles necesarios para llevar a cabo el intercambio al que se postuló tiempo atrás. Si hubiesen estado en buenos términos, sería Jimin la primera en enterarse de esa noticia por la boca de la misma Minjeong; sin embargo, la realidad fue que, de no ser por los más chismosos del salón, solo se enteraría de ello cuando su mejor amiga estuviese subiendo al avión con su equipaje en mano.
Nuevamente... ¿Qué derecho tenía ella para reclamarle a Minjeong por ocultarle tal noticia?
Restregándose los ojos con sus puños, deja la fotografía debajo de su almohada. Por alguna extraña razón, no se siente igual que los días anteriores; un sentimiento pesado se arremolina en la boca de su estómago, volviéndose insoportable en tan pocos minutos.
ㅡMierda... ㅡmasculla frente al espejo del baño, notando que tiene tan poco corrector para colocarse, dejando al descubierto una buena parte de las bolsas oscuras que adornan su rostroㅡ. No... Respira, Rina. No es el fin del mundo, joder. Siempre puedes decir que te amaneciste viendo vídeos, o jugando algún videojuego estúpido... Sí... Maldita sea, ¡para de temblar! ㅡla desesperación gotea de su voz al darse cuenta del sudor frío que recorre su espalda, del miedo irreconocible que le provocó picazón en la garganta, de las lágrimas y se desvanecen al caer en la nada.
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❛❛𝙻𝙰𝚂 𝙰𝙼𝙸𝙶𝙰𝚂 𝙽𝙾 𝙷𝙰𝙲𝙴𝙽 𝙴𝚂𝙾❜❜ ㅡWinrina.
Fanfiction[ 𝐋𝐀𝐍𝐇𝐄 ] ━━ ❛❛Minjeong puede estar un poquito enamorada de Jimin, quizá el mínimo porcentaje posible para alguien casi heterosexual hasta la médula, después de todo, las amigas no hacen lo que ellas hicieron... ¿Verdad?❜❜ ┋© Esta es una adapta...