Capítulo IV: Formas poco convencionales para ser ignorada (por Yoo Jimin)

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Después del beso las cosas deberían de haber retomado su rumbo habitual: pasar tiempo con su novio, comer los deliciosos platillos de su madre, ver anime hasta altas horas (no recomendable) de la madrugada y convivir como cucaracha en basurero jun...

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Después del beso las cosas deberían de haber retomado su rumbo habitual: pasar tiempo con su novio, comer los deliciosos platillos de su madre, ver anime hasta altas horas (no recomendable) de la madrugada y convivir como cucaracha en basurero junto a Minjeong. Porque son mejores amigas. ¿O lo eran?

Yoo Jin era conocida en el bajo mundo escolar como una figura excéntrica y dramática a niveles tan superiores que harían explotar los medidores de ki de los Saiyajin, no necesariamente porque fuese de otro planeta (quizá sí, pero eso queda para otra historia), sino por los miles de efectos que podría poseer al ser una adolescente buena en los deportes y mala en las relaciones sociales que no involucran personajes bidimensionales detrás de una pantalla. Y ella sabía lo que se decía de su personas.

Yoo La dramas Jimin. Yoo Paranoias Jimin. Zenitsu coreana 2.0.

Poco le importaba, después de todo puede que sí se pasara un poquito con sus reacciones... Sin embargo, esta vez no fue de esa manera.

Las cosas cambiaron después del accidente no homosexual que se suscitó esa noche en su cuarto. Ella se cuestionó una y otra vez los motivos por los cuales tendría a su amiga favorita alejándose al igual que un asambleísta de las rendiciones de cuentas.

¿Razones? No hay, no existe.

¿Oportunidades para hablarlo? Ninguna.

¿Ruptura amistosa? Probablemente.

Aún así, Jimin se sentía observada. Su estómago se revolvía tras cruzas miradas accidentalmente con la rubia, fingiendo darle una respuesta pasivo-agresiva que contrastaba por mucho a la niñita nerviosa que se removía en el suelo de su consciencia. Diablos, besó a una mujer. Por más que desease pasar página e interpretar a la desinteresada personaje que tiene una crisis existencial, no podía hacerlo en esta ocasión.

Con el paso de dos semanas arrastrándose por sus tobillos, Jimin aceptó con resignación que nada volvería a ser lo mismo tras la serie de besos no intencionales que tuvieron. No fue asqueroso. Ella lo es por pensar lo contrario. La parte difícil de parar sus latidos descontrolados cada vez que rozaba un pedazo de piel de Minjeong era restringir su mente de las memorias nítidas de la lengua filosa y mentolada que se abrió paso por su boquita sagrada.

Minjeong no ayudaba, a decir verdad.

Ellas han tenido una rutina establecida desde siempre: ver los capítulos semanales de cada anime que sigan a la par. Nada ni nadie sería capaz de romper su tradición.

Nuevamente se encontraba equivocada.

Kim Minjeong (Bubú para su abuelita) le aplicó la de la playgirl indiferente de toda película básica sacada de Netflix, negándose a disfrutar del episodio semanal de One Piece bajo la patética y horrorosa excusa de: "Lo siento, Rina... He dejado del anime, son cosas del diablo".

❛❛𝙻𝙰𝚂 𝙰𝙼𝙸𝙶𝙰𝚂 𝙽𝙾 𝙷𝙰𝙲𝙴𝙽 𝙴𝚂𝙾❜❜ ㅡWinrina.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora