26. La Bestia ha sido liberada.

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-Está bien, está bien, tranquila....- Le pidió Jacob a la mujer sobre la cama que no paraba de llorar y quejarse- ¿¡Emma donde esta esa fórmula!?.

-No, resistirá, abuelo....-Dedujo la no tan pequeña Sophia mientras miraba lo mucho que sangraba esa pobre mujer embarazada.

-¿Dónde está, esa niña?- Se levantó del suelo y salió de la habitacion, encontrándose con Emma parada justo en la puerta- ¿Qué haces ahí? Samantha te espera, necesita esa medicina....

-¿Se la darías tú?- Le entrego la taza de té- No puedo ayudarla con su parto.....

Jacob suspiro y tomo su mejilla para luego acariciar y negar- Algún día vas a tener que enfrentarlo, Emma....-

-Iré con los otros enfermos. Tú atiende a Samantha- Se giró y tomo su maletín para luego salir de la cabaña.

Jacob suspiro y camino de regreso a la habitacion, en la que estaba Sophia ayudándoles con aquella pobre mujer enferma. Como pudo el Sr. Grimm, le dio a beber de aquel té, que mágicamente era la cura perfecta para esa horrible enfermedad que azotaba todo, y aun nadie lograba entender de donde la Dr. Emma" Grimm" sacaba esa planta.

Con el pasar de unos meses, la llegada de los Grimm ahí, había ayudado por completo a acabar con esa horrible enfermedad, desde hace ya unos diez años o más, Emma se había vuelto la solución para muchas enfermedades, algunos aun la tachaban como una bruja y un objeto de maldad para todos, pero otros solo la veían como una simple mujer, extranjera que sabía más de medicina de lo que parecía. Aunque aún hubieran hombres en ese campo que no aprobaran que una mujer atendiera y ejerciera como doctora, a Emma no le importaba.

Debía ayudar a las personas, ese era su deber.

-Está delirando, creo que tiene fiebre- Explico la madre del pequeño a la doctora con un tono preocupado- Ahora dice, que vio cosas raras, a su hermana hacer "magia". Dra. Emma, esta delirando, debe tener fiebre.

-¿Hacer magia?- Cuestiono Emma con una ligera confusión y camino hacia el muchacho que permanecía cabizbajo, tomo su rostro entre sus manos encontrándose con su mirada- Robbie, ¿Por qué no me dices lo que viste?.

-Vi.....Brillos, partículas, salir del cabello de Lucy-

-¿Y cómo eran estas partículas, cariño?-

-Eran muy brillantes, de color rosa, un rosa suave, como un salmón, pero brillaba, Lucy estornudo por los tulipanes en el pradera y su cabello brillo, tenía estas partículas.....-

-¿Pero, si lo está escuchando?- Cuestiono la madre un poco alterada, Emma asintió mientras se mordió el labio al notar que Robbie y Lucy empezaban a sufrir los efectos secundarios de la cura que utilizo en la madre de los pequeños hace más de una década- Mi Robbie no está nada bien.

-Lo entiendo, Sra....-Dijo Emma para luego girarse y tomar un frasco de vidrio, camino de vuelto a la mujer y le entrego el frasco- Esto le ayudara mucho, pero primero olfatéalo.

La señora abrió el frasco y lo acerco a su nariz adsorbiendo el dulce aroma, olía a flores y repostería- ¿Y esto en que ayudara a mi Robbie?-

-No, a Robbie, no él está bien- Le aseguro con una ligera sonrisa y su mano se llenó de partículas doradas para luego soplarlas hacia la mujer- Le ayudara a usted a olvidar.

La mujer al instante cayo completamente dormida, Emma movió el sofá a unos metros de ellos hacia la señora, para amortiguar su caída.

-Dulces, sueños Sra. Ross- Sonrió y camino hacia el niño que estaba sorprendido y ligeramente asustado- Dime, Robbie ¿Las partículas que viste eran parecidas a las que acabas de ver?.

La Vida Es Un Cuento de HadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora