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5 meses antes


El sonido de las puertas del metro abriéndose lo sacó de su ensoñación, dándose cuenta que ya había llegado a su destino. Bajó rápidamente del transporte antes que estas vuelvan a cerrarse.

Su amigo lo estaba esperando fuera, por lo que salió al exterior reuniéndose con él.

Hongjoong era de los más populares del instituto, un bello pelirrojo de facciones delicadas y una sonrisa que deslumbraba. Iban al mismo curso y compartían gran parte de su tiempo allí juntos. Este le había comentado que frecuentaba todos los Sábados el antro más distinguido entre los jóvenes del momento, Sector 1. Mucha gente ahí dentro lo conocía, incluyendo a la seguridad de la entrada. Wooyoung le había pedido que lo lleve con él, ya que estaba aburrido de su vida monótona y quería divertirse. Por supuesto que el más bajito aceptó sin dudarlo.

El castaño le dijo a su madre que dormiría en lo de su amigo, pues la última vez que le había preguntado si podía salir le dijo que aún no tenía edad para hacerlo, y no tenía ganas de repetir la conversación. Para que no sospeche, dejó su casa vestido de forma cotidiana, pero debajo de su amplio conjunto llevaba una camiseta sin mangas y un pantalón de jean mucho más ajustado. Se deshizo de su primera capa de ropa en cuanto estuvo con el mayor y la guardó en su mochila, antes de caminar unas pocas calles hasta llegar a su destino.

El pelirrojo entró primero saludando al segurata, sin inconvenientes. Cuando Wooyoung quiso seguirlo este lo detuvo.

— ¿Tienes 18?

El menor palideció nervioso, buscando la ayuda de su amigo. — Eh...

— Claro, está conmigo. —interrumpió Hongjoong con una sonrisa.

El hombre devolvió el gesto y colocó un sello en sus manos que indicaba que podían entrar y salir a su gusto cuando quisieran.

Una vez dentro, caminaron por un pasillo hacia el fondo del lugar, el mayor enfrente, hasta llegar a unos casilleros.

— No podemos entrar con los bolsos, es incómodo. —aclaró depositando las pertenencias de los dos en el interior ante la mirada confundida del castaño— Ven, sígueme. —lo tomó de la muñeca y entre risas se adentraron en el lugar.

No tardaron mucho en oírse saludos hacia el más bajito, que correspondía con su brillante sonrisa.

— ¿Quieres tomar algo? —le preguntó a la vez que miraba hacia un costado y saludaba con su mano a alguien.

— Un jugo.

— Allí está la barra. —dijo señalando en diagonal a donde se encontraban— Pide lo que quieras, di que estás conmigo. Iré con Seonghwa, te veo en un rato.

El pelirrojo se fue en la dirección contraria y Wooyoung se acercó a donde le había dicho, pidiendo su bebida y aclarando que lo conocía. Cuando la tuvo, dio un trago y decidió investigar el lugar. La música sonaba alta y la gente danzaba sin tapujos en la pista. Eso lo hizo sonreír, a él también le encantaba bailar y que tantas personas lo hagan sin vergüenza lo animó a ir soltando su cuerpo siguiendo el ritmo.


Sin darse cuenta, chocó con su brazo a quien estaba a su lado, provocando que se volteara para verlo. Un chico de cabello negro, un poco más alto que él, de ojos oscuros y labios rellenos lo estaba observando directamente con mirada penetrante. El castaño quedó helado, perdido en esos orbes que lo atravesaban.

— ¿Tengo algo? —preguntó el pelinegro elevando una ceja.

— N-no, lo siento. —reaccionó, formando un puchero inconsciente— No te vi ¿Te golpeé muy fuerte?

Under the Influence - SanWooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora