Cuando ambos amigos regresan de una aventura en el Nether, el conocido Caballero de Netherite se dará cuenta de un par de cosas que había obviado hasta el momento.
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»» Fanfic de mediana duración.
»» Mayormente contenido fluff.
»» Portada en proceso...
Las suposiciones de Rich habían sido correctas y aunque él difrutaba de tener la razón, ahora deseaba que no fuera así.
En frente suyo yacía el famoso Caballero de Netherite, recostado sobre su cama y con los ojos entrecerrados. Usaba un piyama para una mayor comodidad y el administrador se había encargado personalmente de cumplir la tarea de llevarle lo que necesitaba, al igual que almohadas y sábanas; tantas que la cabeza del farfano podía hundirse completamente en ellas.
Dio un paso más cerca de la cama y los ojos del menor se posaron en él a los segundos, estaba somnoliento. La sonrisa que éste esbozó al verlo era casi imperceptible y quería agradecerle por todos los cuidados que le brindó durante sus días de malestar, pero su garganta dolía demasiado como para hablar. Por suerte, no necesitaba decir una sola palabra para que Rich entendiera.
Varios de sus amigos del Imperio se tomaron el tiempo de hacer pequeñas visitas y comprobar la salud del más joven del grupo. Intentaban hacerlo reír con sus ocurrencias; cosa que cuando lo lograban, le provocaba dolor al caballero al forzar sus cuerdas vocales en una carcajada. Pero, en su opinión, valía totalmente la pena.
Sino era eso, también reprochaban sus acciones que llevaron a su estado enfermizo. Cada vez que lo hacían era en un sentido fraternal o hasta paterno.
El punto, todos se preocupaban por él, pero era un alivio para ellos saber que su amigo estaba en buenas manos.
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Narra Rich
Le entregué una mezcla de té con miel, ya que es un conocido remedio casero muy eficaz. Mientras él bebía llevé una mano a su frente para comprobar su temperatura. Por suerte, había disminuido un poco desde la última revisión que le hice. Me senté cerca suyo, ofreciéndole una mirada de comprensión y cariño.
-¿Te sientes mejor? - Pregunté una vez dejó la taza ya vacía sobre la mesita de luz al lado de la cama.
Asintió afirmativamente. El té podría ayudar, pero parece que su garganta aún dolía demasiado como para hablar con normalidad. Había intentado decir algunas cosas antes, pero cada vez que lo hacía sonaba ronco y nasal, a la vez que se entrecortaba debido a las bocanadas de aire y la tos. Por esa razón, decidimos que por el momento nos comunicaríamos con gestos simples, sin que tuviera que esforzarse mucho.
-Chaval, no seas tímido, puedes hablar conmigo - Dije con la intención de animarlo.
Él me respondió con una ceja levantada y rodando los ojos. No pudo contener una sonrisa, a pesar de lo mala que haya sido mi broma. Nos reímos, o más bien yo lo hice y Farfa agrandó su sonrisa aún más.
Miré el espacio sobrante de la cama y se me ocurrió una idea. -Ey...¿Crees que haya lugar para mí?- Pregunté en un tono bajo y meloso, mismo que siempre me salía cuando hablaba con mi lindo netherite.
