III

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Aichi se detiene en seco, preguntándose si hizo lo correcto, en primer lugar: no avisó a nadie que iría a la tierra de los dragones por su cuenta. En segundo lugar: si le dijera a su familia que saldría por unos días, seguramente su hermano pediría a unos soldados que lo acompañaran para protegerlo, cosa que no le gusta en absoluto.

Hubo una ocasión en que Aichi se perdió en un reino desconocido y tuvieron que pedirle a todo el pueblo buscarlo y descubren que solamente el niño quería una manzana acaramelada en un puesto que encontró mientras su familia estaba ocupada con el rey de ese reino.

Eso le podría suceder a cualquiera perder a su niño por un descuido, pero ahora Aichi tiene 16 años, edad que ahora puede contraer matrimonio y ser el futuro rey, sin embargo, el menor no tiene ninguna intención de buscar a alguien con quién casarse, lo que quiere es salir y tener aventuras como en los libros que solía leer en su infancia.

Su hermano mayor se había casado, pero desgraciadamente, su pareja murió por una enfermedad que no tenía cura y desde ahí, no quiso casarse por segunda vez, pues su único amor fue su primer matrimonio. Qué hombre tan fiel, ahora ve por su familia.

Aichi espera que su hermana menor, Emi pueda encontrar el hombre perfecto y que la cuide. Pero...

¿Y si ella también planea no casarse? ¿Qué futuro le espera el reino?

De tanto pensar, no se había percatado de que...

-¿Acaso estoy perdido?- se preguntó a si mismo.

Los árboles no le permitían ver más allá del paisaje.

-Grandioso- saca de su bolsillo el mapa que le dió Rati- aunque tenga la mitad del mapa, no tengo la menor idea de dónde estoy.

Entre los arbustos, sale un dragón lagartija enorme, el animal lo olfatea.

-Oye...- dijo temeroso- no tengo buen sabor.

El dragón se percata que tiene un pedazo de pergamino, así que abre su gran hocico y se come a Aichi, pero sin llegar a masticarlo. Segundos después descubre que el animal lo está transbordando hacia un lugar.

"Parece amigable" pensó.

No estaba seguro cuánto tiempo estuvo en el boca del animal, hasta que por fin lo dejó libre y se despidió de él.

Aichi se da cuenta de que el dragón lagartija lo trajo al lugar que estaba buscando.

-Pero si es...¡La entrada hacia el clan dragón!

Las montañas rocosas, es la única entrada para llegar a su destino. Sin esperar más, comienza a escalar. Tuvo que usar su espada como apoyo para poder subir a una de las montañas sin resbalar o sufrir una caída segura.

Al subir un barranco, decide descansar.

-Qué bueno que mi hermanoe me enseñó a escalar, de lo contrario habría muerto- dijo para si mismo.

En eso, escucha unos pasos acercarse, posiblemente deben ser uno de los dragones que vigilan la zona, así que se oculta detrás de una roca, y espera pacientemente.

-Creo que llegamos- dijo la primera voz.

-¿Estás seguro, Midoriya?

-De acuerdo con el mapa, este es el camino.

Aichi reconoce la segunda voz. No hay duda, es el príncipe Shoto del reino Todoroki.

¿Qué hace aquí?

Los presentes escuchan un rugido, en una roca aparece un dragón rojo que los mira con desdén.

-Todoroki, quédate detrás de mí- agregó Midoriya mientras saca su espada.

Bonhomía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora