En un mundo lleno de hadas, dragones, y criaturas mágicas, existe una leyenda sobre una espada que oculta un poder lo suficientemente poderoso para destruir la tierra, pero también, sirve para protegerla.
Muchos intentaron obtenerla, pero eso causó...
Un nuevo día ha llegado, pero, no es un día agradable, pues, Bakugo está furioso, utiliza sus explosiones para golpear a Deku y lo expulsa de la posada.
El rubio salta por la ventana y lo encara.
Shoto y Yuya bajaron momentos después.
-¡Detente, Bakugo!- exclamó Shoto.
-¡¿Cómo dejaron que pasara?! ¡¿Dejaron que unos completos extraños se llevaran al principe?! ¡Y para colmo, frente a sus narices!
Deku no podía reclamar, pues el rubio tiene razón. Era su deber como su guardián mantener la seguridad de Aichi y también, asegurarse de que no caiga de nuevo en la oscuridad.
-Sucedió rápido, no pudimos detenerlos- trató de justificar Yuya.
-¡¿Ah?! ¡No me jodas!- dijo Bakugo con su tono agresivo.
Deku se mantuvo sentado en el suelo, con la mirada baja, tratando de no derramar lágrimas. Ese sentimiento de impotencia no lo puede parar.
-Tiene razón Kacchan ¿Qué clase de guardián soy?- aprieta los puños- mi deber era proteger al príncipe. A pesar de que... aún así...
Yuya se acerca a Deku- yo también tuve la culpa, por bajar la guardia.
-¿Podrían por favor dejar de estarse lamentando?- Nicole aparece sufriendo una jaqueca debido al alcohol- lo malo de beber, es sufrir la maldita resaca. Volviendo al tema. No servirá de nada buscando culpables. Debemos buscar el paradero de Aichi y patear el trasero de ese tal Gaillard.
-Tiene razón- secundó Shoto.
Bakugo resopla con disgusto.
-Deku-la castaña desenvaina su espada y la coloca cerca del rostro del pecoso-Levanta la cabeza. Un guardián del clan Royal Paladin nunca se lamenta- ordenó- seca esas lágrimas de bebé y ponte firme. Blaster Blade no permitiría que Aichi, el príncipe del clan pierda la vida sin antes haber sacrificado la suya. Tú has jurado con tu vida protegerlo, dando todo de ti hasta que tu cuerpo ya no pueda más. Si te lamentas, estás demostrando ser alguien débil y no ser digno de ser guardián. Si te lamentas, la muerte de Blaster Blade habrá sido en vano ¡¿Es eso lo que quieres?!
El pecoso levanta la mirada y se impresiona la expresión que tiene Nicole, su rostro ha cambiado a uno de mando, a pesar de ser más joven que él, demuestra la madurez de una gran líder.
Deku se incorpora mientras la espada de Nicole se coloca a la altura de su corazón. El pecoso limpia sus lágrimas y reprime su tristeza, tiene razón, cómo guardián debe hacer lo posible por rescatar a Aichi y traerlo sano y salvo.
-¿Qué harás ahora?
Deku la encara, enviando un mensaje con la mirada.
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Se encuentra en un lugar gris y frío. Sólo recuerda que estaba conversando con Gaillard y luego...no sabe que más pasó.
Concluye de que está en una celda, ya que la pequeña ventana que se encuentra en una de las cuatro paredes está cerrada con barrotes oxidados. Se asoma a ésta y ve que está el mar, más allá no hay nada.
